Excomandante de Srebrenica es absuelto de crímenes de guerra
9 de octubre de 2017
Naser Oric, ex comandante del Ejército bosnio-musulmán en Srebrenica, fue absuelto hoy en Sarajevo de los cargos de crímenes de guerra contra prisioneros serbios en 1992, durante la guerra bosnia.
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El consejo judicial del Tribunal de Bosnia-Herzegovina en Sarajevo absolvió de los mismos cargos también al exmilitar Sabahudin Muhic, informó el portal informativo bosnio Klix.
Oric y Muhic estaban acusados de crímenes de guerra, incluido el asesinato de tres prisioneros serbios en 1992 en las aldeas de Zalazje, Lolici y Kunjerac, en las zonas orientales bosnias de Bratunac y Srebrenica.
Muchos bosnios musulmanes consideran a Oric un héroe de guerra por haber organizado la defensa de la ciudad de Srebrenica, donde las tropas serbias asesinaron más tarde a cerca de 8.000 hombres, niños, adolescentes, mujeres y ancianos musulmanes. Pero los serbios consideran que Orbic es culpable de crímenes de lesa humanidad.
Durante el juicio, Naser Oric fue aplaudido por mujeres de Srebrenica al ingresar a la corte.
Al comenzar la guerra, Oric retornó a su ciudad, Srebrenica, para planear defenderla. Había sido llamado a entrenamiento militar antes de Srebrenica cayera en manos de los bosnios serbios, en julio de 1995.
En 2006, la Corte Internacional de Crímenes de Guerra dictaminó una sentencia de dos años de prisión para Oser, de 50 años, por no haber hecho lo suficiente a fin de proteger a la población serbia de Srebrenica durante la guerra, pero esa condena fue anulada más tarde.
Belgrado lo acusó en 2014 de haber dirigido "varios ataques contra pueblos serbios en la región de Srebrenica con el objetivo de una limpieza étnica que acabara con los serbios, "persiguiéndolos, torturándolos y asesinándolos". Cerca de 2.500 civiles y soldados serbios fueron murieron en la región durante el conflicto, de acuerdo con estimaciones de asociaciones de víctimas de la guerra serbio-bosnia.
Oric fue acusado en 2015 por el entonces primer ministro serbio, ahora presidente, Alexander Vucic, de haberle arrancado los ojos a un prisionero antes de matarlo, en 1992. Oric se sometió a juicio en Sarajevo y se declaró inocente. "Como soldado, no tengo remordimientos", dijo en ese momento el excomandante bosnio.
Oric es uno de los pocos comandantes bosnios musulmanes de Srebrenica que se enfrentan a juicio por las atrocidades cometidas contra los serbios.
Belgrado: sentencia es "vergonzosa"
Belgrado condenó hoy como vergonzosa la sentencia absolutoria dictada en Sarajevo contra Naser Oric. La ministra serbia de Justicia, Nela Kuburovic, declaró que la decisión "vergonzosa" del tribunal bosnio es una muestra de que "para las víctimas serbias no hay justicia".
En un comunicado del citado ministerio, Kuburovic asegura que la judicatura serbia no renunciará a la acusación por crímenes de guerra contra Oric, a quien considera responsable de "brutales" asesinatos y torturas "contra la población civil".
Al mismo tiempo, la ministra destacó que su país no renunciará a la política de reconciliación y buenas relaciones en la región balcánica, y pidió a los vecinos "la misma dedicación" a ese objetivo.
También el titular de Exteriores, Ivica Dacic, se mostró indignado y calificó la sentencia como "descaro, humillación e injusticia hacia las víctimas serbias".
CP (efe, rtr)
La intervención de la OTAN contra Serbia
El bombardeo de Serbia por parte de la OTAN terminó con la violencia de las tropas serbias contra los albano-kosovares. Sin embargo, esa guerra, que se realizó sin el mandato de la ONU, sigue siendo controvertida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huellas de la guerra
El conflicto en Kosovo escaló a fines de 1990. Decenas de miles de personas huyeron y, cuando todas las tentativas de restablecer la paz se vieron frustradas, la OTAN inició un ataque aéreo a las bases y objetivos militares serbios, el 24 de marzo de 1999. Once semanas después, Slobodan Milosevic se rendía.
