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Alemania y la extrema derecha

13 de diciembre de 2011

Investigadores estudiaron durante diez años las tendencias xenófobas de los alemanes. Los resultados se dan a conocer en un momento en que una serie de asesinatos cometidos por neonazis conmocionan a la sociedad.

Pintadas neonazis en un jardín de infantes judío en Berlín.
Pintadas neonazis en un jardín de infantes judío en Berlín.Imagen: AP


“Circunstancias alemanas” (Deutsche Zustände) es el nombre de un estudio a largo plazo realizado por la Universidad de Bielefeld en el que, desde el año 2002 hasta el presente, se investigó la propagación de prejuicios raciales en Alemania. Wolfgang Thierse, el vicepresidente del Parlamento alemán, que supervisó el proyecto desde sus inicios, se refirió al mismo diciendo que era de una “dramática vigencia”, en vista de la serie de asesinatos a pequeños empresarios de origen extranjero, dada a conocer recientemente.

La sociedad debe enfrentarse de una vez al hecho de que existe una red neonazi en Alemania, así como un clima social “en el que, en primera instancia, se sospechó de los familiares de las víctimas”, dijo Thierse comentando los resultados del estudio.

El director de la investigación, Wilhelm Heitmeyer, sociólogo de la Universidad de Bielefeld, formuló la conclusión –a primera vista contradictoria- del período examinado: si bien las tendencias de extrema derecha disminuyeron de un 13,6 a un 9,2 por ciento, el peligro neonazi no decreció, dice el experto.

La derecha, más predispuesta a la violencia que la izquierda

A eso se une el hecho de que la predisposición a hacer uso de la violencia es mayor entre personas con convicciones ideológicas de extrema derecha. Claro que no es posible comprobar una relación directa entre ideas xenófobas y delitos como los asesinatos cometidos por neonazis. Sin embargo, subrayan los investigadores del equipo de Wilhelm Heitmeyer, sí es posible establecer a través de encuestas en qué medida “se tolera y hasta se preconiza la violencia en un amplio sector de la sociedad”.

Wolfgang Thierse, vicepresidente del Parlamento alemán, durante una sentada para impedir una manifestación neonazi.Imagen: dpa

El vicepresidente del Parlamento alemán, Wolfgang Thierse (Partido Socialdemócrata), instó a no reducir las medidas contra el peligro de la extrema derecha a la prohibición del Partido alemán Nacionaldemócrata (NPD), cosa que él también recomienda. Luego de los crímenes en serie, la opinión pública alemana debate si es posible proscribir ese partido. Heitmeyer cree que la razón principal de la predisposición a la violencia reside en la polarización de la sociedad alemana. Y habla, en ese contexto, de una “década explosiva”, refiriéndose a que está caracterizada por diversos sucesos clave, como los ataques a las Torres Gemelas del 11/9/2011 y sus efectos, también en Alemania. A eso se suma la creciente brecha social entre ricos y pobres y la crisis financiera global que comenzó en 2008.

Situación explosiva

Este desarrollo de los acontecimientos se tradujo en una pérdida de confianza en la democracia y en una sensación de impotencia. Ni una sola de las crisis ha podido ser resuelta, indica el estudio. Se trata de una “situación explosiva permanente”, y la política es partícipe indirecta en este desarrollo. Así resume el sociólogo Heitmeyer los resultados del estudio llevado a cabo desde el año 2002. Pero aclara que no es su intención reprobar a la clase política, ya que eso hace peligrar aún más la democracia.

Simpatizantes del NPD alemán.Imagen: AP

Las extensas estadísticas del estudio “Circunstancias alemanas” ilustran a todas luces cuán frágil parece ser el Estado de derecho, ya que la investigación –según sus autores única en el mundo de tal duración- no sólo revela que en la sociedad alemana se ha producido un aumento de la xenofobia, sino que también se ha incrementado la discriminación hacia personas por diversos motivos, ya sean étnicos, culturales, religiosos, sociales, por ser discapacitados o por su sexualidad.

El proyecto, que ya concluyó, fue financiado por varias fundaciones alemanas. La Fundación Volkswagen, por ejemplo, contribuyó con 2,7 millones de euros. Los científicos lamentan que el estudio haya finalizado. Sin embargo, esperan que logre movilizar a la sociedad, especialmente en el marco de la conmoción que causaron los asesinatos neonazis. Wolfgang Thierse sigue apoyando la investigación. “Espero que se continúe con este proyecto”, dijo el vicepresidente del Parlamento alemán.

Autor: Marcel Fürstenau/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas-Sasse

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