En la capital etíope las autoridades llamaron a los habitantes a defender la ciudad ante la guerra con Tigray.
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Tras varios días de escalada en la violencia de parte de los rebeldes de Tigray en Etiopía. Este martes (02.11.2021) el Gobierno declaró estado de emergencia en todo el país y las autoridades de la capital, Adís Abeba, pidieron a los residentes de la urbe que registren todas sus armas privadas y cooperen con las fuerzas de seguridad para defender sus barrios de los rebeldes de la región de Tigray, en guerra con el Gobierno federal desde hace casi un año.
"A partir de ahora, las fuerzas de seguridad pueden hacer registros e inspecciones en cualquier momento, y pedimos a todos los sectores de nuestra sociedad que cooperen con ellas”, advirtió en un comunicado el jefe de la Oficina de Seguridad de Adís Abeba, Kenena Yadeta.
Kenena también dijo que el Gobierno de Etiopía tomará "medidas legales estrictas contra quienes difundan propaganda falsa sobre el Ejército y otras fuerzas de seguridad” que luchan contra el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), partido gobernante en la región norteña hasta el estallido del conflicto, en noviembre de 2020.
Este fin de semana, los combatientes del FPLT anunciaron haber logrado el control total de las ciudades de Dessie y Kombolcha- en la vecina región de Amhara, a menos de 400 kilómetros de la capital de Etiopía- unos logros militares que el portavoz del Gobierno, Legesse Tulu, negó. No obstante, y de ser cierto, Esto situaría a los rebeldes del FPLT en el mismo territorio donde operan los insurgentes de etnia oromo del Ejército de Liberación Oromo (ELO), con quienes anunciaron una alianza a finales de agosto.
Ante el avance de las fuerzas tigriñas en Amhara, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, envió anoche un mensaje a los etíopes urgiendo a poner "temporalmente" sus asuntos cotidianos en espera y a unirse y a organizarse para poner "cada arma y cada poder" al servicio de la guerra contra el FPLT.
La acometida rebelde de este fin de semana sobre Amhara, ocurrió después de varios días de bombardeos sobre la capital tigriña, Mekele, y otras zonas de la región por parte del Gobierno etíope y de sus aliados.
La guerra entre Tigray y el Ejecutivo central de Etiopía estalló el 4 de noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope ordenó una ofensiva contra el FPLT en represalia por un ataque contra una base militar federal y después de una escalada de tensiones políticas.
mn (efe, afp)
Etiopía: un año de crisis en Tigray
El conflicto que enfrenta al Gobierno central con los rebeldes de la región etíope de Tigray (también llamada Tigré) no muestra señales de que vaya a terminar pronto, y la crisis humanitaria es cada vez más grave.
Imagen: AP Photo/picture alliance
Una ciudad en llamas
Residentes de la capital de Tigray, Mekele, revisan los escombros dejados por uno de los bombardeos lanzados por las fuerzas gubernamentales el pasado 20 de octubre. Los militares aseguran que el objetivo era una fábrica de armas operada por el Frente de Liberación del Pueblo del Tigray (FLPT), afirmación que las fuerzas rebeldes niegan.
Imagen: AP Photo/picture alliance
Humos de guerra
El humo de un reciente ataque aéreo se alza sobre las calles de Mekele. Los combatientes tigrinos acusan al Gobierno de haber matado civiles con estas ofensivas, pero las autoridades centrales insisten en que solo atacan objetivos militares. Los vecinos han confirmado que al menos un importante complejo industrial de la ciudad fue destruido por los proyectiles.
Imagen: Million Haileselassie/DW
Soldados capturados
Capturados por las fuerzas rebeldes, soldados del Gobierno etíope y de milicias aliadas esperan ser trasladados a un centro de detención. La imagen es del pasado 22 de octubre. Los militares fueron exhibidos por las calles de Mekele, a bordo de camiones descapotables, como una demostración de fuerza, el mismo día en que se cumplían cuatro jornadas consecutivas de bombardeos sobre la capital.
Imagen: picture alliance/AP
Cruz Roja en camino
Un vehículo de la Cruz Roja de Etiopía avanza por Mekele, tras los bombardeos gubernamentales. La entidad ha estado trabajando incansablamente para entregar ayuda médica y albergues básicos en la región. En medio de un apagón comunicacional en Tigray, la Cruz Roja también es vital para reconectar a familias separadas por el conflicto.
Imagen: Million Haileselassie/DW
Escasa ayuda
Un avión de carga de la organización de ayuda Samaritan's Purse descargó suministros en el aeropuerto de Mekele, el pasado mes de marzo. Desde entonces, el flujo de la ayuda humanitaria se ha visto fuertemente limitado, con barricadas en rutas clave -que impiden el paso de convoyes- y ataques aéreos -que obligan a abortar vuelos con suministros.
Imagen: AA/picture alliance
Una súplica desesperada
Trabajadores de la salud protestan frente a la oficina de Naciones Unidas, en Mekele, para condenar la muerte de pacientes debido a la grave escasez de alimentos y medicamentos. Las existencias de suministros cada vez son menores, mientras las tasas de desnutrición entre los niños se disparan. Pero la ONU ya anunció que tendrá que retirar a la mitad de sus funcionarios desplegados en Etiopía.
Imagen: Million Haileselassie /DW
Víctima de la guerra
Una víctima del ataque aéreo a Togoga recibe asistencia médica. El 22 de junio, un día de mercado, la Fuerza Aérea de Etiopía lanzó un ataque contra la ciudad tigrina de Togoga, matando a 64 civiles e hiriendo a 184. Las ambulancias que intentaban ayudar fueron inicialmente bloqueadas por soldados, antes de que otro convoy rompiera el cerco y llevara a 25 lesionados a un hospital de Mekele.
Imagen: Million Haileselassie/DW
Protestas internacionales
Al otro lado del mundo, cientos de personas se congregaron en Whitehall, Londres, el 19 de octubre, portando banderas y gritando consignas por el fin de la violencia y del bloqueo en Tigray. Muchos de los manifestantes eran mienbros de la diáspora tigrina, etíope y eritrea.
Imagen: Tayfun Salci/picture alliance/ZUMAPRESS
Autoridades y activistas progubernamentales
En septiembre, en Adis Abeba, frente a la oficina del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, manifestantes protestaron contra el envío de ayuda al Tigray. El Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT) es calificado como organización terrorista por el Gobierno etíope. Autoridades y activistas acusan a sus combatientes de cometer toda clase de atrocidades, como reclutar soldados infantiles.