Imagen: Eric Feferberg/AFP/GettyImages
El fracaso de la resistencia pacífica
Ya a mediados de los 80 comenzaron en Kosovo las protestas contra los intentos de Belgrado de recortar los derechos de la población albana. En los 90, las represalias aumentaron. Ibrahim Rugova, que lideraba el movimiento político en Kosovo desde 1989, creía en la resistencia pacífica y trató de convencer a Slobodan Milosevic de un cambio de rumbo, pero sin éxito.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de guerrillas
En Kosovo comienza a formarse la resistencia armada. La autoproclamada Armada de Liberación UCK empieza una cruel guerra de guerrillas perpetrando violentos ataques contra los serbios, pero también contra los albanos, a quienes considera colaboradores. Serbia responde a los actos terroristas incendiando viviendas y saqueando tiendas. Cientos de miles personas huyen.
Imagen: picture-alliance/dpa
Expulsión sistemática
La guerra se vuelve cada vez más brutal. Para romper la resistencia de la UCK y el apoyo que le brinda la población, las fuerzas serbias atacan cada vez más a civiles. Muchas personas huyen a los bosques. Miles de kosovares son llevados en trenes y camiones a las fronteras del país, sin documentos que probaran que provenían de Kosovo.
Imagen: picture-alliance/dpa
El último intento
En febrero de 1999, EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llaman a las partes en conflicto a una conferencia en Rambouillet para lograr un acuerdo limitado de autonomía para Kosovo. Los representantes kosovares aceptan, pero los serbios no están dispuestos a hacer concesiones, y las negociaciones fracasan.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Intervención humanitaria"
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comienza a bombardear objetivos militares y estratégicos en Serbia y Kosovo para frenar la violencia contra los albanos. También Alemania participa en los ataques. La operación “Allied Force” es la primera guerra de la OTAN en 50 años que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia juzga severamente la intervención
Imagen: U.S. Navy/Getty Images
Infraestructura paralizada
Además de los ataques a instalaciones militares, la OTAN también toma como objetivo vías de abastecimiento, líneas de ferrocarril y puentes. En 79 días y noches arriban más de 37.000 misiones de la alianza, y cerca de 20.000 misiles y bombas caen sobre territorio serbio. Muchos civiles pierden la vida. “Daños colaterales”, según el lenguaje que utiliza la OTAN.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nubes tóxicas sobre Pancevo
También son atacadas las fábricas, como en Pancevo, cerca de Belgrado. Allí, las bombas de la OTAN destruyen un depósito de químicos y una fábrica de fertilizantes liberando grandes cantidades de sustancias químicas que contaminan suelos, ríos y el aire. Las consecuencias para la población son gravísimas. Serbia acusa a la OTAN de utilizar munición enriquecida con uranio, así como bombas racimo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra contra la propaganda de guerra
Para privar a Milosevic de un importante órgano de propaganda, la OTAN ataca la televisión estatal en Belgrado. Aunque se informó con anticipación al Gobierno serbio del ataque, éste no difunde la información. En el edificio de la emisora mueren 16 personas.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Daños colaterales"
En Kosovo, las bombas de la OTAN caen por error sobre una caravana de refugiados albanos. Mueren cerca de 80 personas. La OTAN califica, además, de “daño colateral” el bombardeo de la embajada china en Belgrado, en el cual mueren cuatro personas. El incidente provoca una grave crisis diplomática entre Pekín y Washington.
Imagen: Joel Robine/AFP/GettyImages
Balance del horror
A comienzos de junio llegan las primeras señales de Belgrado que indican que Slobodan Milosevic está dispuesto a ceder. El 19 de junio la OTAN detiene los ataques aéreos. El balance de la guerra: miles de muertos y 860.000 refugiados. La economía serbia está por los suelos, y amplios sectores de su infraestructura están destruidos. Kosovo es puesta bajo administración de la ONU.