Croacia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Albania, al igual que Serbia y Montenegro, son países que aún traen a la memoria el recuerdo de los sangrientos conflictos de la década pasada. No en vano la región de los Balcanes fue considerada por mucho tiempo "el polvorín" de Europa. Desactivarlo definitivamente es una tarea que aún requerirá muchos esfuerzos. La Unión Europea espera que contribuya a ello la perspectiva, a largo plazo, de una adhesión al grupo.

Obstáculos en el camino

El encuentro sostenido por representantes de la UE y los países balcánicos en la localidad griega de Puerto Carras tuvo, por lo tanto, un aspecto simbólico relevante: fue la manifestación de que Europa no olvida a esta región, ni pretende marginarla del proceso de integración. Claro está que se evitó hablar de fechas y adoptar compromisos. Al fin y al cabo, en el área todavía falta bastante para consolidar la democracia, la economía de mercado y el estado de derecho. El asesinato del primer ministro serbio Zoran Djindjic, entusiasta promotor de reformas, puso en evidencia la fragilidad del proceso.

Quedan también otros asuntos pendientes, como el status definitivo de Kosovo, zona de mayoría albanesa cuyos afanes independentistas fueron duramente aplastados por Serbia unos años atrás. Son hierros candentes que por ahora parece mejor no tocar. Igualmente preocupa en extremo a la Unión Europea el problema de la corrupción y el crimen organizado que no se ha logrado contener en la región y constituye otro obstáculo para el acercamiento.

Exportar la paz

La UE quiere exportar paz, pero no importar crisis, subrayó el presidente francés, Jacques Chirac. Y sus palabras reflejan cabalmente la situación. Por eso cabe avanzar con cautela, pero con un rumbo definido. En este contexto, el canciller alemán, Gerhard Schröder, exhortó a los países balcánicos a efectuar reformas económicas y a avanzar en la democratización, al tiempo que recalcó su apoyo al proceso de aproximación.

Por lo pronto, la Unión Europea se mostró dispuesta a aportar, de ser necesario, 200 millones de euros adicionales para la estabilización de los Balcanes. La suma destinada por la UE a tales fines desde 1991supera los 7 mil millones de euros.