Europol busca a los 19 violadores más peligrosos de Europa
27 de octubre de 2020
Ante un delito sexual denunciado cada dos minutos en la Unión Europea, principalmente contra mujeres y niños, Europol lanzó este 27 de octubre una campaña que busca a los 19 criminales sexuales más peligrosos de Europa.
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Cada país ha elegido el nombre y la foto más reciente del que considera el fugitivo más peligroso acusado de un delito sexual, datos que están ya publicados en la web eumostwanted.eu junto a una explicación del perfil, los crímenes cometidos, la fecha de nacimiento, la nacionalidad del acusado y el estado de la investigación.
"Vivimos en la zona Schengen, por lo que podemos viajar sin mostrar un pasaporte. Esto es bueno para nosotros, pero también es bueno para los criminales, pues pueden esconderse rápidamente pasando de un país a otro. Así que tenemos que mirar esta situación desde una imagen internacional", explicó a Efe Jan op Gen Oorth, director de esta campaña.
En sus primeras ocho horas, la página web de Europol ha llegado a más de 60.000 visitantes únicos, un incremento del 70 por ciento en comparación a cualquier otro día, "lo que significa que hay una mayor probabilidad de detener a un criminal".
Los delincuentes sexuales son el objetivo de la campaña de 2020 "porque la estadística es terrible, cada dos minutos se presenta una denuncia por un delito de este tipo, y eso solo son los casos que llegan a manos de la policía, por lo que el número real de crímenes sexuales puede ser mucho mayor", lamentó Op Gen Oorth.
"Pederasta” ecuatoriano en España
Sobre el ecuatoriano Antonio Vladimir Vinueza Morales, de 48 años, pesa una sentencia en España de 20 años de prisión por abusar sexualmente y violar a su hija entre 2001 y 2006. Las agresiones comenzaron cuando la pequeña tenía diez años.
Luxemburgo busca al kosovar Bego Nesat, condenado por un tribunal a cinco años de cárcel y sobre el que pesa una orden de detención europea emitida en 2019 por "un atentado contra el pudor con violencia y amenazas contra un niño de 11 años" en febrero de 2016.
"Violador” alemán de niñas menores de edad
El alemán Soheil Omid Kholossian se encuentra en busca y captura por la violación de varias niñas en Colonia en noviembre de 2017, entre ellas una adolescente de 16 años. Según las autoridades locales, logró escapar a Irán, donde trabaja ahora como guía turístico para viajeros europeos.
En 2008 las autoridades de Chipre descubrieron un total de 5.701 archivos de pornografía infantil en un ordenador portátil de un ciudadano ruso, Yuliy Sericov, material que había adquirido en línea utilizando la dirección IP de su casa en Limasol. Tiene 35 años y 23 en el momento del crimen.
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Bélgica busca a depredador sexual y su cómplice
Bélgica ha decidido buscar a Saliboko Yumbi, de 31 años, que tiene una doble condena por violación. En 2014 conoció a su primera víctima en un bar en Huy, en Lieja, a la que siguió hasta su casa, donde la violó varias veces junto a un cómplice, un crimen por el que debe cumplir cuatro años de prisión.
Dos años más tarde, abusó de otra mujer amenazándola con un cuchillo. Le provocó varias quemaduras en el pecho y la violó en repetidas ocasiones durante todo un día, segundo delito por el que fue sentenciado a siete años de cárcel.
Yumbi, calificado como "persona peligrosa", lleva prófugo desde 2016.
Criminal habría escapado de Países Bajos a Pakistán
Países Bajos trata de localizar a Mohammad Basharat, de 43 años, quien, en 2007, agredió a una mujer, la trasladó a su apartamento en Ámsterdam, la golpeó con una cadena y la violó, delitos por los que fue condenado en 2015 a dos años de prisión. La Policía neerlandesa cree que vive en Pakistán junto a su esposa e hijos, tras huir de Países Bajos en 2015.
Otro acusado de violación es el francés François Di Pasquali, quien abusó sexualmente de una mujer de 84 años que padecía alzhéimer, según se pudo comprobar a partir de los restos de ADN localizados en la escena del crimen en 2009. Di Pasquali, de 48 años, tiene familia en Italia y España que "podrían brindarle apoyo logístico" para mantenerle fuera del radar.
Este tipo de campañas han demostrado su eficacia varias veces desde su lanzamiento en 2016: un total de 91 criminales fueron detenidos, 33 gracias a una pista del público, explica el portavoz de Europol, que insta a enviar cualquier pista a la Policía en español desde la web oficial de la campaña.
jov (efe, interpol)
Colonia Dignidad: crónica de una secta
Durante más de cuatro décadas, un asentamiento alemán en el sur de Chile fue escenario de brutales crímenes, sin que este país ni Alemania intervinieran para detenerlos. Esta es la historia de Colonia Dignidad.
Imagen: Picture alliance/dpa/M. Hernandez
El líder, Paul Schäfer
Todo comenzó en Siegburg con la Misión Social Privada, una obra benéfica surgida en la Alemania de post guerra. Su líder espiritual, Paul Schäfer (1921-2010), atrajo a cientos de seguidores. Huyendo de acusaciones de pedofilia, abandonó Alemania en 1961. Lo acompañaron más de 200 personas, entre ellas varios niños cuyos padres fueron engañados para autorizar el viaje.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/N. Pisarenko
Una colonia alemana en el sur de Chile
El grupo viajó a Chile, donde compró un terreno cerca de Parral, unos 300 km al sur de Santiago, y fundó la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad. Así nacía Colonia Dignidad, una comunidad dedicada a labores agrícolas, que construyó casas, una escuela, un hospital y también cercos y un férreo sistema de vigilancia para impedir el contacto con el exterior.
