El húngaro Josezf Szajer fue el encargado de comunicar a presidentes de los restantes grupos políticos europeos que su formación se oponía a que la Eurocámara se convirtiera en púlpito para Evo Morales. A los conservadores del Partido Popular Europeo, el grupo de Szajer, especialmente a su sección española, no les ha gustado la nacionalización de los hidrocarburos y menos el anuncio de Morales de que no habrá indemnizaciones para las empresas afectadas.

Por ello, el PPE quería vetar el discurso del presidente boliviano ante el Parlamento Europeo de Estrasburgo, una demanda que fue rechazada por las restantes formaciones políticas. Socialistas, Verdes, Izquierdistas, Liberales y demás parlamentarios sí tenían interés en oír a Morales, aunque no compartan sus tesis.

En cualquier caso, la polémica ya estaba servida incluso antes de que Morales pusiera un solo pie en la cámara europea.

¿Apoyos en Europa?

Antes de viajar a Estrasburgo, en el norte de Francia, Morales visitó durante 24 horas París donde se entrevistó con el líder de los socialistas franceses, Francios Hollande, y con el director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura. Según Morales, estos encuentros tienen la finalidad de "entrar en contacto con fuerzas políticas y sociales que defiendan una estrategia de transformaciones profundas".

Entre los europeos las opiniones con respecto a Morales están divididas. Por un lado se encuentran los que, como los Populares españoles, ven en la misma figura del presidente de Bolivia la encarnación de la izquierda radical latinoamericana que atenta contra sus intereses y a la que otorgar el más mínimo derecho de existencia significaría el principio del fin.

Por otro lado, para sectores de la izquierda europea Morales representa la lucha indígena y por la liberación de los más pobres frente a los poderosos: nacionales o internacionales. La política energética de Evo Morales es un "ejemplo" para toda Europa, opina Dieter Dehm, presidente de la Izquierda en el Estado alemán de Baja Sajonia. "Bolivia demuestra que existe una alternativa a la locura mundial de la privatización energética", opina Dehm. Y los eurodiputados de la Izquierda europea se pusieron en pie y se deshicieron en aplausos para recibir a Morales en Estrasburgo.

Entre ambas posturas se sitúa una mayoría para la cual el discurso de Morales no es más que la manifestación de un populismo anclado en el pasado que no responde a la realidad de las cosas y que es peligroso en tanto que derive hacia posiciones autoritarias o dictatoriales.

Lea lo que dijo Morales a los parlamentarios europeos en la siguiente página.

Las nacionalizaciones: tema espinoso

Tras encontrarse con Joseph Borrell, el presidente del Parlamento Europeo, Morales pronunció en la Eurocámara un discurso en el que la política energética y las nacionalizaciones emprendidas en Bolivia ocuparon el lugar más destacado: es el tema que más interesa a los parlamentarios y el que más preocupa en Europa.

Para tranquilizar los ánimos, Morales dijo a los europeos que en Bolivia "no se expulsa a nadie ni se expropia a nadie". "Cualquier empresa que invirtió en mi país tiene todo el derecho a recuperar su inversión y las utilidades, pero no al control. Serán socios, no dueños de nuestros recursos naturales", dijo el presidente aludiendo a un tema ya mencionado por los Liberales europeos, que querían aprovechar la sesión de hoy para recordar a Morales que "no debe alejar las inversiones extranjeras".

"Para que haya seguridad jurídica es necesario que haya seguridad social", argumentó Morales. Mientras tanto, en Bolivia, el vicepresidente Álvaro García Linera anunciaba que el banco español BBVA y la aseguradora suiza Zúrich tienen un plazo de tres días para entregar al gobierno "a título gratuito" las acciones que poseen en las petroleras nacionalizadas. "Habrá intervención a estos fondos de pensiones si no cumplen en tres días el decreto, así de claro", dijo García Linera.

No todo es petróleo

Aunque la energía fue el tema estrella, el discurso de Morales también hizo referencia a otras cuestiones, como el tráfico de drogas y los procesos contra Sánchez Lozada y Carlos Sánchez Berzaín.

La guerra contra las plantaciones de coca no debe convertirse en un "nuevo instrumento de colonización", dijo Morales, quien recordó a los europeos que ellos fueron "los primeros países en industrializar la hoja de coca". Y en cuanto a los dos ex presidentes bolivianos acusados de genocidio pidió al Parlamento que se haga todo lo posible porque "sean juzgados en Bolivia".

Para finalizar, Morales regaló a los oídos europeos algunos halagos que se debatieron entre su "admiración por la Unión Europea" y el proceso de integración, y sus deseos de establecer con Europa "una alianza estratégica por la vida".