Europa vive temperaturas sin precedentes este verano de 2018. Incluso en los países más fríos, en la Península Escandinava, se dieron registros históricamente altos. Esto estaría relacionado con el cambio climático.
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Los europeos se enfrentan a varias semanas con temperaturas de hasta 39 grados, algo bastante inusual, ya que, por lo general, las olas de calor extremo son cortas.
En muchos países, como en Alemania, las viviendas y lugares de trabajo no están equipadas, por lo general, con aire acondicionado, por lo cual soportar el calor se vuelve difícil. Pero eso no es lo peor: en países como Grecia, los incendios forestales ya tuvieron un saldo de 91 víctimas mortales y cuantiosas pérdidas materiales.
Incluso en Suecia y otros países de la Península Escandinava, tradicionalmente más fríos en verano, la canícula produjo incendios en los bosques, así como una plaga de algas tóxicas en el Mar Báltico. Asimismo, en Alemania, hay preocupación por las bombas de la II Guerra Mundial, ocultas bajo el subsuelo.
El cambio climático, según un estudio del Instituto Meteorológico Real de los Países Bajos, hace que la probabilidad de que Europa se vea afectada por temperaturas extremas se haya duplicado.
En este especial, DW lo informa y analiza este fenómeno con notas, galerías de imágenes y videos.
CP
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Ola de calor: Alemania se achicharra
¿Idilio veraniego? Nada de eso. Los prados se secan, el asfalto se agrieta, hay incendios en los campos. La gente y los animales, incluyendo un oso polar, buscan la forma de refrescarse.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Pleul
Calor extremo
Solo dos grados faltan para llegar a la marca de los 40. El Servicio Meteorológico pronostica para los próximos días temperaturas de hasta 38 grados. El calor tiene atenazada a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Pleul
Descanso en el parque
¡Simplemente, no hacer nada! Una ciclista toma sol en un parque de Berlín. Con estas temperaturas, lo mejor es relajarse y disfrutar al aire libre, en lugar de cocinarse entre las propias cuatro paredes.
Imagen: picture-alliance/dpa/W. Kumm
Problemas para despegar
En plena temporada de vacaciones, el aeropuerto de Hanóver tuvo que ser cerrado de forma imprevista. La razón: daños en las pistas, provocados por el calor. Debido a las grietas en el asfalto hubo que cancelar 85 despegues y aterrizajes.
Imagen: picture-alliance/dpa/Flughafen Hannover
El agua escasea...
...en este campo en las afueras de la localidad de Garding, en Schleswig-Holstein. La ola de calor tiene consecuencias negativas para las cosechas y los animales. El presidente de la asociación de agricultores, Joachim Rukwied, demandó que se declarara estado de emergencia en las regiones más afectadas.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Heimken
Bomberos en acción
Las espigas secas bajo el sol abrasador pueden ser fácilmente pasto de las llamas. En este campo de Brieslag, en Brandeburgo, tuvieron que entrar en acción los bomberos para apagar un incendio.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stähle
Agua de la piscina
Cuando el agua escasea, hay que improvisar. En la localidad de Serno, en Sajonia-Anhalt, un carro de bomberos llena su estanque con el agua de la piscina municipal. Cerca de 60 hectáreas de sembradíos y bosques se quemaron en la zona de Wittenberg.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Woitas
Una brisa, ¡por favor!
En la playa de Timmendorf, en Schleswig-Holstein, ya no cabe un alfiler. Y eso que, en comparación con el resto del país, las temperaturas registradas allí son más bien frescas: el martes, el termómetro marcó 28 grados.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Scholz
Helado en vez de hielo
Tonja, la osa polar del zoológico berlinés de Friedrichsfelde, intenta escapar del calor con un buen baño, y con una deliciosa copa de helados con frutas.
Imagen: Imago/Olaf Wagner
Una mirada al futuro
Lo que ahora se considera un verano excepcionalmente caluroso, podría convertirse en algo normal dentro de unos 30 años. El Instituto de Investigación de Consecuencias Climáticas de Potsdam predice que las fases de calor extremo se volverán más frecuentes.