Exitosa documenta 12
23 de septiembre de 2007La documenta 12 registró un nuevo récord de visitantes y eso a pesar del mal tiempo que predominó en Alemania durante todo el verano. La mayor parte de las instalaciones de la documenta se exhiben al aire libre, lo que perjudicó la asistencia, hizo hincapié un muy feliz Roger Bürgel, director de la muestra, al dar a conocer las cifras.
Muchos fueron los malos augurios cuando una semana después de la inauguración de la feria una tormenta estival destruyó la obra "Template" del chino Ai Wei Wei, una torre de doce metros de altura hecha de puertas y ventanas de casas antiguas. Pero la tormenta pasó a ser sólo una anécdota más en este evento de cien días contados.
Una de las experiencias más insólitas de la feria la aportó precisamente Wei Wei. Además de denunciar con su “Template” la destrucción a que el actual auge inmobiliario somete a los edificios antiguos, el artista chino invitó a 1.001 compatriotas a vivir durante cien días en Kassel para acabar con los recelos de la sociedad alemana por los asiáticos. A la luz de la realidad política y económica en China, 100 días y 1001 chinos son poco para acabar con los temores que desata el gigante asiático.
Pabellón en Girona
Aún cuando no se trató de una documenta de las grandes estrellas -la mayor parte de los participantes eran desconocidos para el gran público alemán- si las hubo, por ejemplo en el Pabellón G.
El Pabellón G, el más cotizado de todos fue sin embargo también el menos visitado. Sólo 200 afortunados pudieron disfrutar en el del arte culinario del cocinero español Ferran Adrià.
Si la inclusión de un cocinero entre el selecto grupo de artistas invitados había generado ya de por sí gran polémica, el anuncio de Adrià de que no cocinaría fuera de su restaurante elBulli en Girona, y que por tanto, en lugar de viajar él a Kassel, la muestra seleccionaría cada día a dos afortunados que degustarían sus creaciones, causó más barullo aún.
Arte comprometido
Un prado de amapolas, un campo para el cultivo de arroz o una jirafa disecada, que murió mientras huía de los ataques israelíes en Cisjordania son algunas de las propuestas más extravagantes de la feria en la que la denuncia de la pobreza, la marginación y las guerras en África, Asia y Latinoamérica tuvieron un papel destacado.
La emigración y el SIDA, expuestas como tragedias para el continente africano, llegaron a la Documenta encarnadas en la madera de un cayuco y de un ataúd rodeado de candelas, de estética macabra.
Del arte comprometido del "Archivo Tucumán Arde" de la argentina Graciela Carnevale, a los niños brasileños convertidos en esclavos sexuales en Barcelona del brasileño Mauricio Dias y el suizo Walter Riedweg, Latinoamérica contó con un escenario de excepción para exhibir sus propuestas.
El drama de las favelas de Río de Janeiro o las experiencias de un grupo de teatro de Sao Paolo con discapacitados psíquicos dejaron su huella en Kassel, de la mano de los argentinos Jorge Mario Jáuregui y Alejandra Riera, respectivamente.
La política exterior de EEUU marcó varias de las instalaciones como la del chileno Juan Dávila, que trastocó símbolos estadounidenses en cruces gamadas o la del español Íñigo Manglano-Ovalle, con su réplica del supuesto laboratorio móvil iraquí presentado por EEUU como prueba de las armas de destrucción masivas de Irak.
Kassel se despidió de un total de 113 artistas y 500 obras que durante cien días "tomaron" 17.000 metros cuadrados en los espacios abiertos de esta ciudad, que cada cinco años se convierte en el acontecimiento cultural de Alemania.