"Las redes sociales fueron fundamentales en el ataque a las instituciones brasileñas. Así se fue difundiendo, por  meses, la narrativa bolsonarista de que las elecciones iban a ser robadas”, dijo a DW Anna Cavazzini, vicepresidenta de la Delegación para las Relaciones con Brasil.

La resolución consensuada esta semana en la Eurocámara por cuatro grupos políticos condena el ataque a las instituciones brasileñas y se solidariza con el recién democráticamente elegido gobierno de Lula Da Silva. Así mismo, enmarca  los acontecimientos ocurridos en Brasilia, el asalto del Capitolio de Estados Unidos, en enero de 2021, y las detenciones en diciembre de 2022 en relación con un atentado planeado contra el Bundestag alemán, en un auge del fascismo transnacional, el racismo y el extremismo.

Con todo, "si bien hay móviles conjuntos como minar la democracia, el ataque al Bundestag -que pudo ser evitado por las agencias de seguridad- fue orquestado por un grupo relativamente pequeño de terroristas de extrema derecha; en Brasil estamos hablando de masas que fueron movilizadas”, puntualiza Cavazzini.

"Es global la amenaza de los movimientos de extrema derecha, que utilizan las redes para lograr sus objetivos”, comenta a DW, por su parte, Maria-Manuel Leitao Marques, negociadora de la resolución por el bloque socialista. El texto, aprobado por amplia mayoría, apunta a la importancia de regular las plataformas para evitar la desinformación y los contenidos de odio. ¿De qué manera?

Cómo regular la red

"Europa está siendo pionera en la regulación del mundo digital. Podemos servir de ejemplo a otras regiones del mundo sobre cómo afrontar estos nuevos retos y promover, en colaboración con ellas, el desarrollo de principios comunes para hacer frente a estas y otras amenazas a la democracia, dentro y fuera de internet”, explica Leitao-Marques, eurodiputada portuguesa, vicepresidenta de la comisión de Mercado Interior y Protección al Consumidor.

¿De qué se trata concretamente? "El año pasado aprobamos dos leyes que son fundamentales para el control democrático de las grandes plataformas. Es importante decir que no se trata de que la política decida lo que se puede decir o no -la libertad de expresión debe estar asegurada-; se trata de la moderación de contenidos”, responde Cavazzini, eurodiputada por Alemania del bloque ecologista.

Efectivamente, el llamado Reglamento de Servicios Digitales (DSA) contiene medidas para que las plataformas auditen los impactos de sus servicios y tomen medidas para mitigar los riesgos, también en el caso de procesos electorales o impactos en el discurso público.

"En el Parlamento Europeo estamos trabajando en una propuesta sobre transparencia y orientación de la propaganda política. También estamos negociando medidas que podrían, por ejemplo, permitir a los ciudadanos ver claramente cuándo están viendo un anuncio político; éstos estarían luego en una biblioteca en línea de publicidad política a nivel de la UE. Cualquier ciudadano o periodista podría consultarla para pedir cuentas a los políticos que los apoyan o para evaluar la veracidad de la información”, explica Leitao-Marques.

En pos de una regulación global

No obstante, "dado que el mundo digital es global, la regulación europea, para ser realmente eficaz, necesita que otras partes del mundo compartan estos principios. La Comisión Europea ha anunciado que pronto presentará su Alianza Digital, para que la UE y América Latina unan fuerzas en apoyo de las normas y estándares globales, construyendo sociedades digitales sostenibles, democráticas, igualitarias e inclusivas”, anuncia Leitao-Marques, catedrática de la Universidad de Coimbra.

Pase lo que pase con el gran proyecto de la Alianza Digital a nivel regional, e independientemente de que el acuerdo entre la UE y los países del Mercosur llegue a buen puerto, "con el nuevo gobierno brasileño, con el que compartimos valores y preocupaciones democráticas -lo cual no era el caso con el de Jair Bolsonaro- podemos comenzar ya a cooperar implementando las buenas experiencias con las nuevas regulaciones que hemos establecido en la Unión Europea”, informa Cavazzini, enfatizando que los intentos en este sentido por parte de legisladores brasileños habían sido frenados hasta el momento.

(cp)