Excanciller ruso Kozyrev: Ucrania necesita más armas
15 de mayo de 2025
DW: Señor Kozyrev, ¿cuál es su pronóstico sobre las negociaciones entre Ucraniay Rusia en Estambul?
Andrei Kozyrev: Me alegraría mucho equivocarme, pero lamentablemente me parece que serán una completa pérdida de tiempo. No hay motivo para pensar que esas negociaciones, participen quienes participen, puedan tener algún tipo de éxito.
La única manera de detener a Vladimir Putin y de llevarlo realmente a una negociación seria, a considerar el fin de la intervención, es armar a Ucrania ―como a veces lo ha expresado el expresidente Donald Trump― hasta los dientes.
Solo el Ejército ucraniano, la economía ucraniana y la fuerza del país en su conjunto pueden convertirse en un obstáculo frente a más agresiones en Europa y a la continuación de esta guerra. Pero eso, lamentablemente, no está ocurriendo.
Se cree que Putin, debido a los intercambios diplomáticos de las últimas semanas, se encuentra bajo presión. Y esto, en un momento en que Trump ya ha dicho que Putin lo está manipulando. Además, la situación ha evolucionado de forma muy diferente a como Putin lo había previsto. ¿Comparte usted esa visión?
No hay indicios de que Trump esté realmente dispuesto a actuar de forma concreta, al menos imponiendo sanciones económicas, aunque estas tampoco serían demasiado efectivas. Pero ni siquiera eso ha hecho, mucho menos entregar armamento moderno, aumentar la ayuda militar, etc.
Lo que veo hasta ahora es esto: ni Trump ni nadie más en Occidente, entre los aliados occidentales, está dispuesto a hacer por Ucrania lo que los "aliados orientales" de Rusia hacen por ella. Corea del Norte e Irán suministran armas y misiles. Corea del Norte incluso participa ya directamente en la intervención y ha enviado tropas. Y Occidente solo habla. ¿De qué tipo de amenaza estamos hablando entonces? Putin ya se ha acostumbrado a esas amenazas.
¿Cree que Estados Unidos, bajo Trump, cambiará su política y armará más fuertemente a Ucrania?
Por supuesto que podrían hacerlo, es solo una cuestión de voluntad política. Pero tienen miedo. Tienen miedo del chantaje nuclear de Putin. Sin embargo, Putin nunca usará armas nucleares por Ucrania. Eso es solo una amenaza. Estados Unidos tuvo miedo, y todavía lo tiene.
Usted dice que Occidente ha demostrado falta de voluntad. ¿A qué se refiere exactamente?
Tiene armas. Francia, Alemania y el Reino Unido tienen armas que podrían poner a disposición o fabricar rápidamente para cambiar realmente el curso de esta guerra e incluso ponerle fin. Espero que Rusia se retire tras sus fronteras. Las negociaciones no son más que un sustituto de cualquier otra medida.
Usted se encuentra actualmente en Washington. ¿Cree que Trump está realmente dispuesto a retirarse en cualquier momento, olvidarse de Ucrania y hacer como si no existiera en el mapa?
Creo que le encantaría hacerlo. Y en su entorno hay muchos que harían exactamente eso: esconder la cabeza como un avestruz y decir que lo único que importa es Estados Unidos, que no les interesa nada más, y que Europa haga lo que quiera. Eso demuestra una total incomprensión del papel de Estados Unidos como líder del mundo libre y de los intereses estadounidenses en general, también los económicos.
Lo único que lo frena es la opinión pública, que en su mayoría está del lado de Ucrania. También le molesta que en la tradición estadounidense exista una cierta empatía con las democracias que se defienden de una dictadura. Como en Europa, también en el Congreso estadounidense hay muchos ―incluso republicanos― que, aunque no se opongan abiertamente a Trump, se mantienen firmes en sus propias convicciones. Hay una resolución de apoyo a Ucrania, y Trump tiene que respetarla.
El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, está previsto como participante en las negociaciones en Estambul. Fue su adjunto y usted habla muy positivamente de él. Pero en el actual sistema de poder del régimen de Putin, ¿qué margen de maniobra tiene un ministro de Exteriores, especialmente en el papel de un posible mediador de paz? ¿Qué opciones tiene realmente?
Ninguna. Porque todo ministro de Exteriores ―como yo cuando lo fui― ejecuta la política del presidente. En este caso, la de un dictador. El ministro de Exteriores sirve al dictador, no a los intereses de Rusia. Creo que Lavrov es muy consciente de que esta guerra es una catástrofe para Rusia casi tan grande como para Ucrania. Y, a largo plazo, quizá incluso mayor. Porque Rusia se está perdiendo a sí misma, mientras que Ucrania, en esta lucha heroica, se está reencontrando consigo misma.
Andrei Kozyrev fue ministro de Asuntos Exteriores de Rusia entre 1990 y 1996, bajo la presidencia de Boris Yeltsin. Actualmente vive en EE. UU.
Entrevista: Olga Tikhomirova