Imagen: Picture alliance/dpa/M. Hernandez
Vida de secta
Pronto se sumaron nuevos seguidores llegados de Alemania, atraídos por el sueño de una tierra próspera donde comenzar una nueva vida. La colonia llegó a tener unos 300 miembros. Allí las familias eran separadas: hombres, mujeres y niños vivían en casas diferentes. Se trataba de un sistema altamente jerárquico y dominador, en que cualquier disidencia era castigada.
Imagen: picture-alliance /dpa/Villa Baviera
Riqueza construida con trabajo esclavo
La vida estaba dedicada al trabajo, sin derecho a sueldo, descanso ni vacaciones. Los colonos sufrían castigos físicos y sicológicos, y quienes se rebelaban eran drogados para que se mantuvieran sumisos. Con las ganancias, Schäfer y sus cercanos compraron más propiedades, maquinaria y sofisticados sistemas de seguridad. El patrimonio incluía 16 mil hectáreas y cuentas en el extranjero.
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Abuso sexual
Para los chilenos, la colonia representaba el ideal del alemán esforzado y trabajador. Al interior de la secta, en tanto, Schäfer instauró un macabro sistema para dominar las voluntades y abusar sexualmente de niños. Cuando los alemanes crecieron, comenzó a invitar al internado o actividades de fin de semana a niños chilenos de familias pobres de la zona, de quienes continuó abusando.
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Prisión infranqueable
Escapar de Colonia Dignidad era casi imposible. Implicaba superar altas rejas, el río, los perros y férreos sistemas de vigilancia. Además, los colonos habían entregado sus pasaportes, no sabían español ni conocían la zona. Quienes lograban llegar a la embajada alemana en Santiago, eran devueltos a la colonia. Algunos se retractaban bajo engaños o amenazas, o se les atribuían problemas mentales.
Imagen: picture-alliance/dpa/epa/M. Ruiz
Wolfgang Kneese, el primer fugado
El primero en lograr huir de la secta, después de tres intentos que le valieron torturas y persecución judicial, fue el joven Wolfgang Kneese. En 1967 regresó a Alemania, donde denunció los crímenes que se cometían en la colonia. En 2008 recibió la Cruz Federal al Mérito (Bundesverdienstkreuz) por su infatigable búsqueda de justicia y respeto a los derechos humanos de las víctimas de la secta.
Imagen: picture-alliance/dpa/J.Carstensen
Fachada idílica
A pesar de las tempranas denuncias y del revuelo en la prensa, las autoridades de Chile y Alemania no reaccionaron. La colonia proyectaba una idílica imagen con su hospital benéfico, el coro y el restaurant externo en la localidad de Bulnes, con cecinas y pastelería alemana. Al interior, los crímenes continuaron y se agregaron nuevos, como la fabricación y el tráfico de armas.
Imagen: Archivo Villa Baviera
Adopciones irregulares
Con engaños como darlos por muertos ante sus padres, unos 20 niños chilenos fueron adoptados en forma irregular. Recibieron nombres alemanes, aprendieron el idioma de los colonos y debieron trabajar como esclavos. A la izquierda, Rafael Labrín, quien creció como Dieter Scholz. Junto a él otras víctimas: la ex colona Astrid Tymm y Johan Cisternas, quien de niño asistía a actividades en la colonia.
Imagen: FDCL/J. Stehle
Colaboración con la dictadura
Colonia Dignidad cooperó con la DINA, la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet, de varias formas. Según consta en expedientes judiciales, aquí fueron detenidos, torturados y asesinados prisioneros políticos. Se calcula que los cuerpos de unas 100 personas habrían sido enterrados en fosas, luego exhumados y hechos desaparecer definitivamente. Los familiares continúan la búsqueda.
Imagen: AFDD Talca
El fin de Schäfer
Con la vuelta a la democracia, en 1991 el presidente Aylwin le quitó la personalidad jurídica a Colonia Dignidad, la que comenzó a llamarse Villa Baviera. Vinieron denuncias de abuso sexual de chilenos contra Schäfer y se destaparon los crímenes. Varios jerarcas fueron condenados; Schäfer huyó en 1997 y se escondió en Argentina. Fue detenido en 2005, condenado en Chile y murió en prisión en 2010.
Imagen: picture-alliance/dpa
El médico de la colonia
Mano derecha de Schäfer, el Dr. Hartmut Hopp era el ministro de relaciones exteriores de la colonia. Un privilegiado que fue enviado a estudiar a Estados Unidos y dirigía el hospital. Condenado como cómplice de abuso de menores, huyó a Alemania y vive libremente en Krefeld. La justicia alemana rechazó ejecutar la condena chilena y cerró investigaciones propias por no encontrar prueba de delito.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Agost
Culpas, castigos y compensaciones
Junto con reconocer su responsabilidad moral, Alemania ha ofrecido un fondo de ayuda de hasta 10 mil euros para cada ex colono afectado, lo que las víctimas consideran insuficiente. En Chile, donde sí ha habido condenas a victimarios, un grupo de afectados anunció una demanda contra el Estado en la que exige cada uno un millón de dólares de reparación.
Imagen: FDCL e.V.
El futuro y la memoria
Después de la partida de Schäfer comenzó un proceso de apertura. Unos 200 miembros abandonaron el enclave; algunos se quedaron en Chile y muchos regresaron a Alemania. Junto con justicia y reparación, los afectados exigen que Villa Baviera deje de ser un centro turístico, con hotel y restorán, y se convierta en sitio de memoria, donde se conozca la verdad y se honre a las víctimas.