El hallazgo de huevos contaminados en los supermercados es un problema que trasciende las fronteras alemanas; pero que, como suele ocurrir, será olvidado en cuestión de días.
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¿Sabe usted lo que come todos los días? ¿Ha escuchado usted alguna vez la frase: “hoy día ya no se puede comer nada?” De nuevo nos encontramos en medio de una crisis alimentaria de dimensiones globales que, pese a su gravedad, será olvidada por el consumidor promedio en aproximadamente cuatro días. ¿De qué hablamos? Esta vez de huevos: en Alemania, la cadena de supermercados Aldi decidió retirar todos los huevos de sus estanterías como reacción al descubrimiento de huevos procedentes de los Países Bajos que contenían el insecticida tóxico fipronil.
¿Y esa cadena de supermercados es importante? Pues sí. Es la cadena de supermercados más grande de Alemania y una de las más importantes a nivel mundial. La empresa está dividida desde los años sesenta en las filiales Aldi Nord (Norte) y Aldi Süd (Sur), que se reparten el mercado nacional e internacional. Actualmente, Aldi opera unos 10.000 supermercados en dieciocho países. En Alemania es una marca tan sagrada como Mercedes o BMW. Es difícil encontrar a un alemán que nunca haya comprado algo en Aldi.
El hecho de que Aldi decidiera retirar todos los huevos de sus establecimientos en vísperas del fin de semana constituye una situación muy seria para Alemania. Este país se fundó sobre pasteles y tartas. ¿Cómo se sobrevive un fin de semana sin este ingrediente imprescindible para tantas especialidades germanas? Y ni hablar del simple huevo frito, tan apreciado a la hora de desayunar.
Teorías de conspiración
El Gobierno alemán aseguró este viernes (4.8.2017) que se toma “muy en serio” la alerta alimentaria por los huevos holandeses contaminados. Algunos comentaristas opinan que la canciller Angela Merkel debería interrumpir sus vacaciones para afrontar la crisis nacional del huevo. Otros sospechan una revancha tardía de Holanda por los agravios sufridos durante la Segunda Guerra Mundial o por la final perdida en 1974.
Los Países Bajos producen anualmente unos 10.000 millones de huevos. Según el semanario alemán Der Spiegel, entre el 60 y 70 por ciento de la producción neerlandesa de huevos se exporta principalmente a Alemania. Si hasta este punto usted pensaba que se trata exclusivamente de un problema alemán, se equivocó. Pregúntese dónde acabarán el otro 40 por ciento de la inmensa producción de huevos de los Países Bajos. Sus 17 millones de habitantes seguro que no se comen tantos huevos.
Crítica de consumo
Y con eso llegamos a la moraleja, que suele ser lo más aburrido de la historia y lo más fácil de olvidar: la crítica del consumo. ¿Por qué hay que importar un producto tan básico desde los Países Bajos? ¿Por qué hay que transportar alimentos miles de kilómetros por toda Europa aunque podríamos comprarlos fácilmente en un mercado local? Porque el cliente manda y éste prefiere la comodidad y gravita hacia los precios más bajos. Así que la culpa la tiene el consumidor. Es decir, usted y yo.
La indignación que causa la crisis del huevo terminará como todos los otros escándalos en torno a las cosas poco apetitosas encontradas en alimentos de consumo diario. Después de una corta temporada de abstención volveremos a comernos los huevos baratitos de los Países Bajos sin importarnos las condiciones en las que estos fueron producidos.
Escándalos alimentarios en Alemania
Millones de huevos contaminados con insecticida terminaron en las despensas de los supermercados alemanes. Esta galería pasa revista a los escándalos alimentarios que han sacudido al país en el pasado reciente.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte
Huevos tóxicos
Millones de huevos fueron desechados en Bélgica, los Países Bajos y Alemania tras descubrirse que estaban contaminados con el insecticida fipronil. Esa sustancia altamente tóxica puede causar daños al hígado, a la glándula tiroides y a los riñones si se consume en grandes cantidades. Más de 150 granjas neerlandesas fueron clausuradas y muchos supermercados alemanes dejaron de vender huevos.
Imagen: picture-alliance/dpa/Huisman Media
La rica carne de Brasil
Varios países prohibieron la importación de productos cárnicos brasileños en marzo de 2017 cuando se descubrió a empacadores vendiendo productos podridos. En algunos casos se usaron sustancias químicas cancerígenas para disimular el mal olor de la carne. Alemania importó unas 114.000 toneladas de carne de Brasil en 2016, pero las autoridades aseguraron que esa mercancía estaba en perfecto estado.
Imagen: Picture alliance/NurPhoto/C. Faga
Ratones en panaderías bávaras
A principios de 2017, el grupo Foodwatch, fundado para proteger a los consumidores, denunció el hallazgo de moho y ratones en panaderías bávaras de gran escala tras realizar 69 inspecciones entre 2013 y 2016. Pelos y mordidas de roedores fueron hallados en los productos de una panadería; en otro local se encontraron cucarachas en la harina y heces de roedores en trozos de trigo horneado.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Knecht
¿Lasaña a base de carne de caballo?
En 2013, millones de personas descubrieron que productos supuestamente hechos a base de carne de puerco o de res, en realidad provenían de carne de caballo. Todo empezó cuando inspectores irlandeses detectaron carne de caballo en hamburguesas prefabricadas. Otras pesquisas constataron que, en Alemania y países vecinos, otros productos casi listos para consumir también contenían carne de caballo.
Imagen: Reuters
La sorpresa de las fresas
En 2012, más de 11.000 niños en el este de Alemania padecieron náuseas, vómito y diarrea tras consumir fresas congeladas provenientes de un mismo distribuidor. La intoxicación masiva afectó a casi 500 colegios y guarderías. Afortunadamente, la mayoría de las víctimas se recuperaron pronto. Sólo 32 debieron ser llevadas al hospital.
Imagen: Mehr
Alerta por dioxina
A principios de 2011, miles de granjas alemanas fueron clausuradas poco después de que recibieran alimento para animales contaminado con dioxina. Las autoridades alemanas señalaron que gallinas y cerdos habían comido el alimento tóxico, contaminando así sus huevos y su carne. Las exportaciones contaminadas fueron enviadas a Gran Bretaña, la República Checa, los Países Bajos y Polonia.
Imagen: picture alliance / ZB
Brote de escherichia coli
También en 2011, una cepa de la escherichia coli, una bacteria hallada frecuentemente en los vegetales, causó estragos –cincuenta víctimas mortales incluidas– en el norte de Alemania. Más de 4.000 personas padecieron síntomas como disentería y el síndrome urémico hemolítico, que puede derivar en una falla de los riñones. Se cree que el brote de escherichia coli surgió en una granja de Baja Sajonia