De ganar el movimiento de izquierda radical los comicios, su líder Alexis Tsipras, podría convertirse en el futuro primer ministro griego. El ingeniero civil de profesión ha reiterado que cancelará el rescate de la Unión Europea y el FMI que mantiene a su país a flote, pero asegura que eso no significa que Atenas salga obligatoriamente de la zona euro.

Tsipras, cuyo partido Syriza se disputa codo a codo el primer puesto en la intención de voto con el conservador Nueva Democracia, asegura que renegociará con los acreedores europeos y el FMI para desmantelar las duras condiciones del rescate de 130.000 millones de euros que salvó a su país de la bancarrota.

Según el político de 37 años, los prestamistas europeos no retirarán su ayuda a Grecia por temor al efecto que pudiera tener una salida de Grecia de la eurozona. Y por ello asegura queGrecia no volverá al dracma. “Bruselas nos espera, el lunes vamos a ir para negociar sobre los derechos del pueblo, a cancelar el rescate”, dijo Tsipras este sábado ante miles de simpatizantes en la plaza Omnoia de Atenas.

Vuelta al dracma

Para el economista y presidente del Instituto de Investigación IFO, Hans Werner Sinn, la reintroducción del dracma incluso beneficiaría a los griegos. “Podrían devaluar su moneda y con ello volver a ser competitivos. Los griegos dejarían de importar más productos agrarios de los que exportan y se reactivaría el turismo, lo que acabaría por revitalizar la economía”, afirma.

Según el experto, también sería de esperar el retorno de capitales que han huido del país en los últimos meses. “Los griegos ricos han sacado su patrimonio y no se arriesgan a volver porque saben que los precios podrían bajar. Pero si Grecia sale de la eurozona y devalúa el dracma, volverían de inmediato a buscar oportunidades de inversión”, explica Sinn, en entrevista con DW.

Sin embargo nadie sabe a ciencia cierta cuál será el escenario el lunes, cuando estará claro el desenlace electoral. Para los socios de Grecia en la eurozona, una renegociación sobre las condiciones del rescate está fuera de discusión. “No habrá renegociaciones sobre las condiciones del programa de austeridad”, aseguró el primer ministro Luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, al periódico austriaco Kurier.

“Sólo puedo advertir a todos en contra de abandonar la unión monetaria. La cohesión de la zona euro podría estar en peligro”, urgió Juncker. Las elecciones del domingo son una reedición de los comicios del pasado 6 de mayo, que produjeron un estancamiento ante la imposibilidad de formar un Gobierno. “Una tercera votación no es la solución”, advirtió el presidente del Europgrupo, que añadió que no importa quién gane las elecciones, los líderes europeos tendrán que abordar con rapidez el programa de reformas de Grecia con su nuevo Gabinete.

¿Quiebra griega?

Si el próximo gobierno griego rechaza el rescate la Unión Europea no tendría otra opción que suspender el financiamiento, lo que llevaría a Grecia a la bancarrota y la obligaría a abandonar el euro. Las consecuencias podrían afectar a otros países periféricos, como España e Italia, cuyos bonos se han visto golpeados por la volatilidad en los mercados.

Ulrich Kater, economista en jefe del Deka Bank, reconoce que hay dos posibles escenarios futuros. Uno de ellos es la partición de la zona euro en un núcleo duro integrado por los países noreuropeos, rodeado de divisas satélites de los países del sur del continente. “Otro posible desenenlace es una unión fiscal con una mayor integración política, algo así como los Estados Unidos de Europa, una idea (apoyada por la canciller alemana Angela Merkel) que seguramente sería del agrado de los mercados financieros pero que todavía es un concepto poco realista”, afirma.

El experto asegura que el euro seguirá existiendo a la par de sucesivos ajustes en la economía real de los miembros de la eurozona en los próximos años. “Los países sureuropeos reducirán sus déficits presupuestales, se tratará de coordinar mejor la política financiera y la regulación de la banca, serán pequeños pasos hacia una moneda funcional, lo que no estará exento de fricciones en aras de una integración política”, advierte.

Los bancos en la eurozona, por su parte, están preparados ante un posible desenlace turbulento en Grecia. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, declaró que la institución está lista para actuar y financiar a cualquier banco viable de la zona euro que entre en problemas. El BCE inyectaría dinero fresco en España, por ejemplo, para evitar que la crisis se propague. Al mismo tiempo se detendría el flujo de capitales con Grecia. En espera de los resultados de las elecciones griegas, Bruselas ha intensificado los contactos con las capitales europeas y el BCE para reaccionar con rapidez ante cualquier contingencia financiera.

Autora: Eva Usi / Danhog Zhang

Editora: Rosa Muñoz Lima