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¡Evidente, eran sólo sospechas!

Daniel Scheschkewitz9 de enero de 2004

Un estudio independiente demuestra que los servicios secretos estadounidenses exageraron intencionalmente la alarma sobre el peligro existente en Irak. EEUU se enfrenta ahora a un problema de credibilidad.

No existen las armas, pero si un catálogo sobre ellas.Imagen: AP

Casi a escondidas de la opinión pública internacional, el gobierno estadounidense ha retirado la mayor parte de sus tropas de rastreo de armamento de exterminio masivo en Irak. Aun cuando el gobierno de Bush no lo haya reconocido oficialmente, no se encontraron armas de exterminio masivo en Irak. Siete meses después de la llegada de las tropas estadounidenses a Bagdad, se puede decir que la búsqueda fue infructuosa. El presidente estadounidense, Georg W. Bush, ignora por completo el hecho. Con o sin armamento de exterminio masivo, Estados Unidos liberó a Irak y al mundo entero de un dictador de la peor calaña que se encuentra ahora preso, y eso es lo único que cuenta.

Inspectores de armas de la ONU en Irak.Imagen: AP

Los resultados de las más recientes encuestas le dan la razón a Bush, que ha vuelto a recobrar su viejo y alto grado de popularidad. El 60 por ciento de todos los ciudadanos estadounidenses felicitan su política de combate al terrorismo. Incluso los contrincantes de Bush, que en las encuestas se han quedado muy por detrás del presidente, prefieren concentrar su campaña política en temas económicos, que serán los que dominarán desde ahora el debate electoral hasta las elecciones de noviembre próximo, pues el tema de Irak va perdiendo interés.

Pérdida de credibilidad

La maniobra de engaño efectuada con las armas de extermino masivo inexistentes, es un tema que a la larga volverá a ocupar a Estados Unidos. Si no en esta legislatura, en la siguiente. A más tardar cuando se vuelva a avecinar una intervención militar y se busquen coaliciones. ¿Quién le creerá a Estados Unidos y quién lo apoyará? Quien sea que se encuentre entonces en la Casa Blanca tendrá problemas de convencer a los aliados. Ya ni hablar de la opinión pública internacional, que nunca antes había asumido una postura tan crítica de cara a Estados Unidos.

¿Fueron los servicios secretos los que fracasaron, o son la víctima de presiones por parte del Pentágono y la política? Hay muchos indicios en este sentido. Pero aún cuando sean sólo una víctima, su posición no resulta más fácil. En el futuro los propios senadores estadounidenses observarán con sospecha la información aportada por sus servicios secreto, tanto más si se utiliza como base para una intervención militar.

Monitoreo de riesgos internacionales

La política implementada en Irak por el Gobierno estadounidense, le ha valido costado una gran pérdida de confianza a nivel internacional. En retrospectiva son los opositores a la guerra, como Alemania y Francia, los que salen fortalecidos.

La tarea de catalogar los riesgos de seguridad futuros no se vuelve más fácil. En la era del combate global contra el terrorismo, el intercambio de información entre los servicios secretos aliados será base imprescindible de la cooperación internacional. Pero el análisis de esta información no puede convertirse en un juguete en manos de políticos. Para evitar la manipulación, la comunidad internacional debe crear en el seno de las Naciones Unidas un departamento de monitoreo de amenazas a nivel internacional, como por ejemplo la proliferación de armamento masivo. Sólo así se logrará crear en el futuro un instrumento veraz para poder catalogar correctamente los riesgos existentes.

Patrullan aeropuerto Charles de Gaulle en París por temor a ataques terroristas.Imagen: AP