Europa del Este, un poco más optimista con el Pacto Verde
16 de enero de 2020
El proyecto europeo impulsado por la alemana Ursula Von der Leyen, que busca que para 2050 la UE no emita más CO2 del que puede absorber, genera opiniones diversas en la Eurozona.
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Polonia, el país más crítico con la ambiciosa estrategia de la UE contra la crisis climática, expresó este jueves (16.01.2020) su satisfacción con la anunciada ayuda económica comunitaria que le ayudará a superar su dependencia del carbón, mientras que otros socios de la región se mostraron más escépticos con el proyecto de Bruselas.
"La propuesta es buena. Es una gran paso adelante y una muestra de solidaridad sobre el 'mix energético' de cada país. Polonia debe reducir mucho más rápido su actual dependencia", manifestó ante la prensa en Praga el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, tras una cumbre con sus colegas de Hungría, República Checa y Eslovaquia.
Estos cuatro países, integrantes del llamado Grupo de Visegrado (V4), han mostrado hasta ahora distintos, y por motivos diferentes, grados de escepticismo con el Pacto Verde lanzado por la nueva Comisión Europea presidida por la alemana Ursula Von der Leyen, quien busca que para 2050 la UE no emita más CO2 del que puede absorber, lo que se conoce como "neutralidad climática".
En la cumbre también participó el primer ministro austríaco, el conservador Sebastian Kurz, que se ha auto arrogado el papel de "puente" entre los socios del este y el oeste de la UE, al tiempo que es muy crítico con la energía atómica.
"El fondo de la UE es para financiar la salida del carbón, y es correcto que nos alejemos del carbón, porque es tóxico para el clima. Y para Austria es importante no apoyar la energía nuclear sino las renovables", dijo Kurz, quien acaba de estrenar una coalición de Gobierno con el partido ecologista Los Verdes.
La postura más crítica con el Pacto Verde este jueves fue la del ultranacionalista Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, quien reclamó que no se recorten los fondos de cohesión a cambio de aumentar "las medidas contra el cambio climático".
ju (efe)
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Lejos de las multitudes: diez consejos para viajar por Europa
¿Le encanta viajar, pero no quiere los empujones que vienen con las multitudes? Aquí tiene diez consejos para destinos alternativos más tranquilos, pero emocionantes, en Europa.
Chioggia en vez de Venecia
Venecia (derecha) es hermosa, pero se está ahogando en las masas turísticas. Cada año, casi 30 millones de visitantes llegan a la ciudad lagunar italiana. Si quiere evitar las calles congestionadas y las largas colas, debe visitar Chioggia (izquierda). Al igual que Venecia, esta pequeña ciudad de pescadores ofrece muchos puentes, canales, callejones estrechos y casas coloridas.
Utrecht en vez de Ámsterdam
Al igual que Venecia, la capital de los Países Bajos, Ámsterdam (derecha), está inundada de visitantes. Hasta tal punto que la ciudad ha introducido prohibiciones, regulaciones y tasas para los turistas. Utrecht (izquierda), no muy lejos, es mucho más tranquila, pero la ciudad ofrece casi todo lo que hace que Ámsterdam sea tan popular: canales, un casco antiguo histórico y el estilo holandés.
Sevilla en vez de Barcelona
Con 27 millones de visitantes al año, Barcelona (derecha) es uno de los principales destinos turísticos de Europa. El paseo de la Rambla está especialmente afectado por el turismo de masas. Así que ¿por qué no visitar el Real Alcázar en Sevilla (izquierda) y disfrutar de un espectáculo de flamenco por la noche? Sevilla tampoco es tan tranquila, pero aquí puede sumergirse en la vida andaluza.
Split en vez de Dubrovnik
Dubrovnik (derecha), en Croacia, atrae a miles de turistas cada día, muchos de los cuales llegan en grandes cruceros. Especialmente desde el éxito de la serie de televisión "Juego de Tronos", en la que Dubrovnik fue uno de los sitios de filmación. Los que quieren evitar las multitudes están mejor en Split (izquierda). Esta ciudad ofrece una hermosa naturaleza, playas y edificios históricos.
Ratisbona en vez de Praga
Las calles congestionadas y las largas colas forman parte de la capital checa, Praga (derecha). En Ratisbona, Baviera (izquierda), la situación no es tan grave, aunque la ciudad es similar y es un destino popular para los cruceros por el Danubio. También hay una catedral, un casco antiguo y un famoso puente. El de Ratisbona incluso sirvió como modelo para el Puente Carlos de Praga.
Leeds en vez de Londres
El centro de Londres (derecha) está en parte tan lleno de gente que hay que luchar contra las masas. Entonces, ¿por qué no visitar otro destino en la isla? Por ejemplo, Leeds, en el norte de Inglaterra (izquierda). La ciudad, que en su día fue un centro industrial, cuenta ahora con una próspera escena artística, una vibrante vida nocturna y muchas oportunidades para ir de compras.
Oporto en vez de Lisboa
6 millones de visitantes y una población de 500.000: Lisboa (derecha) también sufre de su popularidad. Una alternativa es Oporto (izquierda). La segunda ciudad más grande de Portugal es famosa por su producto de exportación, el vino de Oporto. Pero hay más: un casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, iglesias barrocas, calles estrechas y altos puentes sobre el río Duero.
Bolonia en vez de Roma
Bolonia, en el norte de Italia (izquierda), obviamente no alcanza la fama de Roma (derecha), pero la ciudad es a menudo pasada por alto. Está llena de edificios medievales, tiene la universidad más antigua de Europa y numerosos museos. También hay muchos cafés y restaurantes, que han contribuido a dar a la ciudad el apodo de "La Grassa" (la gorda). Aquí se come con placer y en abundancia.
Graz en vez de Viena
Viena, en Austria, (derecha) contó 16,5 millones de pernoctaciones en 2018, y para aquellos que piensan que eso es demasiado, Graz (izquierda) es una alternativa. El casco antiguo es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Las principales atracciones son el castillo de Schlossberg y el Museo de la Armería de Estiria. Y por supuesto la cultura de los cafés, como en Viena.
Menorca en vez de Mallorca
Mallorca (derecha) sufre bajo la presión de las masas turísticas. A quienes les gusta algo más tranquilo, deberían considerar Menorca (izquierda), la hermana "pequeña" de Mallorca. La isla no es un lugar de fiesta, sino un paraíso natural. Hay ocho reservas naturales y 200 playas rocosas de difícil acceso. Menorca es más bien un destino de vacaciones tranquilas en plena naturaleza.