Estudio: el confinamiento por COVID-19 no deja dormir bien
24 de agosto de 2020
El confinamiento a causa de la pandemia de COVID-19 ha alterado la rutina de sueño, según una investigación hecha por científicos de la Universidad de Lieja. Las videoconferencias constantes son otro factor de estrés.
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El confinamiento para limitar el COVID-19 ha provocado durante los últimos meses una "alteración" de las rutinas del sueño y un descenso de la calidad del mismo, según concluyen los primeros resultados de una investigación impulsada por cuatro neuropsicólogos de la Universidad de Lieja (este de Bélgica).
El estudio, todavía en curso y que cuenta con 700 encuestas en línea hasta la fecha, muestra que la calidad del sueño "fue alterada" con las nuevas rutinas surgidas durante la pandemia y que la proporción de "malos durmientes aumentó un 5 %", recogió este lunes el diario belga "Le Soir".
Según una de las impulsoras del estudio, la neuropsicóloga Fabienne Colette, las personas encuestadas pasan de media "más tiempo en la cama", algo que sin embargo no se traduce en un mejor descanso.
Así, el 70 % de los participantes concluye que su actividad se ha reducido durante el encierro, mientras que el 54 % afirma que ha sufrido fatiga física y, un 59 %, fatiga mental durante este período.
Además del solapamiento de las tareas domésticas con las profesionales, entre las que destaca el cuidado de los hijos, la investigadora también apunta al incremento de las horas de uso de los dispositivos tecnológicos.
"Los estudios han demostrado que las videoconferencias fatigan mucho. Es agotador verse en la pantalla, ya que el cerebro no está acostumbrado, hay un desfase porque las personas no se miran a los ojos, etcétera", explicó la investigadora a "Le Soir".
Atendiendo a una perspectiva de género, el estudio subraya que el aumento de la carga mental fue "más pronunciado" entre las mujeres, habiendo mostrado "peor calidad del sueño y sentimientos más estresantes".
La mayor carga de trabajo doméstico que suelen soportar las mujeres, apunta Colette, "las sitúa en una posición más compleja de tratar" y acentúa la necesidad de establecer una "mejor división del trabajo".
EL(efe)
Conclusiones y recomendaciones del Dr. Drexler
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Sobre la importancia de las mascarillas
"Mientras no tengamos una vacuna, sigue siendo muy importante el uso de la mascarilla. Es un símbolo de solidaridad con el prójimo. Un escudo sencillo y al alcance de todos. La evidencia de que funciona es cada vez mayor. Probablemente a nadie le gusta usarla, pero hay que recordar que podemos ser asintomáticos y, al mismo tiempo, contribuir a que otros se infecten".
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Sobre la importancia del intercambio con América Latina
Cooperamos con América Latina porque son los que más están sufriendo en esta primera fase de la pandemia. Alemania puede aprender mucho de la dimensión del COVID-19 allí y de las medidas que se han tomado. Es errado pensar que los países de la región deben aprender de Alemania o que nosotros somos los profesores y los latinoamericanos son los alumnos que escuchan. La cooperación no funciona así.
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Sobre las lecciones de la primera ola en América Latina
Los países latinoamericanos deberían preparar y fortalecer mejor sus sistemas de salud pública. También trabajar en la descentralización de la salud para que funcione no solo en la capital. Esa sería una gran lección, y ojalá sea parte del aprendizaje de América Latina. Veremos si se llega a implementar.
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Sobre la desinformación y los políticos que utilizan la pandemia
Esto existe en todos los países del mundo. La desinformación y el rechazo de las personas a tomarse el trabajo de informarse bien y buscar fuentes sólidas está en todas partes. Ojalá que haya un fortalecimiento de la distribución de hechos científicos y salud por parte del Gobierno, que es el indicado para ese rol. Estados Unidos es el peor ejemplo que existe.
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Sobre el factor del clima
Es probable que la trasmisión se reduzca por el clima, pero el virus no va a parar por eso. Antes se decía que con altas temperaturas ya no habría problemas, pero luego vimos los casos en la Amazonía. También se dijo que en las zonas altas de los Andes el virus no era estable, y estamos viendo brotes enormes en esas zonas. Hay que tener mucho cuidado con esas conclusiones.
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Sobre la vacuna rusa y otras posibles vacunas
Hay que esperar y no crear falsas esperanzas. Ojalá funcione para 2021. Muchas de las vacunas que se están desarrollando son muy buenas. Yo soy amigo de todas las vacunas y no tengo preferencias. La demanda es tan grande que necesitamos todas. Por ahora, hay que tener confianza en las autoridades sanitarias de los países de la región, que están haciendo su trabajo dentro de sus posibilidades.
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Sobre el peligro que el coronavirus mute y la vacuna ya no sirva
Ese es un gran interrogante. Según propios análisis, yo creo que el riesgo de que el virus mute lo suficiente para escapar de la inmunidad inducida por la vacuna en la población es muy bajo. El virus de influenza A cambia muy rápidamente sus proteínas, pero los coronavirus no. Los coronavirus, incluyendo probablemente el SARS-CoV-2, tienen una proteína que corrige errores en su genoma.