Estudio detecta cambios en cerebros de diplomáticos en Cuba
24 de julio de 2019
Los cerebros y cerebelos de decenas de diplomáticos estadounidenses, víctimas de difusos hechos en Cuba, muestran diferencias respecto a los de un grupo de control. "Hay una verdad por descubrir", dijo investigadora.
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El estudio, publicado en la revista de la Asociación Estadounidense de Medicina (JAMA) y liderado por profesores de la Universidad de Pensilvania, no llega a conclusiones definitivas sobre qué provocó los síntomas sufridos por los diplomáticos entre finales de 2016 y mayo de 2018.
Pero los investigadores confirman que "algo le pasó a los cerebros de esa gente", explicó a la AFP Ragini Verma, profesora de radiología de la Universidad de Pensilvania y coautora del estudio. "Todo lo que puedo decir es que hay una verdad que descubrir", explicó Verma, que añadió: "Cualquier cosa que pasara no fue debido a una afección preexistente, lo analizamos".
Entre finales de 2016 y mayo de 2018, diplomáticos enviados por Washington a La Habana y sus familiares sufrieron varios males, como falta de equilibrio y coordinación, vértigo, así como ansiedad, irritabilidad y lo que las víctimas llamaron "niebla cognitiva".
Estados Unidos envió de vuelta a casa a la mayoría de su personal diplomático destinado a La Habana en septiembre de 2017. Algunos de ellos están curados y vuelven a trabajar, mientras que otros están en rehabilitación, según Verma. Washington no ha dado explicaciones públicas sobre este fenómeno, ni ha confirmado ni desmentido si se debió a un ataque con algún tipo de arma acústica, como medios estadounidenses han dicho sin presentar pruebas.
Cuba siempre ha negado cualquier responsabilidad en el caso, que también afectó a 14 diplomáticos canadienses. Ottawa repatrió en enero de este año a la mayoría de su personal destinado a la isla. A petición del Departamento de Estado estadounidense, el centro de traumatismos cerebrales de la Universidad de Pensilvania examinó a 44 diplomáticos y varios familiares desde mitades de 2017 mediante resonancias magnéticas.
Diferencias en la materia blanca del cerebro y cerebelo
Los investigadores compararon los resultados con los de 48 personas de dos grupos de control. Las diferencias encontradas son estadísticamente significativas en la materia blanca del cerebro, así como en el cerebelo, encargado de controlar los movimientos. Verma insistió en la importancia de seguir la evolución de los diplomáticos y sus familiares para controlar la evolución de los cambios en sus cerebros.
Cuba descalificó el estudio el martes. "No permite llegar a conclusiones científicas claras finales", dijo en rueda de prensa el director del estatal Centro de Neurociencias de Cuba, Mitchell Valdés-Sosa.
El estudio "no demuestra, contrario a lo que se ha especulado, y lo que se plantea en el artículo anterior (de JAMA, publicado en marzo de 2018), que se había producido un daño cerebral en un grupo de diplomáticos durante su estancia en Cuba", añadió Valdés-Sosa.
Por su parte, la vicedirectora de Estados Unidos de la cancillería cubana, Johana Tablada, destacó que hasta la fecha "no existe evidencia alguna de ningún tipo de ataque" contra los diplomáticos estadounidenses y pidió a Washington dejar de usar ese término de forma "irresponsable". Asimismo, solicitó a la Casa Blanca que "ponga fin a la manipulación y utilización de este tema como pretexto para imponer nuevas medidas cada vez más leoninas de agresión" contra su país.
jov (afp, jamanetwork)
Cuba: así se vive con 10 dólares de pensión
En Cuba, la edad de retiro es a los 60 años para las mujeres y 65 para los hombres. Los magros salarios, sin embargo, redundan en pensiones de menos de 10 dólares. Para muchos cubanos sobrevivir es una lucha diaria.
Imagen: DW/S. Derks
Estilo de vida frugal
Ángel Julio Soza, de 89 años, fotografiado frente a la casa en la que ha vivido toda su vida en el distrito de San Lázaro, un área pobre en Cienfuegos, en la costa sur cubana. Trabajó durante 40 años en la industria de la construcción y ahora vive con una pensión de 200 pesos, 7,55 dólares. Consultado sobre si le falta algo para vivir bien, responde "un televisor para mirar chicas hermosas".
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Raciones subsidiadas
Todos los cubanos tienen una "libreta", un libro de racionamiento que les da derecho a comprar una determinada cantidad de alimentos a precios subsidiados por el Estado. El racionamiento se volvió más drástico en mayo de 2019, debido a que el bloqueo estadounidense se hizo más estricto y a la pérdida de la ayuda proveniente de Venezuela.
Imagen: DW/S. Derks
Vendedor ambulante
Raúl Bouza sentado frente a su casa en el centro de La Habana, una construcción que colapsó tras el paso de un huracán hace tres años. Su pensión es de 240 pesos. Todos los meses debe pagar una licencia de 500 pesos para poder vender baterías, bombillas y otras cosas, en un intento por generar más ingresos. Su hermano le envía remesas desde Miami: 100 dólares cada tres meses.
Imagen: DW/S. Derks
Gracias a la granja
Antonio Loreno Lozana, de 86 años, vive con uno de sus hijos en uno de los senderos turísticos que llevan a los valles tabacaleros cerca de Viñales, donde administra una pequeña granja. A los 200 pesos que recibe de pensión suma alrededor de 150 dólares al mes, dinero que gana con los productos agrícolas que vende al Estado y el café que vende a los turistas.
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Parte de la sociedad
Evaristo Díaz Díaz (85 años) trabaja en una imprenta de La Habana, donde dobla cajas. Gracias a este empleo suma 300 pesos a su pensión, y además recibe desayuno y almuerzo. Evaristo dice que está muy contento con su trabajo porque le hace sentirse útil y parte de la sociedad.
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Dar un poco
Aída Guerreros Blanco tiene 92 años y tiene que llegar a fin de mes con su pensión de 120 pesos. Vive en el centro de Bayamo, en el este de Cuba, y cuando ve a turistas extraviados se acerca a ellos para ayudarlos con algunas indicaciones, con la esperanza de recibir a cambio una pequeña donación.
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De dulces y galletas
Miguel Calzada, de 90 años, está sentado frente a su casa en Trinidad, en el centro de la isla, donde vende dulces y galletas para complementar su pequeña pensión de 100 pesos.
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Trabajando en el mercado
Mario Díaz tiene 80 años y trabaja como intermediario en el mercado inmobiliario de La Habana. Si logra vender una casa, obtiene el 10 por ciento de la venta. Si logra encontrar a alguien que permute una propiedad, recibe una donación. En 2018 vendió dos casas, negocios que le dieron cerca de 1.500 dólares de ingresos adicionales.
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Proveedora familiar
Lidia Heredia tiene 86 años y vive con su hijastra, que está enferma y requiere de cuidados diarios. Su marido murió hace 15 años. Para poder llegar a fin de mes, todas las tardes vende cigarros y bolsas en una concurrida calle cerca del terminal de buses de Santiago de Cuba.
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Seguir trabajando
A los 66 años, Rodolfo Aguilar González sigue trabajando como inspector de aguas en la ciudad oriental de Holguín. Aunque pudo jubilarse a los 65 años, él disfruta las dinámicas de la vida laboral y de poder interactuar con otras personas. Una ley permite a los cubanos seguir trabajando en un puesto menos demandante tras el retiro, pero Rodolfo eligió no abandonar su viejo empleo.