Explosión de coche bomba deja ocho muertos en Afganistán
13 de marzo de 2021
Las autoridades culparon de la acción a los talibanes, que descartaron haber participado del ataque, que tuvo lugar en una zona con población civil de Herat. Hay al menos 47 heridos.
Publicidad
Las autoridades afganas informaron este sábado (13.03.2021) que al menos ocho personas perdieron la vida, y 47 resultaron heridas, tras producirse la explosión de un coche bomba la noche del viernes, cerca de una comisaría en el oeste del país. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños. Además, decenas de viviendas y tiendas comerciales resultaron dañadas por la onda expansiva.
"Entre los muertos se encuentra un miembro de las fuerzas de seguridad y siete civiles: tres niños, dos mujeres y dos hombres”, declaró a la agencia de noticias AFP Jailani Farhad, portavoz del gobernador de la ciudad de Herat, donde ocurrió la explosión. Al menos 20 mujeres y ocho niños están entre los heridos, así como ocho miembros de las fuerzas afganas, precisó.
La fuerte explosión tuvo lugar a eso de las 21.20 horas del viernes en el distrito policial catorce, PD-14, en una zona de población civil, indicó a la agencia EFE un funcionario del Ejército de la provincia, que pidió permanecer en el anonimato. "Lamentablemente en este ataque los terroristas talibanes han atacado a civiles”, añadió, sin proporcionar más detalles.
Talibanes niegan participación
Por su parte, el portavoz del ministerio del Interior, Tariq Arian, habló de "54 heridos, entre ellos siete policías”. Aunque Herat, una de las ciudades más grandes del país, permanece bajo control del gobierno, está rodeada de zonas rurales donde se libran combates entre las fuerzas afganas y los talibanes. Si bien estos son los principales sospechosos, su portavoz desmintió que sus fuerzas sean las autoras del ataque.
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó el viernes "en los términos más enérgicos el alarmante número de ataques contra civiles” producidos en el país. También alentó "fuertemente a las partes en las negociaciones a tomar medidas que fomenten la confianza, incluida la reducción de la violencia”. Ésta ha aumentado en los últimos meses, pese a las conversaciones de paz entre talibanes y el gobierno.
DZC (EFE, AFP)
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
Imagen: Reuters/M. Ismail
Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
Imagen: Reuters
La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Smialowski
Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Shirzad
Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
Imagen: DW/H. Hamraz
El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.