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Expectación ante plan de reforma de la ONU

Emilia Rojas20 de marzo de 2005

El apoyo estadounidense a las aspiraciones niponas de ingresar al Consejo de Seguridad de la ONU alimenta las esperanzas de Alemania de entrar al selecto club, de la mano de los japoneses.

Kofi Annan se dispone a presentar el principal proyecto de su gestión.Imagen: AP

En vísperas de que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, presente su proyecto para someter a la organización a la más profunda reforma realizada desde su fundación, renacen las esperanzas de Alemania de cumplir su anhelo declarado: obtener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad.

Luz verde para Japón

El paquete de reformas, cuya aplicación representa el más ambicioso objetivo del jefe de la ONU, incluye una amplia gama de recomendaciones en distintas áreas. Pero la atención general se centra principalmente en las intenciones de remodelar el órgano ejecutivo, decisivo para enfrentar los conflictos internacionales. Amplio consenso hay en cuanto al carácter anacrónico de la actual estructura del Consejo, donde tienen presencia permanente y derecho a veto las cuatro potencias vencedoras de la II Guerra Mundial y China. Lo que no está claro es qué forma habría de adquirir para ponerse a tono con los tiempos y, en particular, para dejar satisfechos a todos.

Condoleezza Rice, ya dio el sí al primer ministro nipón, Yunichiro Koizumi.Imagen: AP

El actual optimismo alemán se deriva de las declaraciones formuladas por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, durante su reciente visita a Japón. Allí señaló explícitamente que Tokio se ha ganado un lugar permanente en el Consejo de Seguridad y que cuenta con el claro respaldo de Washington para obtenerlo. En Berlín se piensa que el visto bueno dado a Japón podría implicar también luz verde para una inclusión de Alemania en el club.

Muchas incógnitas

Sin embargo, en estas cosas no hay automatismo. Aunque Alemania, Japón, Brasil e India sellaron una especie de "pacto" de apoyo recíproco para llegar al Consejo de Seguridad, eso no quiere decir que todos tengan que lograr su objetivo. Difícilmente se podría pedir a Tokio que renunciara a la posibilidad de obtener un asiento permanente si no se le ofrece también uno a sus "aliados".

Por otra parte, no es seguro que Estados Unidos favorezca el modelo de ampliación que quisieran los alemanes, y que implicaría añadir al organismo seis asientos permanentes y tres transitorios. Porque hay también otras variantes, que contemplan aumentar sólo el número de socios temporales. Además no hay nada establecido acerca de si los futuros miembros permanentes, de haberlos, contarían o no con derecho a veto. Lo único cierto es que queda materia de sobra para discutir y que Kofi Annan podrá considerarse afortunado si el debate llega a fructificar con la velocidad suficiente como para que cristalice una fórmula concreta que someter a votación en septiembre, como sería su deseo.

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