Etiopía declara estado de emergencia por seis meses
9 de octubre de 2016
Los disturbios se produjeron en reacción a una avalancha humana ocurrida tras una manifestación crítica con el Gobierno el pasado domingo en la que murieron más de 50 personas.
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El Gobierno etíope declaró hoy (09.10.2016) el estado de emergencia durante un periodo de seis meses para frenar la expansión de las protestas en Oromía y Amara, dos de las regiones más importantes del país, tras la muerte de decenas de personas y la destrucción de numerosas propiedades. "La continua violencia en algunas partes de Etiopía ha costado vidas humanas y destruido propiedades. Debemos ponerle un pronto fin", dijo el primer ministro, Hailemariam Desalegn, en un discurso en televisión.
Estampida mortal
Los altercados han escalado después de que el pasado domingo al menos 52 personas perdieran la vida en una estampida provocada por una intervención policial durante un festival tradicional en el que se escucharon algunas proclamas antigubernamentales.
Aunque ésa es la cifra de muertos oficial tras la represión policial de la celebración de la "Irrecha", la festividad más importante de los oromo, activistas y opositores elevan a centenares los fallecidos solo el pasado domingo, que se suman a las cerca de 400 personas que han perdido la vida en las protestas del último año.
En la última semana, grupos de protestantes han provocado importantes daños en un centenar de instituciones públicas y empresas privadas, entre ellas negocios extranjeros. "La situación general, incluyendo la destrucción de instituciones gubernamentales y negocios, indica que nuestro país está descendiendo al caos. Esto amenaza nuestra soberanía y existencia como nación", dijo Desalegn durante su alocución
Los oromo y los amara
Los disturbios comenzaron en noviembre de 2015 cuando el Gobierno anunció nuevos proyectos de construcción en la capital que los críticos temen perjudiquen a la población rural. Los oromo también piden respeto a su identidad, ya que han experimentado una marginación y persecución sistemática por parte de las fuerzas gubernamentales, que han utilizado un uso excesivo de la fuerza contra sus protestas pacíficas en más de una ocasión.
El régimen autoritario etíope afronta un movimiento de contestación antigubernamental sin precedentes en los últimos años, al que además de la etnia oromo se han sumado los amara, el segundo grupo mayoritario, que también se consideran marginados por el Gobierno de Desalegn. El régimen de los amara, apoyado por el gobierno militar anterior y una estirpe de emperadores, fue reemplazado por el liderazgo de los tigray, la etnia minoritaria que sustenta al actual partido gobernante, tras el derrocamiento del dictador comunista Mengistu Haile Mariam en 1991.
La canciller alemana, Angela Merkel, viajará a Etiopía esta semana en el marco de su gira por el continente africano y se reunirá con representantes de la oposición.
FEW (EFE, dpa)
Socialismo en África, un patrimonio oxidado
En la Casa Iwalewa de la Universidad de Bayreuth, la exposición "Things Fall Apart" (Todo se desmorona) repasa las relaciones de África con los países socialistas: de la URSS a la caída del socialismo real, y hasta hoy.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Viejas cadenas, nueva visión
Mientras los países africanos se liberaban de sus cadenas coloniales a fines de la década de 1950, las antiguas potencias coloniales se hallaban ya inmersas en la Guerra Fría. Aquel enfrentamiento ideológico tuvo también su correlato en el continente africano. Con lemas propagandísticos como "África lucha, África gana", la Unión Soviética buscaba ganar la simpatía de los jóvenes Estados africanos.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Una Utopía se oxida
La hermandad entre la Unión Soviética y los Estados africanos duró apenas un par de décadas. Pero sus huellas llegan hasta hasta el presente. El fotógrafo angoleño Kiluanji Kia Henda localizó al Karl Marx en un cementerio de barcos del norte de Luanda, en 2006. Había sido parte de una flota pesquera, que fue donada a Angola por la Unión Soviética y que apenas estuvo un par de años en operación.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Lucha de poder en suelo africano
