En EE.UU. se presume que fue la prueba fallida de un misil de crucero la que ocasionó la liberación de altos niveles de radioactividad en una base militar rusa. DW pasa revista a los indicios que apuntan en esa dirección
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El pasado 8 de agosto, una explosión le quitó la vida a cinco científicos y dos soldados en una base militar cercana a Severodvinsk, una ciudad situada en el noroeste Rusia, a 35 kilómetros de Arcángel, capital del óblast homónimo. Dado el secretismo de las Fuerzas Armadas locales, el resto del mundo ha tardado en confirmar las causas del estallido. Expertos del Centro James Martin para la No-Proliferación de Armas de Destrucción Masiva (CNS), adscrito al Instituto Middlebury de Estudios Internacionales, en Monterey, California, sostienen que el suceso puede haber sido ocasionado por la prueba fallida de un misil de crucero del tipo Burevestnik.
Ellos fueron los primeros, fuera de Rusia, en detectar altos niveles de radiación en Arcángel tras la explosión. La primera vez que se habló del misil de crucero 9M730 Burevestnik, dotado con ojivas nucleares y de alcance presuntamente ilimitado, fue el 1 de marzo de 2018, cuando el presidente de Rusia presentó las nuevas armas estratégicas del gigante euroasiático durante su discurso sobre el estado de la nación. Después del estallido, Vladimir Putin no ha dicho nada sobre ese cohete. Según la Agencia Federal para la Energía Atómica, la explosión ocurrió cuando un propulsor de cohete a base de combustible líquido era sometido a prueba.
Nuevas pistas
Esa instancia atizó la curiosidad internacional cuando habló de “isótopos”, la mayoría de los cuales son radiactivos. Medios estatales rusos hicieron alusión a un ensayo con un generador de radioisótopos termoeléctrico –también conocido como batería de tritio o batería atómica–, pero los especialistas de Monterey arguyen que un accidente con un sistema de esa naturaleza habría liberado mucho menos radioactividad. A sus ojos, la energía liberada apunta a que la explosión de Arcángel fue causada por un error en la activación de un misil de crucero. Anne Pellegrino, del CNS, describe uno de los indicios más fuertes.
La investigadora señala que el sitio de pruebas de Nyonoksa –una zona rural del óblast de Arjánguelsk– se hallaba en un estado muy precario hasta 2018, cuando fue modernizada y que su remozamiento implicó la construcción de contenedores a prueba de radiaciones en sus linderos. Pellegrino subraya que ese tipo de edificaciones ya habían sido avistadas en otras bases de ensayos de misiles Burevestnik: en el Cosmódromo de Kapustin Yar, ubicado en Známensk, oblást de Astracán, y en la plataforma de lanzamiento de Nueva Zembla. Después de las pruebas en Nueva Zembla, “los militares empacaron sus cosas y se fueron”, dice Pellegrino.
El rastro de los residuos
“Les perdimos la pista por completo”, admite la científica, aludiendo a los organizadores de los ensayos rusos con los cohetes Burevestnik. Sin embargo, al analizar capturas fotográficas satelitales de Nyonoksa más adelante, el CNS reconoció de inmediato las instalaciones que habían sido erigidas allí: era la infraestructura necesaria para probar misiles Burevestnik. “Después nos percatamos de que los cohetes podían estar siendo lanzados desde una plataforma flotante cerca de la costa y no desde tierra”, acota Pellegrino. El exoficial de la Marina rusa Alexander Nikitin le dijo a DW que la base militar estaba en un segmento del mar Blanco.
“En esas aguas hay plataformas flotantes donde es posible hacer todo tipo de pruebas”, asegura Nikitin, experto en seguridad nuclear actualmente empleado por la organización noruega Fundación Medioambiental Bellona. Los investigadores del CNS descubrieron además que el buque “Serebrjanka”, perteneciente a la Agencia Federal para la Energía Atómica (ROSATOM) y encargado de la recolección de desechos radioactivos, se encontraba en las inmediaciones de la base de Nyonoksa. “Ese barco también recogió los residuos que quedaron de las pruebas efectuadas frente a las costas de Nueva Zembla”, subraya Pellegrino.
A su juicio, los preparativos para los ensayos más recientes pueden haber durado un año y que la presencia del barco “Serebrjanka” cerca del lugar de las pruebas es una señal de que las Fuerzas Armadas rusas la creían necesaria. Hasta ahora, el rompecabezas que Pellegrino y sus colegas están armando da por factible que el estallido de Arcángel es atribuible a un “mini-reactor” nuclear como los que están siendo empotrados en los misiles de crucero Burevestnik.
(erc/jov)
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¿Guerra Fría recargada?
