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Europa busca energía verde en el Cáucaso

Oliver Ristau
20 de junio de 2023

La UE quiere importar electricidad verde de Georgia para poder cumplir sus objetivos climáticos. Un cable submarino a través del Mar Negro podría ser la solución.

El río Kurá en Georgia.
El río Kurá, a su paso por Tiflis.Imagen: Oliver Ristau

El Kurá fluye a través de Tiflis, la capital de Georgia. Es el río más largo del Cáucaso y es una arteria para el país y su industria energética. Alrededor del 70 por ciento de la electricidad del país de 3,7 millones de habitantes, ubicado entre Rusia, Turquía, Armenia y Azerbaiyán, proviene de la energía hidroeléctrica. El 20 por ciento procede del carbón y el gas natural y el resto se importa aún deRusia.

Alemania y la UE creen que Georgia debería independizarse de su gran vecino del norte y convertirse en un país exportador de electricidad a Europa.

De este sector en Alemania se encarga el Instituto Federal de Préstamos para la Reconstrucción (KfW). Por ejemplo, impulsando la expansión de la red eléctrica con más de 200 millones de euros, lo que permitiría a Georgia generar más energía renovable.

El generador de electricidad de Georgia, GSE, es de propiedad estatal y espera ampliar la capacidad de los 4.600 megavatios (MW) actuales a casi 10.000 MW para 2033. Las nuevas plantas de energía hidroeléctrica proporcionarían casi cuatro gigavatios (GW), además de los nuevos parques eólicos con 900 MW y fotovoltaicos con 200 MW. En la actualidad, solo funciona un parque eólico de 21 MW.

Energía eólica marina del Mar Caspio

Georgia pasaría de ser un importador neto de electricidad a un exportador de electricidad verde hacia Europa. También los parques eólicos marinos en el Mar Caspio de Azerbaiyán podrían contribuir a la exportación de electricidad verde hacia occidente. Para ello, la UE y Georgia tendrían que realizar un tendido eléctrico de unos 1.100 kilómetros a través del Mar Negro, uno de los cables eléctricos submarinos más largos del mundo. Podría transportar 1.000 MW en ambas direcciones. Pero las inversiones ascenderían a más de dos mil millones de euros.

Actualmente, las partes involucradas estudian la factibilidad del proyecto y esperan conocer los resultados a fines de 2023. En 2029, el cable podría convertirse en una realidad. Los altos costos y el tema de la seguridad han llevado a los involucrados a buscar una alternativa, porque el cable submarino se hallaría a una relativa distancia de la península de Crimea, controlada por Rusia.

Una subestación transformadora para el generador de electricidad georgiano en Akhalzikhe, cerca de la frontera turca.Imagen: Oliver Ristau

La alternativa turca

Otra alternativa sería que la electricidad verde del Cáucaso se transportara hacia occidente a través de la red eléctrica turca, dice Thomas Arlt, de la empresa de ingeniería alemana Fichtner. Ambas redes están sincronizadas. Pero hay un requisito previo: la red en Georgia primero debe desacoplarse de la red eléctrica rusa con la que está sincronizada. En nombre del KfW, la empresa con sede en Stuttgart, construyó una subestación transformadora para el generador de electricidad georgiano en Akhalzikhe, cerca de la frontera turca, que puede alimentar a la red turco-europea hasta con 700 MW de electricidad georgiana.

"Nunca había habido una subestación transformadora tan rentable", afirma Arlt. Debido a que los precios de la electricidad en Turquía se triplicaron el año pasado, las exportaciones hicieron sonar las arcas de los georgianos. Turquía ha anunciado una ampliación de las redes. Sin embargo, no se ha formalizado aún en qué medida el país cooperará para enviar electricidad verde a la UE.

Intercambio de electricidad e hidrógeno verde

La empresa estatal georgiana GSE anunció la creación de una bolsa de electricidad para el año en curso. "Sin un mercado eléctrico tan abierto, no vendría ningún inversionista extranjero", dijo el miembro del consejo de GSE, Zviad Gachechiladze. Debido a que los precios de la electricidad todavía están regulados por el Estado, el libre comercio es casi imposible. "Pero un precio de mercado crea la base para los acuerdos de compra de energía verde”, estima. De esta manera, el capital podría llegar al pequeño país y así ofrecer energía verde a Europa.

Nota sobre transparencia: Partes del artículo fueron investigadas en un viaje de carácter periodístico organizado por el Instituto Federal de Préstamos para la Reconstrucción (KfW).

(rmr/ers)

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