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Ex alto cargo sirio juzgado en Alemania se declara inocente

18 de mayo de 2020

Anwar Raslan está acusado por las torturas sistemáticas en el centro de detención Al Jatib de Damasco que dirigía. Huyó a Alemania en 2014 y fue identificado después por otros refugiados.

Prozessauftakt gegen mutmaßliche syrische Folterer in Koblenz
Anwar Raslan, durante otra vista del juicio el mes pasado.Imagen: picture-alliance/dpa/AFP/T. Lohnes

Un exoficial de alto rango de los servicios de inteligencia sirios, juzgado en Alemania por crímenes contra la humanidad, negó este lunes (18.05.2020) su responsabilidad en el asesinato y tortura contra los detenidos en un centro de detención de Damasco. Casi un mes después de que se abriera este histórico proceso por los abusos imputados al régimen de Bashar al Asad, Anwar Raslan, de 57 años, compareció por primera vez ante el tribunal de Coblenza.

Raslan es el principal procesado en ese juicio, donde la Fiscalía Federal alemana le imputa crímenes contra la humanidad. Tanto él como el segundo encausado, otro antiguo miembro de los servicios de inteligencia sirios, Eyad Alghareib, de 43 años, ingresaron en Alemania haciéndose pasar por víctimas del régimen sirio y fueron detenidos en febrero de 2019 en Berlín tras ser identificados por otros refugiados.

Raslan, presentado como un excoronel de los servicios de Seguridad del Estado, afirmó que "ni golpeó ni torturó" a los detenidos en el centro de detención Al Jatib de Damasco, que dirigió hasta septiembre de 2012. "Nunca actué de forma inhumana", aseguró en una declaración escrita, leída por su abogado. El acusado, que se enfrenta a una cadena perpetua, insistió en que "ayudó a liberar" a numerosos detenidos, arrestados durante el movimiento de protestas contra el régimen que estalló en marzo de 2011.

Alemania: caza a los torturadores del régimen de Assad

05:55

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Miles de sirios tomaron las calles entonces para reclamar democracia en un país dirigido con mano dura por los Asad desde hace casi 40 años. Anwar Raslan debe responder por la muerte de 58 personas, la tortura de al menos otras 4.000, una violación y abusos sexuales agravados, entre el 29 de abril de 2011 y el 7 de septiembre de 2012.

La Fiscalía general lo acusa de "haber tenido perfecto conocimiento del alcance de las torturas y de que los detenidos morían por la violencia masiva" que allí se ejercía. Las víctimas que declararon ante los investigadores alemanes dijeron haber sido sometidas a actos de flagelación, electrochoque, quemaduras de cigarrillos y golpes en los genitales. Sin embargo, el imputado insistió en que desertó y huyó de Siria a finales de 2012 porque no "quería respaldar" los abusos cometidos por el régimen sirio e incluso asegura que ahora forma parte de la oposición siria.

lgc (afp/efe)

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