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“Europa debe buscar la receta contra la derecha populista"

Volker Wagener (MS/ERS)24 de mayo de 2016

Partidos tradicionales en declive, derecha populista en ascenso y victoria ajustada del candidato independiente en las presidenciales austríacas. El politólogo Peter Filzmaier analiza el panorama político de Austria.

Alexander Van der Bellen Sieg in Österreich
Imagen: picture-alliance/dpa/F.Wieser

DW: Alexander Van der Bellen, un candidato de cierta edad -72 años-, representante de un partido pequeño, y que además quedó en segundo lugar en la primera ronda de las elecciones presidenciales, ganó por la mínima en la segunda vuelta a Norbert Hofer, el candidato del FPÖ, el Partido de la Libertad de Austria, de extrema derecha. ¿Se ha producido aquí una alianza que abarca desde el sector conservador hasta el comunista para impedir que Hofer llegue a la presidencia?

Filzmaier: La edad no es ningún criterio. Los candidatos a la presidencia de Austria suelen tener edad avanzada. Pero lo que sí es destacable es que dos candidatos de partidos de la oposición llegaran a la segunda ronda de las elecciones. Eso tiene que ver, sencilla y llanamente, con el hecho de que el 80 por ciento de los electores, sin importar cuál fue su voto último, estaban decepcionados o irritados con la política. Por supuesto, es una señal de advertencia para el Gobierno. Alexander Van der Bellen ha logrado una alianza de electores contra un claro candidato de la derecha. Esa alianza de votantes abarcó por supuesto a los Verdes, el partido del que procede Hofer, pasando por los socialdemócratas hasta los democristianos liberales, ya que, después de todo, los votos decisivos para la victoria de Van der Bellen vinieron de áreas urbanas. Hofer se llevó el voto en las zonas rurales.

¿Cuán profunda es ahora la fractura social en Austria?

Hay visiones radicalmente diferentes sobre cuestiones fundamentales como, por ejemplo, si las cosas en Austria se mueven en la dirección adecuada. También hay distintas opiniones en lo que concierne al desarrollo económico, tanto en lo macroeconómico como en calidad de vida a nivel individual. Hay pesimistas y optimistas. Los pesimistas apoyaron más bien a Hofer, mientras que los optimistas, con una ajustada victoria, a Van der Bellen.

Durante décadas, Austria fue gobernada pacíficamente por los conservadores del ÖVP (Partido Popular de Austria) y los socialdemócratas del SPÖ. Ahora ambas formaciones se ha debilitado. ¿Se trata solo de una transición o estamos ante el final de una era?

Es un declive continuo, pues pensar ahora en una gran coalición entre socialdemócratas y cristianodemócratas es lisa y llanamente absurdo. Sus respectivos candidatos apenas lograron juntos sobrepasar el 20 por ciento de los votos en la primera ronda de las presidenciales. Incluso logrando como máximo el 40 por ciento, están lejos de conseguir una mayoría conjunta y es de esperar que, tras las próximas elecciones parlamentarias, previstas para otoño de 2018, si es que no se adelantan, ambas formaciones no tengan mayoría para una coalición. La cuestión ya no es si quieren trabajar juntos. Ahora lo que intentan es hacer un último esfuerzo.

El FPÖ o Partido de la Libertad de Austria es una realidad en Austria que lleva mucho más tiempo que otros partidos de derecha populista en Europa. ¿Qué efectos tiene este partido en el exterior? ¿Es quizá incluso un ejemplo para lo que sucede en países como Polonia y Hungría?

El FPÖ se pone siempre como ejemplo típico de un partido de derecha populista. Y lo es en muchos aspectos. Por ejemplo, en temas como la seguridad, en los que reclama más control, así como una policía y un Ejército más fuertes, no solo en la lucha contra el terrorismo. El FPÖ también reivindica una política muy estricta sobre migración y refugiados. Seguro que son cosas que otros partidos de derecha de otros países han tomado. El éxito del FPÖ también se basa en combinar hábilmente sus puntos de vista de la derecha populista con algunas consignas de la izquierda populista. Por ejemplo, en lo referente a las prestaciones sociales que deben ser sufragadas por el Estado. Ahí el FPÖ se sitúa más bien hacia el centro-izquierda.

Peter Filzmaier es politólogo.Imagen: picture-alliance/APA/picturedesk.com

¿Qué riesgos implica para la Unión Europea el creciente aumento de los partidos de derecha populista? ¿Cambiará Europa por influjo de la crítica procedente de la derecha o Bruselas podrá domesticarla?

La Unión Europea ha seguido de forma muy crítica y con preocupación las elecciones en Austria, pues la intención de voto era signo también de una renacionalización o una reafirmación del Estado nacional. Se trata también de las competencias de los 28 miembros de la Unión Europea, no solo de las de un pequeño país. Esta preocupación y esta observación crítica por parte de la UE estaban justificadas. Las instituciones europeas y sus representantes no deben dejarse engañar por el hecho de que la victoria haya recaído por poco en el candidato de izquierda liberal. Con un margen de tan solo 30.000 votos, el resultado podría haber ido en la otra dirección. Es un fenómeno que hay que seguir observando con el fin de encontrar una receta para luchar contra él.

El profesor Peter Filzmaier es politólogo de la Universidad de Krems an der Donau, Austria.

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