Europa del Este endurece su posición con los refugiados
Christoph Hasselbach (JAG/JC)8 de enero de 2016
Antes de los sucesos de Colonia, algunos Gobiernos de Europa del Este se pronunciaron en contra de aceptar refugiados musulmanes. Ahora, sus sospechas han sido confirmadas.
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Polonia, República Checa, Hungría o Eslovaquia… ahora parece que tenía sentido lo que decían los Gobiernos y la prensa de estos países: tenía que suceder algo así. La declaración más contundente fue del presidente eslovaco Robert Fico. “Mientras sigan llegando inmigrantes se producirán tales problemas”, dijo este jueves ante los periodistas. “No queremos que esto nos pase a nosotros”.
Ingenuos altruistas
Fico cree que el problema son, sobre todo, los musulmanes. Su conclusión es prohibirles la entrada. Además cuenta con el apoyo de los medios importantes del país. El diario eslovaco “Sme” considera que Alemania ha sido ingenua: “La crisis migratoria ha creado una subcultura de altruistas, que dedican mucho tiempo y dinero a los que llegan para sentirse moralmente superiores”. Por su parte, el “Pravda” evita hablar de una culpa colectiva de los musulmanes, pero reconoce que cada vez será más difícil defender sus comportamientos. “La discusión sobre lo que significa la integración de semejante número de inmigrantes en la sociedad europea no era fácil antes de los sucesos de Nochevieja en Colonia. Pero ahora, además, hay señales muy incómodas y provocadoras”, publica el diario.
En la República Checa, su presidente, Milos Zeman, y su predecesor, Vaclav Klaus, repitieron su postura contra los refugiados. Sin mencionar Colonia, Zeman dijo hace días que “la invasión está orquestada por los Hermanos Musulmanes apoyados financieramente por otros países”. Así, la hermandad conseguiría controlar Europa poco a poco. Desde el diario “Lidove Noviny” sí se establece una relación con los sucesos de Colonia. “Lo que pasó en Nochevieja apoya los argumentos de precaución en la entrada de inmigrantes. Hasta ahora nos decían que las “zonas sin ley” eran meras imaginaciones. Ahora, el ministro de Justicia alemán dijo que no toleraría esa “zonas sin ley”. ¿Lucha entonces contra un peligro inexistente o está reconociendo la magnitud del problema?”
Uno de los más severos comentarios sobre los hechos de Colonia viene del húngaro “Magyar Idök”: “Para derrumbar la ingenua imagen de familias que huyen de la miseria y la guerra bastaba con hacer una conexión en vivo con la Nochevieja de Colonia. Con la corrección política de los periodistas alemanes se silencian esas cosas. Hemos creado una Stasi (policía secreta) mediática que vela por la dictadura de la opinión”.
¿Redistribución de refugiados?
A raíz de lo acaecido en Colonia, está claro que las grietas en la política de asilo Europa son aún más profundas. Y eso también tendrá consecuencias para la cooperación. Por ejemplo, en el plan de redistribución de los refugiados en diferentes países, uno de los pilares básicos para Angela Merkel de cara a superar la crisis que ahora se mantiene sobre pies de barro. En otoño, los ministros aceptaron redistribuir a 160.000 solicitantes de asilo. Rumania, Hungría, la República Checa y Eslovaquia aceptaron el acuerdo, pero rechazaron cuotas fijas, y Eslovaquia y Hungría impusieron una demanda ante el Tribunal Europeo de Justicia. Además, también hay otros países insatisfechos con la medida. De los 160.000 refugiados que debían haber sido redistribuidos desde Grecia o Italia, solo unos cientos han sido enviados a otros países.
Como símbolo de la férrea posición del bloque del este, el presidente eslovaco Fico no solo rechaza la entrada de refugiados, sino que además se niega a invertir dinero en ayuda humanitaria. Dichos medios deberían ser usados como defensa: “Destinaremos la ayuda financiera para la crisis migratoria a proteger las fronteras exteriores de Schengen. Solo así se podrá frenar el flujo irregular”. Por otra parte, la Eslovaquia de Fico tiene poco que temer. En todo el año 2015 solo hubo 169 solicitudes de asilo y únicamente ocho fueron aceptados. No se sabe cuántos de ellos eran musulmanes.
