La mitad de Europa, según el Observatorio de la Sequía de la UE, está sufriendo la actual sequía. En el 17 por ciento de la superficie, la situación ya es alarmante. En el centro de España, el río Guadiana se ha secado completamente en algunos lugares. El Puente de la Mesta, del siglo XIV, quedó cubierto por el agua desde la construcción del embalse de Cíara en 1956.

Parece el esqueleto de una ballena, pero son los restos de un carguero hundido: cerca de Kleve, el nivel del río Rin bajó tanto que dejó al descubierto por primera vez los restos del carguero de 123 años. El Servicio Meteorológico Alemán también señala en su balance para 2022 que el verano de este año ha sido uno de los diez más calientes y secos desde que se iniciaron los registros hace 140 años.

En Roma, el río Tíber apenas tiene agua. Bajo el Puente Vittorio Emmanuele II, el barco de pasajeros apenas logra atravesar el canal casi seco. Justo delante del puente actual, el bajo nivel de las aguas ha dejado al descubierto los muros de los cimientos de un antiguo puente romano que ya se había construido en la época del emperador Nerón (37 a 68 d.C.).

Como aquí, cerca de Prahovo, recientemente han aparecido más de 20 naufragios de la Segunda Guerra Mundial en la parte serbia del Danubio. Los restos son solo una pequeña parte de los aproximadamente 200 restos de naufragios que, según se dice, todavía yacen en el Danubio. Los barcos se hundieron en 1944 cuando la flota del Mar Negro alemana se retiraba de las tropas soviéticas.

En una España especialmente afectada por la sequía, el dolmen de Guadalperal ha resurgido. La planta en Extremadura, que data de entre el 3000 y el 2000 a.C., está cubierta, al menos parcialmente, por las aguas del embalse de Valdecañas desde 1963. En 2019, una sequía extrema había dejado completamente al descubierto las piedras por primera vez. (ct)