El principal sindicato del país protesta por el despido de los mil trabajadores de la empresa textil estatal y habla de "dura represión policial" con resultado de varios heridos.
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Los tres días de paro en protesta por el despido de un millar de empleados de la empresa textil estatal boliviana Enatex se iniciaron este miércoles (29.06.2016) con enfrentamientos en la ciudad de Cochabamba entre policías y manifestantes. "Nuestra obligación es cuidar las empresas públicas, éstas deben ser rentables. Enatex producía pérdidas económicas", declaró el presidente Evo Morales a radio Santa Cruz desde la residencia presidencial, donde se recupera de una cirugía en su rodilla izquierda hace 22 días por lesión deportiva.
El secretario de la Central Obrera Boliviana (COB), Guido Mitma, achacó a la "dura represión policial" el resultado de "varios compañeros heridos". "Eso no lo aceptamos porque no queremos violencia sino que atiendan nuestro pedido de reincorporar a todos los compañeros despedidos", dijo. Mitma afirmó que este inicio del paro, que finalizará el viernes, fue seguido por trabajadores sanitarios, de la educación y de otros sectores.
Los enfrentamientos se produjeron cuando los manifestantes intentaron bloquear la avenida Blanco Galindo. La policía utilizó gases lacrimógenos para dispersarlos. En La Paz, a las movilizaciones se unieron las agrupaciones de personas con discapacidad que, desde hace dos meses, protestan frente a la sede del Gobierno para pedir un bono de transportes. Los responsables del movimiento anuncian incluso que siete personas se pondrán en huelga de hambre.
La empresa Enatex fue cerrada el 14 de mayo y la mayoría de sus 1.034 trabajadores ya cobró sus beneficios sociales, según reporte del Ministerio de Trabajo. También se teme el despido de unos 565 empleados de la estatal Empresa de Correos (Ecobol) por constantes pérdidas económicas.
La COB realizó la semana pasada dos paros, uno de 24 horas con varios cortes de ruta y otro de 48 horas que tuvo un saldo de al menos tres heridos y 25 detenidos por enfrentamientos entre trabajadores y policías.
El Gobierno sostiene que el rescate de la textilera en 2012 costó 69 millones de dólares y que muchos de los trabajadores recibieron doble liquidación, la primera cuando administraba la privada Ametex y ahora de la estatal Enatex
LGC (dpa / La Razón)
"Cholitas" en la cima de los Andes
Su meta es alta: un grupo de mujeres indígenas de Bolivia se ha propuesto conquistar las cimas de los Andes. Las escaladoras buscan desafiar la cultura machista de su país. Su rebelión ha contagiado a toda la sociedad.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Imparables
Hasta hace poco, estas mujeres aimaras trabajaban como cocineras en los campamentos para escaladores. Hoy día, son guías de montaña y llevan a los turistas a las cimas más altas de los Andes bolivianos. Uno de los destinos preferidos es el “Huayna Potosí” o “Montaña joven”, de 6.088 metros de altura. Este gigante se encuentra a 25 kilómetros de La Paz.
Imagen: Reuters/D. Mayta
Con carisma y sombrero
Berta Vedia (izquierda), Dora Magueno (centro) y Lidia Huayllas (derecha) ya no querían seguir siendo cocineras y cargadoras y permanecer en segundo plano. Fue así como las tres decidieron juntarse y fundar un grupo de escaladoras para hacerle la competencia a sus colegas masculinos.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Una vestimenta inusual
En la estación de montaña, las indígenas cambian el sombrero por un casco y bajo sus tradicionales faldas -polleras -se ponen los crampones -piezas de metal con púas que se fijan a las botas para escalar. Una pollera consta de hasta ocho metros de tela y puede llegar a tener hasta diez capas. El traje típico aimara incluye también una manta y un sombrero de fieltro.
Imagen: Reuters/D. Mercado
La pollera: ¿una provocación?
Durante mucho tiempo la falda tradicional de las “cholas” era mal vista. Actualmente la vestimenta tradicional es un símbolo de la creciente autoestima de los pueblos indígenas de Bolivia.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Una tradición cara
En el pasado, la pollera era considerada una prenda de vestir para la población indígena pobre. Hoy día, el traje típico se usa en el carnaval, en procesiones religiosas y fiestas populares. Incluso se ha convertido en un negocio lucrativo. Un atuendo completo cuesta alrededor de 274 euros, una manta de lana de vicuña puede llegar a costar hasta 900 euros.
Imagen: DW
Escalar contra el machismo
En Bolivia, las mujeres aimaras sufren doble discriminación, tanto de género como étnica. Si bien la autoestima de los grupos autóctonos ha crecido notablemente desde que el presidente aimara, Evo Morales, gobierna el país, las escaladoras siguen luchando contra la cultura machista en sus propias filas.
Imagen: Reuters/D. Mercado
El llamado de la montaña
Las escaladoras Lidia Huayllas (izquierda), de 48 años, y Dora Magueno, de 50 años, presentan orgullosas su equipo: picahielos, crampones, cuerda, cinturón y casco. Desde hace dos años, las mujeres trabajan como guías de montaña y ayudan a los turistas a superar pendientes y abismos.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Lugares sagrados
En la madrugada, las mujeres aimaras se peinan su larga cabellera negra y se hacen trenzas. Después empiezan a escalar las montañas, por ejemplo el "Illimani", de 6.430 metros de altura sobre el nivel del mar. La segunda montaña más alta de Bolivia es un lugar sagrado para los aimaras.
Imagen: Reuters/D. Mercado
Carga pesada, buen pago
Una cargadora se prepara para escalar el "Illimani". Gracias a este trabajo, las mujeres aimaras se han vuelto más independientes en el plano económico. Como cargadoras que acompañan a los turistas ganan alrededor de 35 dólares estadounidenses por día. En comparación, el ingreso salarial de un ama de casa ronda los 175 dólares por mes.
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Unidas son más fuertes
Las hazañas de las mujeres indígenas han impulsado cambios en la sociedad boliviana. “Las cholas comercian y han alcanzado la independencia económica antes que las mujeres de la clase alta blanca”, dice Justa Elena Canaviri, una famosa presentadora de televisión aimara de Bolivia.