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Europa le declara la guerra a la piratería industrial

Pablo Kummetz15 de noviembre de 2005

En Lyon se está llevando a cabo el II Congreso de Interpol y la Organización Mundial de Aduanas (OMA). Los Estados y la industria tocan al ataque contra los falsificadores de productos.

Pekín: productos pirateados, con marcas "inspiradas" en Adidas y Nike.Imagen: AP


El congreso tiene lugar los días 14 y 15 de noviembre. El objetivo es redoblar las medidas contra las falsificaciones. Representantes estatales y de empresas intercambian experiencias para hacerle la vida más difícil a los piratas de productos.

La piratería industrial no sólo daña a los Estados, porque deja de cobrar impuestos, y las empresas cuyos productos son copiados. También los consumidores salen perjudicados, porque los productos son generalmente de mala calidad. Incluso pueden poner en peligro su vida, por ejemplo cuando se trata de repuestos para automóviles, a primera vista iguales a los originales, pero que se desgastan o rompen rápidamente.

La UE coordina sus operaciones antipiratería desde la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), con sede en Bruselas. Recientemente, las autoridades lanzaron una primera acción coordinada, en un operativo en el que participaron 250 funcionarios de aduanas de toda Europa. El resultado: fueron confiscados más de dos millones de productos falsificados.

OLAF no da cuartel

Y OLAF no da cuartel. Con razón: en uno de cada cuatro contenedores inspeccionados en los puertos se hallaron productos piratas. El abanico va desde bombillas eléctricas, pasando por cigarrillos hasta jeans "de marca", con "etiquetas" de renombrados diseñadores europeos.

La mayoría de las falsificaciones proviene de China y Hong Kong. Una camiseta copiada puede despertar una sonrisa cómplice, aunque injustificada. Pero la cosa pasa de castaño oscuro cuando los falsificados son medicamentos, alimentos o, como se registró recientemente en Alemania, alarmas contra incendio falsificadas, que, naturalmente, no funcionan como deben.

Los aduaneros europeos confiscan anualmente mercaderías pirateadas por valor de mil millones de euros. Pero se trata sólo de la punta del iceberg. Se estima que del cinco al nueve por ciento de todas las mercaderías comercializadas en el mundo son copias ilegales.

Uno de cada tres ejemplares de software es ilegal

Ello supone una pérdida de ventas legales de entre 200.000 millones y 300.000 millones de euros. Desde hace tiempo, en China se falsifican ya no sólo camisetas y pasacompactos, sino también grandes máquinas y vehículos. Particularmente difícil es detectar software copiado, ya que el envase y las etiquetas casi no se diferencian de los originales.

El robo de propiedad intelectual genera en la UE pérdidas de unos 8000 millones de euros anuales, estima OLAF. Se calcula que la tercera parte de todos los programas de computación vendidos en el mundo son copias ilegales.

En el congreso de Interpol y la Organización Mundial de Aduanas se busca afinar aún más los métodos e instrumentos para detectar e incautar productos pirateados. También a nivel político se ejerce presión sobre China y Hong Kong para detener las actividades piratas en los propios países. Pero a menudo se trata de fábricas semiclandestinas, que se pierden en la jungla de asfalto de las grandes ciudades. No obstante, la lucha continúa.

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