"Vamos a poner en el tapete este tema de forma masiva. Hay que decírselo a la gente", declaró el presidente de la agrupación, el catedrático de economía y eurodiputado Bernd Lucke. El líder eurocrítico calificó la unión bancaria de "amenazante para los ahorristas alemanes".

"La unión bancaria será financiada al final por los clientes de los bancos", advirtió, y recordó que la deuda de los bancos "es tres veces mayor que la deuda soberana". "Los tests de estrés siguen sin ser publicados y nadie sabe por qué", dijo Lucke sobre las pruebas de resistencia a las principales.

instituciones crediticias europeas que deberán ser dadas a conocer antes de que el Banco Central Europeo asuma sus funciones de supervisor único el 4 de noviembre.

AfD entró a dos Parlamentos regionales

Los euroescépticos festejaron el domingo el ingreso a dos Parlamentos regionales y ahora están presentes en tres estados del este del país. La AfD alcanzó en su primera participación electoral un 12,2 por ciento en Brandeburgo, un tradicional bastión del Partido Socialdemócrata, y un 10,6 por ciento en Turingia, donde la Unión Demócrata Cristiana de Merkel gobierna desde 1990.

Dos semanas antes, los eurocríticos celebraron en Sajonia el primer desembarco en un hemiciclo alemán, con un 10,1 por ciento. El año pasado, la AfD quedó a un paso de entrar en el Parlamento federal y en mayo consiguió la representación en la Eurocámara con un siete por ciento de los votos.

Su meteórico ascenso ha generado creciente nerviosismo entre los partidos tradicionales alemanes, que perdieron votos en mayor o menor medida en favor de esta nueva formación y buscan respuestas al fenómeno. El eurodiputado destacó el hecho de que su partido recabó votos entre electores de los partidos tradicionales sin distinción entre derecha o izquierda. "Esta postura de derecha o izquierda no encaja con la AfD. Nos dirigimos a todos los estratos de la sociedad y a todo el espectro político. Somos un pequeño partido popular".

AfD: Militantes ultraderechistas y mano dura

La AfD ha sido descartada por el resto de formaciones como socio, en tanto que formación populista, en cuyas filas hay exmilitantes ultraderechistas y cuyo programa mezcla el euroescepticismo con apuestas de mano dura contra la criminalidad, un endurecimiento de la ley de asilo y un mayor control de la inmigración.

Los analistas coinciden, sin embargo, en que es una formación que se nutre de electorado no sólo "arrancado" de los conservadores o de los ultraderechistas, o procedente del voto de protesta, sino que es capaz de reclutar votantes de prácticamente todos los espectros, incluida la Izquierda y con la única excepción de los Verdes.

Las Uniones Demócrata y Socialcristianas de la canciller Angela Merkel han tratado de ignorar a la agrupación que reúne a muchos conservadores desencantados y que enarbola conceptos que defendían los democristianos hace 20 años como el freno a la inmigración y la defensa de la familia tradicional.

Poscomunistas quieren formar primer gobierno regional en Alemania

A 25 años de la caída del Muro de Berlín, Alemania podría tener por primera vez un gobierno liderado por los herederos de los comunistas que rigieron durante medio siglo el este del país, según los planes anunciados hoy por el Partido La Izquierda tras los comicios en el estado de Turingia. "Creo que estamos en condiciones de formar un tripartito rojo-rojo-verde", dijo hoy el candidato de los poscomunistas de Turingia, Bodo Ramelow, en alusión a la alianza que aspira a forjar con el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes. "La invitación al SPD y a los Verdes será remitida o ya ha sido
remitida. Queremos hablar ahora de contenidos", señaló el líder izquierdista. Las elecciones regionales del domingo en el estado de Turingia arrojaron por primera vez la posibilidad de que un poscomunista lidere un gobierno regional.

CP (dpa, efe)