En estos murales descoloridos −documentados por la fotógrafa sudafricana Jo Ractliffe-, Fidel Castro (i), Leonid Brezhnev (d) y Agostinho Neto (c), el primer presidente de Angola, recuerdan la historia socialista de Angola. En la guerra civil angoleña, Cuba aportó tropas y la URSS armas a Neto. Del otro lado de la línea de combate, armas y financiamiento de la Sudáfrica del apartheid y los EE. UU.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Un ícono del antimperialismo
También Patrice Lumumba, el primer ministro fundador de la República Democrática del Congo, simpatizó con el socialismo. Tras pedir ayuda a la URSS, ante una crisis política en su joven Estado, fue despojado del poder y asesinado en presencia de los servicios secretos belgas. A este ícono de la lucha independentista africana, la URSS le rindió homenaje con un sello postal propio.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Invitados, pero no siempre bienvenidos
La URSS ofreció estudios superiores a jóvenes africanos, que se formaron en universidades como la "Patrice-Lumumba", en Moscú. Pero esos estudiantes se vieron muchas veces confrontados con situaciones de racismo. Y protestaron. Una protesta de los estudiantes africanos a fines de los años 50 pasaría a la historia como la primera manifestación pública tras la era de Stalin.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Brezhnev en África, la película
La Unión Soviética no ahorró costos ni esfuerzos para llevar su ideología a los países africanos. Una visita de Leonid Brezhnev a Guinea, en 1957, quedó grabada en cinta. El documentalista Alexander Markov retomó el filme propagandístico en un documental que se presentó en la selección de la Berlinale, el festival de cine de Berlín, en 2015.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Unidos en el cosmos
La propaganda en voz e imágenes era fácil de transportar y fue, por eso, un medio priorizado. Con representaciones estereotípicas de niños de tres continentes, debía mostrarse un desarrollo que solo se podía alcanzar unidos. Para muchos niños, esta puede haber sido una motivación: la esperanza de participar juntos en un viaje al espacio, de convertirse, incluso, en “cosmonautas”.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Vivas al socialismo
Etiopía era la sede la Organización para la Unidad Africana (OUA) y el régimen militar de Mengistu Hailemariam tenía mucho que agradecer a la URSS. En la OUA, una gigantesca escultura de Lenin recibía a los visitantes. El monumento a Marx de la foto, inaugurado por el entonces presidente de la República Democrática Alemana (RDA), Erich Honecker, sigue en pie en la Universidad de Addis Abeba.
Imagen: picture-alliance/ZB
Herencia socialista
Hasta hoy, los gobernantes africanos siguen sirviéndose de la estética realsocialista. Así, este monumento de bronce, que lleva el nombre de "Renacimiento Africano", fue mandado a erigir por el presidente senegalés Abdoulaye Wade en 2010. El conjunto fue diseñado y acabado por una empresa norcoreana que, tras Addis Abeba, proveyó a más de 20 ciudades africanas con sus gigantescas creaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa
Estética totalitaria
El presidente de Botswana, Festus Mogae, inauguró este conjunto escultórico en 2005. El monumento muestra a tres líderes ("Three Dikgosi"), considerados padres fundadores del Estado actual. El surcoreano Onejoon Che reconstruye en modelos y fotografías esta estética totalitaria del socialismo real en África.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Después de la función, vacío
Burkina Faso se considera el último intento por establecer un socialismo africano. En Uagadugú, capital del cine africano, mostraban sus películas cineastas que estudiaron en Moscú, como Ousmane Sembène. El oficial socialista Thomas Sankara impulsó el Festival panafricano de Cine y Televisión de Uagadugú (FESPACO), que se celebra hasta hoy. El fotógrafo Isaac Julien (2005) muestra el cine vacío.
Imagen: Iwalewahaus/Isaac Julien
¿Pronto en África?
La exposición itinerante "Things Fall Apart" fue concebida en Londres y Bayreuth, donde puede visitarse hasta el domingo (18.09.2016). Desde diciembre, podrá verse por dos meses en Budapest. ¿Y después? La Casa Iwalewa de Bayreuth conversa con diversas representaciones del Instituto Goethe para presentarla en África, donde el sueño del socialismo quedó, también, como una utopía inalcanzada.