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Expertos piden nuevo enfoque contra la epidemia de opioides

Eva Usi
12 de enero de 2022

La epidemia de opioides que padece Estados Unidos, que ha matado a unas 100 mil personas en la última década, debe atacarse invirtiendo en la recuperación de las personas adictas, advierten expertos.

Opioidkrise in den USA
Imagen: Keith Srakocic/AP/dpa/picture alliance

Los carteles de la droga mexicanos juegan un papel preponderante en la expansión de la epidemia de opioides en el país vecino, con el cartel de Sinaloa y el cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) a la cabeza de un listado de varias organizaciones delictivas, según la Evaluación Nacional de la Amenaza de Drogas 2020 (NDTA).  Hace unas semanas, la Administración de Control de Drogas (DEA) advirtió que redes sociales como Tik Tok, YouTube, Instagram, Messenger y Snapchat, son algunas de las aplicaciones que utilizan estas redes criminales para llegar al consumidor. Son herramientas perfectas por estar disponibles desde cualquier teléfono inteligente, según la entidad.

México, productor de opio de larga tradición

"Esto no sorprende, ni es nuevo tampoco. México empezó a cultivar opio hace mucho tiempo, y es uno de los tres países que producen heroína para el mercado ilícito, produce metanfetaminas y es tránsito de cocaína con el principal destino de consumo en Estados Unidos”, afirma la psicóloga social y especialista en adicciones María Elena Medina Mora, en conversación con DW. "Lo novedoso ahora es la inclusión del fentanilo con mezclas que sobrepasan la capacidad del mercado y de los organismos internacionales para controlar estas sustancias, porque son muchas y no están registradas”, afirma la académica y ex directora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (2008-2018). La especialista señala que el consumo de fentanilo empezó a detectarse hace no mucho, por los reportes de los usuarios. "Reportan que son mucho más atractivas estas drogas porque tienen un efecto más alto, que esta nueva sustancia estaba integrada a todas las formas de la heroína, del opio, y que era algo mucho más potente, muy estimulante porque podían estar más tiempo sin estar buscando droga”. Las autoridades mexicanas reportaron el año pasado la decomisión de 1.800 kilos de fentanilo, una cifra récord.

Beau Kilmer, director del Centro de Investigación de Políticas de Drogas de la organización RAND, afirma por su parte que las organizaciones criminales mexicanas están jugando un papel preponderante, tanto en la producción de fentanilo como en el tráfico a través de la frontera. "Pero hay que tener en cuenta que cuando uno lee sobre toneladas que han sido decomisadas, se refieren al peso de los paquetes, pero a menudo solo un 10% de un kilo es fentanilo; el resto es relleno u otras sustancias como la heroína, pero el fentanilo es 25 veces más fuerte que la heroína. Cuando la gente compra fentanilo en la calle, la mayor parte de lo que compra es relleno, pero no se necesita mucho fentanilo para sentir el mismo efecto que produciría la heroína”, explica el académico.

Un problema hecho en casa

Ambos expertos coinciden en que esta epidemia fue provocada inicialmente por las campañas publicitarias de las compañías farmacéuticas, en su afán por aumentar sus ganancias. "Por lo menos en lo que respecta a la prescripción de opioides, está bien documentado que las compañías farmacéuticas han trabajado duro para tratar el dolor en todo el país con oxicodon y otros opioides. Sin duda el fármaco ha ayudado a millones de personas que sufren dolor, pero las compañías mintieron al público y a los médicos respecto a su potencial adictivo. Aunque ha habido esfuerzos durante la última década para reducir las prescripciones, y han bajado drásticamente en los años recientes, Estados Unidos sigue siendo líder mundial en cuanto a prescripciones de opioides per cápita”, afirma Beau Kilmer. Por su parte, María Elena Medina Mora destaca que el opio sigue siendo el mejor medicamento contra el dolor. "En Estados Unidos, el opio y las formulaciones sintéticas similares al opio, que es lo que se usa ahora para el dolor provocado por enfermedades terminales como el cáncer, estaban controlados por recetas medicas, pero influyó mucho el llamado al derecho de las personas a una muerte digna, sin dolor. Sin embargo, se abusó de ese derecho humano, se empezó a prescribir ante cualquier dolor, no solo dolores graves, sino para dolores inmediatos y enfermedades crónicas, lo que generó mucha dependencia”.

Mucha gente se volvió dependiente de medicamentos.Imagen: picture-alliance/ dpa/dpaweb

Aunque las compañías farmacéuticas ya pasaron por los juzgados y fueron declaradas culpables, el problema fue que las autoridades controlaron la disponibilidad de estas sustancias sin considerar la gran cantidad de personas que sufrían de una adicción. "Menos personas tuvieron acceso a estas drogas, lo que causó un problema muy grave a las que ya eran dependientes. Esto generó mercados ilegales que venden sin control de calidad”.

Programas de reducción de daños

Beau Kilmer asegura que hay que reducir la adicción y las sobredosis y aboga por que "sustancias como la buprenorfina y la metadona sean más accesibles para las personas que sufren un desorden por el consumo de opioides”. El académico sostiene que se están haciendo esfuerzos, pero hay mucho que hacer no solo a nivel federal, sino estatal y local. Cita los programas de intercambio de jeringas, con unos 400 centros operando en Estados Unidos, y acota que a nivel federal han sido prohibidos algunos centros de este tipo, argumentando que es necesaria una evaluación de riesgos y beneficios.

El académico destaca que a partir de la Administración Biden está habiendo un cambio de paradigma. "Ya hay fondos federales, para por ejemplo, comprar jeringas, o centros que verifican el contenido químico de los medicamentos para que los usuarios sepan lo que están consumiendo. También para hacer accesible la naxolona, un medicamento que revierte rápidamente una sobredosis de opioides. Todo esto ha sido un paso importante por parte de la Administración Biden”. Sin embargo no hay todavía centros de consumo, en donde los usuarios que compran drogas en el mercado negro los consumen bajo supervisión médica, explica. En en todo el mundo, sobre todo en países europeos y Canadá, hay unos 150 centros de este tipo, no así en Estados Unidos debido a que el gobierno federal argumenta que violan las leyes federales.

Un medicamento ayuda en casos de sobredosis.Imagen: Keith Srakocic/AP/dpa/picture alliance

Fenómeno en México

En México no hay disponibilidad de medicamentos que prevengan las sobredosis. Son controlados como si fueran una droga. "Hemos trabajado mucho para lograr que las autoridades desclasifiquen estos medicamentos que en Estados Unidos se los dan a los policías y a los familiares de los dependientes, a la gente que está cerca de los usuarios, para que no mueran por sobredosis porque las personas dejan de respirar”, afirma María Elena Medina Mora.

La académica destaca que se ha registrado un incremento importante de sobredosis en la frontera norte, en donde se concentra la mayor parte del consumo en México. "Las comunidades con menos recursos son las más afectadas, porque no tienen acceso al tratamiento, a los servicios, y porque no se ve esto como una enfermedad, sino como un vicio, y eso ha generado mucho estigma, mucho dolor y rechazo social. Deberíamos abordar una respuesta global ante un tema en el que no se considera necesario invertir recursos, cuando nosotros hemos visto que cuando se invierte dinero, la respuesta es fantástica”, concluye.

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