Estupor en Alemania por declaraciones de un líder de la AfD
18 de enero de 2017
Björn Höcke, líder de la Alternativa para Alemania en Turingia, calificó durante un discurso en Dresde como "vergüenza" el monumento a las víctimas del Holocausto en Berlín.
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Representantes de los partidos gubernamentales y de la oposición alemana expresaron este miércoles (18.01.2017) su estupor por un discurso de un cabecilla de la ultraderechista AfD, la Alternativa para Alemania, Björn Höcke, quien tachó de "vergüenza" el monumento a las víctimas del Holocausto en Berlín. El vicepresidente del cogubernamental Partido Socialdemócrata, el SPD, Ralf Stegner, calificó el pronunciamiento de claro exponente de la ideología de esa formación de la derecha radical que busca la "agitación" y la "incitación a la violencia".
La líder de los Verdes, Simone Peter, apremió a la cúpula del partido a disculparse ante el colectivo judío y a distanciarse "con total claridad" de las palabras de Höcke, líder de AfD en el "Land" de Turingia. El presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Josef Schuster, expresó asimismo su indignación y dijo que AfD evidencia a través de este tipo de discursos "su auténtico rostro". Estas reacciones siguen al revuelo causado por un discurso pronunciado en Dresde el pasado martes por Höcke, representante del ala más radical de AfD, donde aludió al monumento a los seis millones de víctimas del Holocausto, en Berlín, como una "vergüenza". "Nosotros, los alemanes, somos el único pueblo del mundo que ha plantado un monumento vergonzoso en el corazón de su capital", afirmó el líder ultraderechista, para arremeter a continuación contra la política de refugiados de la canciller Angela Merkel.
Alemania es una nación "brutalmente vencida", prosiguió, en alusión a la derrota del Tercer Reich por los aliados, que en lugar de recordar como se merecen a "sus pensadores, músicos o geniales inventores" hace que sus escolares aprendan en el colegio una versión "ridícula" de su historia. El discurso fue pronunciado en Dresde, la ciudad donde nació el movimiento islamófobo Pegida, y estuvo jalonado por los gritos de los asistentes de "Merkel debe irse", característico en todos los actos de las organizaciones ultraderechistas. La formación AfD prosigue su auge en Alemania, accediendo en los últimos tiempos a las cámaras regionales de diez del total de 16 "Länder" del país. Se pronostica que obtendrá el 15 por ciento de los votos en las próximas elecciones generales, previstas para el 24 de septiembre.
MS (dpa)
¿Por qué toda Alemania habla tanto de AfD? (15.03.2016)
El partido de extrema derecha apeló a un discurso antiinmigración y obtuvo excelentes resultados en las últimas elecciones regionales alemanas.
Imagen: Getty Images/A. Hassenstein
Al comienzo era el euro
En abril de 2013 se realizó en Berlín el primer congreso del partido Alternativa para Alemania (AfD), que acababa de ser fundado en febrero. Bajo el liderazgo del profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo Bernd Lucke, el partido surgió como una variante un poco a la derecha de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y tuvo como principal tema la crítica a la política de rescate del euro.
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Los "euroescépticos"
El objetivo de AfD era convertirse en una alternativa real a los partidos de centro. Numerosos militantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), del partido liberal FDP e incluso de La Izquierda se plegaron a la propuesta, que buscaba el fin de los millonarios rescates financieros, el retorno de las monedas nacionales y la disolución de la eurozona. La prensa empezó a llamarlos "euroescépticos".
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Los tres presidentes
Lucke compartió la presidencia del partido con la empresaria Frauke Petry y Konrad Adam, un reconocido periodista que había trabajado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Con las bases listas para competir, se presentaron en las elecciones federales de 2013 con Lucke como principal rostro. Obtuvieron el 4,7 por ciento, muy poco por debajo del 5 por ciento necesario para ingresar al Bundestag.
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Los primeros éxitos electorales
Tras un fracaso en las elecciones regionales de Hesse, AfD comenzó a dar sus primeros golpes electorales en 2014, cuando obtuvo el 7 por ciento en las elecciones al Parlamento Europeo, lo que permitió que Lucke y otros seis militantes se convirtieran en eurodiputados. Luego obtuvo asientos en los parlamentos de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, donde alcanzó un 12,2 por ciento de la votación.
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Las dos almas se separan
Pese a nuevos éxitos en Bremen y Hamburgo, las dos almas del partido poco a poco empezaban a chocar. Por un lado, los liberales económicos capitaneados por Lucke, y, por el otro, los ultraconservadores tutelados por Frauke Petry. En el congreso de julio de 2015, Petry fue elegida presidenta y se produjo un cisma. Cinco de los siete europarlamentarios dejaron el partido, entre ellos Lucke.
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Giro a la derecha
Lucke se llevó consigo a unos dos mil militantes de AfD, algo así como el 10 por ciento del total. Con muchos de ellos fundó ALFA, Alianza para el Progreso y el Resurgir. Petry organizó el giro hacia la derecha de Alternativa para Alemania. Hubo reuniones con los islamófobos de Pegida e incluso Petry dijo que la policía debería usar armas de fuego, como último recurso, para proteger las fronteras.
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Discurso antiinmigración rinde frutos
El discurso contra la política de refugiados propugnada por la canciller Angela Merkel, así como la radicalización en distintas áreas, las soflamas nacionalistas y la cercanía con la ultraderecha rindió sus frutos. En las elecciones regionales de Baden-Wurttemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt (13.03.2016), la AfD obtuvo sus mejores resultados históricos.
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El tiempo hablará
Nadie quiere negociar con ellos. Pero la AfD se ha convertido en un actor de la política alemana, sin que le afectaran las críticas por la cercanía con Pegida o las apariciones de miembros del partido en manifestaciones junto a neonazis.