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Cumbre europea

25 de marzo de 2010

Los 16 jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona adoptaron el plan acordado por Merkel y Sarkozy: si Grecia no consigue más créditos en los mercados de capitales, el FMI inyectará recursos en su sistema financiero.

La canciller Merkel y Sarkozy sacaron adelante su modelo para ayudar a Grecia. (Archivo)Imagen: AP

Hubo movimiento en Bruselas: este jueves (25.3.2010), al comenzar la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, llegaron a un acuerdo en torno a las condiciones para concederle auxilios financieros mil millonarios a Grecia, el país cuyo enorme endeudamiento pone a la moneda comunitaria bajo su más seria prueba de resistencia: si se llega al punto en que el Gobierno de Atenas no puede conseguir más créditos en los mercados de capitales –y algunos señalan que su situación no es tan grave todavía–, el sistema financiero griego se verá apuntalado con recursos inyectados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Al cierre de edición, varias agencias de noticias informaban que el acuerdo franco-alemán había sido aprobado de manera unánime por los 16 jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona.

Si fuera imprescindible ayudar a sacar a Grecia de la coyuntura que atraviesa, el FMI tendría una “participación sustancial”, pero sólo para complementar el apoyo bilateral ofrecido por naciones europeas: países comunitarios otorgarían créditos –proporcionales a sus respectivos depósitos en el Banco Central Europeo (BCE)– para asegurar que la UE siempre juegue el papel principal en esa estrategia de rescate; en eso hicieron énfasis varios diplomáticos al describir el plan de una página y media formulado por Merkel y Sarkozy. Un plan que, tras darse a conocer, marcó la dirección en que se desarrollaría la cumbre del Consejo Europeo de este jueves.

Faltó el apoyo para otras alternativas

Testigos presenciales afirman que el Primer Ministro de Grecia, Giorgos Papandreou, se expresó a favor de las condiciones presentadas en el plan promovido por Merkel y Sarkozy, pero, ¿qué otra cosa podía hacer? En cambio, el jefe del BCE, Jean-Claude Trichet, tildó los pliegos presentados de “muy muy malos”, argumentando que no es beneficioso para la comunidad europea que el FMI asuma responsabilidades que le corresponden al Eurogrupo –un gremio informal en el que están representados los 16 países de la Eurozona– y a los Estados de la UE. También los socialdemócratas europeos alzaron su voz para pedir que se propusiera un modelo alternativo: un fondo mil millonario como los que ya existen para socorrer a países no comunitarios.

Ninguna de estas reticencias fue manifestada a la hora de adoptar el plan franco-alemán. "Nadie habló en contra", manifestó un diplomático presente en las negociaciones a la agencia Reuters.

Con su propuesta, los jefes de Gobierno de Francia y Alemania marcaron la dirección en que se desarrolló la reunión del Consejo Europeo.Imagen: AP

De los 30 mil millones de euros que Grecia necesita, el FMI aportaría 12 mil millones y los países de la UE, 18 mil millones; de esa suma, aproximadamente un quinto recaería sobre los hombros de Alemania. El canciller de Austria, Werner Faymann, subrayó que él nunca había excluido la posibilidad de que el FMI interviniera con respaldo crediticio y el presidente español José Luís Rodríguez Zapatero, describió el plan franco-alemán como “aceptable”, pero está por verse qué otras reacciones despierta cuando los ministros de Finanzas que conforman el Eurogrupo hayan digerido sus planteamientos.

Se impuso la alianza franco-alemana

Grecia ya había empezado a enfrentar su crisis financiera sin guantes de seda y varios miembros del Consejo Europeo, a promover una moción solidaria a favor de la nación mediterránea; pero los países comunitarios tenían la mirada puesta en Berlín, reconociendo casi a regañadientes que la canciller alemana parecía tener la última palabra sobre el camino que el Gobierno de Atenas deberá tomar para no quedar en bancarrota. Hasta Sarkozy tragaba grueso cada vez que Merkel insistía en que, de ser necesario, la crisis griega debía ser sofocada apelando a créditos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Merkel ocupó un lugar discreto en la "foto de familia", pero en realidad jugó un rol sobresaliente en la cumbre de este jueves.Imagen: AP

El líder francés se oponía con vehemencia a la intervención del organismo internacional en esta materia, aunque decía entender las presiones internas que llevaron a Alemania a sugerir su intervención y a mostrarse tan rigurosa de cara a Grecia y sus aprietos: si el Estado alemán procedía a hacer demasiadas concesiones a favor de Atenas, podía contar con que, entre otras cosas, se iniciaría una querella en su contra ante el Tribunal Constitucional Federal Alemán de Karlsruhe.

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / afp /reu

Editor: Enrique López Magallón

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