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Para el doctor Cecil Walkes es una situación insostenible. Tuvo que llevar a su mujer a una residencia de ancianos y a sus 76 años sigue tratando a los más pobres de los pobres. En los casos más difíciles tampoco puede ayudarles. Y los especialistas o las clínicas se niegan frecuentemente a tratar a los pacientes más necesitados al no obtener una compensación económica esperada.