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Europa: nadar en la tormenta

14 de septiembre de 2011

El baile de declaraciones dispares sobre la crítica situación económica da una idea del nerviosismo que flota en el ambiente. Mientras tanto, siguen adoptándose medidas para tratar de paliar la situación.

José Manuel Barroso se dirige al Parlamento europeo en su defensa del eurobono
José Manuel Barroso se dirige al Parlamento europeo en su defensa del eurobonoImagen: dapd

“Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”, reza un dicho popular. Grecia es hoy el vecino europeo sobre el que todos tienen puesta su mirada. Atraviesa una grave situación económica y  –al menos de palabra-, desde Francia y Alemania se defiende oficialmente la capacidad helena para remontar, incluso, como hizo Merkel, contradiciendo a un miembro de su coalición, Philipp Rösler. Pero además de mirar de reojo al de al lado, otros países ponen manos a la obra para evitar encontrarse en el futuro en una situación similar.

Angela Merkel junto a Philipp RöslerImagen: picture alliance/dpa

 

El miércoles mismo el Parlamento italiano aprobó con carácter urgente un nuevo paquete de medidas de austeridad para mantener su deuda bajo control. Recortes, subidas de impuestos y cambios en el sistema de pensiones conforman estas medidas destinadas a reducir su deuda en 54.200 millones de euros. De esta manera, los italianos esperan que se reduzca la presión especulativa sobre su capacidad de reacción ante el delicado momento económico que vive.

Cierto repunte en los mercados

El primer ministro griego, Yorgos PapandreuImagen: dapd

El miércoles, Merkel y Sarkozy mantuvieron una teleconferencia con el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, para hablar sobre la crítica situación helena. El mensaje fue claro: "Grecia continuará en el euro". Los mercados saludaron con cierta alegría las esperanzadoras noticias sobre Grecia, cuya quiebra se daba prácticamente por hecha en algunos sectores solo un día antes,  e ignoraron la rebaja en la calificación de dos bancos franceses por parte de Moody´s y la advertencia de Fitch de una posible rebaja de la calificación de la deuda española. Asimismo, la insistencia de Barroso en Bruselas sobre la necesidad de implementar un sistema de eurobonos  -pese a la oposición germana- animó en cierta medida los mercados. Barroso anunció que presentará una serie de posibilidades para emitir eurobonos, que no implican necesariamente cambios en el Tratado de la Unión Europea. Aunque considera que ni serían la panacea, ni entrarían en vigor antes de 2012 o 2013, sí constituirían un primer paso para frenar los ataques de los mercados. Será difícil llegar a un acuerdo sobre este punto entre los países miembros de la UE. Algunos de ellos, como Austria, ni siquiera dieron aún su aprobación al segundo rescate a Grecia, aprobado por la Unión el pasado mes de julio.

Nuevos personajes a escena

Así las cosas, el mismo miércoles irrumpieron súbitamente en escena los denominados BRICS –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-, economías emergentes de probada solidez, con un voluntarioso discurso de ayuda a los países con problemas. China fue el país que de manera más abierta se pronunció al respecto, llegando a poner sobre la mesa las posibles contrapartidas que espera a cambio de su intervención. Los demás mostraron su alarma ante la situación económica europea y comunicaron que están manteniendo conversaciones preliminares sobre la manera de articular un apoyo efectivo. Aunque este apoyo pudiera servir como un mensaje directo de alarma a la susceptibilidad de los mercados, lo cierto es que voces suspicaces dudan del desinterés de las propuestas de los BRICS.

EE. UU., por su parte, defendió que Europa tiene capacidad para afrontar la crisis. Timothy Geithner, secretario del Tesoro norteamericano, que participará como invitado en la reunión de ministros de Economía europeos en Polonia, reiteró en Washington en una entrevista para CNBC el deseo de su país de “ayudar a Europa”. Pero, sin duda,  EE. UU. debe abordar en estos momentos sus propios retos. 

Autora: María Santacecilia
Editor: Pablo Kummetz