Con la suspensión del tratado nuclear INF, una de las principales iniciativas de desarme de los años 80 ha sido archivada. Este acuerdo fue un mérito de la diplomacia y del movimiento por la paz. Aquí una revisión.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Zinken
Rearme verbal y material
EE. UU. suspendió primero su participación en el tratado nuclear INF durante seis meses, y un día después, lo hicieron los rusos. Por el momento, estas decisiones ponen fin a una fase de tres décadas de entendimiento y desarme entre las principales potencias. Los militares y los políticos participaron en este pacto, igual que la sociedad civil, que se movilizó masivamente en los años ochenta.
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Arsenal del terror
El INF fue uno de varios tratados diseñados para frenar el terrorífico arsenal atómico creado por el rearme de la Guerra Fría. Aquí hay un misil Pershing II de EE.UU. equipado con una cabeza nuclear en la base estadounidense Mutlangen, en Baden-Württemberg (Alemania).
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Brindis por el entendimiento
El avance hacia el tratado INF fue logrado por el entonces presidente de EE. UU. Ronald Reagan (izquierda) y el líder soviético Mijail Gorbachov (derecha) en diciembre de 1987. Tras su firma en Washington, ambos políticos presionaron para un nuevo comienzo en las relaciones Este-Oeste.
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Línea directa
Una de las grandes preocupaciones durante la Guerra Fría fue que las dos grandes potencias podrían declararse la guerra entre sí por un simple error de comunicación. Es por eso que los ingenieros de ambos países establecieron la llamada "línea directa" en 1963: una conexión directa entre Washington y Moscú. Esta imagen muestra un télex en el Pentágono en 1963.
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Entre dos frentes
Durante la Guerra Fría, el Telón de Acero corrió por el centro de Alemania. La República Federal de Alemania (RFA) estaba vinculada a Occidente, y la República Democrática Alemana (RDA) a la esfera de influencia oriental. En el caso de una guerra nuclear, el Gobierno federal tenía su propio búnker cerca de Ahrweiler, en su sede ubicada en Bonn.
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Gobierno subterráneo
En caso de una guerra nuclear, el Gobierno de Alemania Occidental debía continuar trabajando. Por lo tanto, el búnker estaba equipado con todo lo necesario. En el subsuelo también había una sala de reuniones con colores cálidos que supuestamente aliviaban el horror del búnker.
Imagen: DW/Maksim Nelioubin
¿Guerra nuclear? No, gracias
El temor a una posible guerra nuclear también impulsó a gran parte de la población a manifestarse. A fines de la década de 1970 surgió un movimiento por la paz que durante años exigió desarme y entendimiento. Aquí hay un pin correspondiente a una de las reuniones celebradas en Bonn, en octubre de 1981.
Imagen: HDG
Demostración histórica en el Hofgarten
El 10 de octubre de 1981, alrededor de 300 mil personas se reunieron en Bonn, entonces la capital de la República Federal, para protestar contra el armamento nuclear. La última reunión en el Hofgarten de Bonn se convirtió en una de las manifestaciones más impresionantes de la historia del movimiento alemán por la paz.
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"Reunión de los valientes..."
"...no de los temerosos". Así describió el político del SPD Erhard Eppler, uno de los actores clave en el movimiento por la paz, al mitin de Bonn. Las palabras de Eppler se referían a que justamente quienes expresaban temor a la guerra eran valientes por ello.
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Bloqueo por la paz
En septiembre de 1983, los opositores a las armas nucleares bloquearon el depósito de armas de EE.UU. en Mutlangen. Entre ellos estaban el Nobel de Literatura Heinrich Böll y su esposa, Annemarie. Böll dijo que estaba allí "porque sería muy fácil defender algo tan primordial solo desde mi escritorio. También deseo solidarizarme con todas aquellas personas que tanto se sacrifican".
Imagen: picture-alliance / dpa
Críticas desde las Fuerzas Armadas
Uno de los opositores al rearme más famosos fue el general de división Gert Bastian. Junto con la política Petra Kelly, protestó contra el despliegue de misiles nucleares de mediano alcance en Europa. En 1983, ambos fueron de los primeros políticos del partido ecologista Los Verdes en ser electos para ingresar al Parlamento alemán.
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Objetivos comunes en Occidente y Oriente
Muchas personas también tomaron las calles en la parte oriental de Alemania. "Espadas en arados" fue el lema del movimiento por la paz allí. Fue inventado en 1980 por el joven pastor Harald Bretschneider. Desde las filas de los activistas por la paz de Alemania oriental también surgió un movimiento de protesta contra el sistema político de la RDA.
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Logro I: desarme en el Este
El tratado INF llevó el desarme masivo del potencial nuclear a ambos lados del Telón de Acero. Esta foto de 1989 muestra una serie de misiles soviéticos SS-20 destruidos.
Imagen: picture-alliance/akg-images/Russian Picture Service
Logro II: desarme en Occidente
Los estadounidenses también retiraron sus armas nucleares de Europa. En 1988 abrieron el depósito de Mutlangen para la prensa internacional. Luego se llevaron los cohetes Pershing II a EE.UU., donde fueron desarmados. El peligro de que Europa pudiera convertirse en el escenario de una guerra nuclear parecía haber acabado.