Estonia podría convertirse en el socio número 17 de la Unión Europea (UE) en adoptar la moneda única, el euro, después de que la Comisión Europea emitiera una opinión favorable en ese sentido.

Tras analizar datos como la deuda, el déficit, la inflación y los tipos de interés, Bruselas concluye que el país báltico está "preparado" para sumarse a la eurozona, junto a otros 16 socios comunitarios. La fecha de su adhesión al euro podría ser el 1 de enero de 2011.

"Estonia ha logrado concretar un elevado grado de convergencia económica sustentable, y está lista para adoptar el euro el 1 de enero de 2011", aseguró el comisario de Economía de la UE, Olli Rehn.

La evaluación positiva de la Comisión Europea para Estonia se produce en medio de una de las mayores crisis que ha padecido la eurozona desde la creación de la moneda única en 1999, que obligó a los líderes de la UE a aprobar un mecanismo de emergencia, por valor de 110.000 millones de euros, para evitar la quiebra de Grecia, y un fondo de 750.000 millones de euros para hacer frente a otras posibles situaciones similares.

"La evaluación, y nuestra propuesta, también es una clara señal sobre la zona euro y sobre la UE en general", agregó el comisario finlandés.

El país báltico registró un superávit presupuestario medio del 1,8 por ciento del producto interior bruto (PIB) entre 2002 y 2007, pero en 2008 tuvo un déficit del 2,7 por ciento y del 1,7 por ciento en 2009, a consecuencia de la crisis. Estas cifras están dentro del umbral máximo de déficit de la eurozona del tres por ciento.

Asimismo, la deuda pública promedio del Gobierno en el período 2002-2007 fue del 4,9 por ciento del PIB anual, mientras que en 2009 aumentó al 7,2 por ciento, comparado con el límite impuesto para la zona euro del 60 por ciento.

Sin embargo, la inflación anual promedio era alta hasta que golpeó la crisis económica, con un 3,8 por ciento anual entre 2002-2007, comparado con el 2,2 por ciento permitido en la eurozona.

La Comisión Europea dijo que el "comportamiento de los precios" del país es "sustentable", luego de que la inflación promedio cayera a -0,7 por ciento en los 12 meses previos a marzo de 2010.

Sin embargo, advirtió que "Estonia necesitará permanecer vigilante para mantener la inflación a un nivel bajo", y añadió que es posible que necesite elevar los impuestos para contener la demanda interna.

Falta confirmación

El visto bueno de hoy de la Comisión Europea deberá ser confirmado por los ministros de Finanzas de la Unión Europea, a realizarse en julio.

Hasta ahora, ninguna recomendación positiva dada por la Comisión Europea en relación con la ampliación de la eurozona fue rechazada por los países miembro de la UE.

En Estonia, los funcionarios reaccionaron a la noticia con cauto optimismo, en parte porque también fue difundido hoy un informe del Banco Central Europeo (BCE) que indica que el banco tiene "preocupaciones concernientes a la sostenibilidad de la convergencia de la inflación en Estonia ".

El ministro de Finanzas Jurgen Ligi señaló: la "decisión aún no fue tomada, por lo que debemos respetar los procedimientos". Sin embargo, un rechazo en un estadio tan tardío sería "ilógico", añadió.

El analista del Danske Bank Lars Christensen dijo que el ingreso de Estonia a la eurozona "no es un acuerdo consumado", aclarando que "ahora es totalmente una decisión política europea".

"Bajo condiciones normales, los políticos seguirán las recomendaciones de la Comisión Europea. Pero actualmente no estamos en una situación normal", añadió. "Las preocupaciones del BCE... deberán ser tratadas".

La eurozona fue lanzada el 1 de enero de 1999, con la participación de 11 países. Desde entonces, otras cinco naciones se unieron al bloque.

DPA

Editora: Claudia Herrera