El negocio con los refugiados (29.10.2015)
Miles de refugiados atraviesan Serbia rumbo a los países occidentales de Europa. Para los comerciantes en las proximidades de los campamentos representan un negocio lucrativo. Diego Cupolo reporta desde los Balcanes.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Conductor de autobús o coyote?
En los Balcanes, el negocio del transporte crece vertiginosamente. En la entrada del campamento de refugiados en Presevo (Serbia), el albanés Liridon Bizazli ofrece un servicio de transporte en autobús a Croacia por 35 euros. Como mesero solo gana unos ocho euros al día. Con la venta de boletos de autobús entre 50 a 70 euros.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos se ayudan
Pese a la ganancia que genera su negocio, Bizazli no está orgulloso de él. Asegura que a veces también transporta gratuitamente a familias con niños que no tienen dinero para pagar el pasaje. “Yo también fui un refugiado”, cuenta. “Los viajes en autobús deberían ser gratuitos. Europa da dinero a Serbia para que ayude a los refugiados, pero el Gobierno no hace nada.”
Imagen: DW/D. Cupolo
Demanda y oferta
Cada día, entre 8.000 a 10.000 refugiados arriban a Presevo. Debido a la creciente demanda, los negocios en la región han extendido sus horarios de apertura. A las tiendas de alimentos y cocinas rápidas no les faltan clientes. Los precios se han duplicado, en algunos casos hasta triplicado. “En ningún otro lugar en Serbia he visto una hamburguesa tan cara como aquí”, dice Bizazli.
Imagen: DW/D. Cupolo
Desde tarjetas SIM hasta carretillas
Aparte de comida, lo primero que los refugiados buscan en un nuevo país son tarjetas SIM para poder comunicarse con sus familias y amigos. Por ello, cerca de los campamentos de refugiados, muchos habitantes venden tarjetas telefónicas prepagadas. Pero también ofrecen otros objetos útiles, como esta carretilla para transportar a las personas débiles, como esta mujer kurda de Siria.
Imagen: DW/D. Cupolo
Vendedor de zapatos
Pese a la inminente llegada del invierno y el aumento de las lluvias, muchos refugiados continúan su camino descalzos. Stefan Cordez, coordinador para el sur de Serbia de Médicos Sin Fronteras, explica que por ello muchos sufren infecciones de la piel y se lastiman los pies. Bajo estas condiciones, la venta de calzado y calcetines es un negocio lucrativo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Documentos de segunda mano
Los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes deben registrar a todas las personas nuevas que arriban. Frente a algunos campamentos de refugiados las filas son kilométricas. La voluntaria Daniela Gabriel, de Presevo, cuenta que algunos conductores de autobuses recogen los documentos de las personas que han transportado a Croacia para vendérselos a las personas que no quieren hacer fila.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falsas informaciones
En tanto, algunos taxistas y choferes de autobuses llevan a los refugiados que han pagado pasaje hasta Croacia a ciudades serbias, donde sus documentos son tramitados en oficinas de registro inexistentes, prosigue Gabriela. A fin de evitar que los refugiados sean víctimas de falsas indicaciones, reparte información al respecto en el campamento.
Imagen: DW/D. Cupolo
Robo en las autopistas
Otros ayudantes, que prefieren permanecer en el anonimato, cuentan que han sido amenazados de muerte por advertir a los refugiados de taxistas peligrosos. Alexander Travelle, voluntario de Presevo, relata que una familia fue asaltada con arma de fuego, después de haber pagado 80 euros por persona para ser transportada a Croacia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos reciben su pedazo del pastel
Bizazli admite que paga cien euros de "mordida" o coima a la semana a la Policía local para poder vender sus boletos de autobús enfrente del campamento de refugiados en Presevo. “Simplemente les das lo que piden y te dejan en paz”, dice. También otros ayudantes saben de taxistas que sobornan a los agentes policiales.
Imagen: DW/D. Cupolo
Precios exagerados
Con la caída de las temperaturas, cada vez más hoteles ofrecen hospedaje a los refugiados. Sin embargo, aquellos que no pueden pagar los precios exagerados de las habitaciones son rechazados.