Cuatro expresidentes han expresado hoy su apoyo a Felipe González después de que fuera declarado "persona non grata" por Venezuela. A Fernando Henrique Cardoso (de Brasil), Ricardo Lagos (de Chile) y Julio María Sanguinetti (de Uruguay), que firmaron una declaración conjunta, se unió posteriormente el expresidente español José María Aznar, otrora rival político de González.

Los expresidentes latinoamericanos, con los que González comparte tertulia radiofónica, declararon sentirse "también en lo personal profundamente afectados por esa decisión, porque también reivindicamos nuestro derecho a coadyuvar en la defensa de líderes políticos que están, a nuestro juicio, injustamente presos". Los tres expresaron hoy que "en su momento" y en sus respectivos países, ellos contribuyeron al "retorno democrático y con el mismo afán", mostraron querer "ayudar hoy a que Venezuela se reencuentre con un clima de paz y ejercicio pleno de sus libertades".

Aznar en México

"(Expreso mi) plena solidaridad con cualquier persona que lo pase mal en Venezuela o esté siendo atacado en estos momentos injustamente por el Gobierno, incluyendo a mi predecesor", afirmó Aznar en una rueda de prensa en la capital mexicana, donde participa en la presentacion de la alianza entre el gigante de servicios jurídicos DLA Piper y un bufete local.

Consultado sobre el caso, el exjefe del Ejecutivo español se remitió a la llamada "Declaración de Panamá", firmada hace un par de semanas en jun foro paralelo a la Cumbre de las Américas, en la que fue presentado el documento, al que se han adherido hasta ahora 31 expresidentes iberoamericanos, Aznar y González incluidos.

"España responderá"

La declaración, que "no tiene precedentes", de acuerdo con Aznar, alerta sobre la "severa crisis democrática" en Venezuela y exige "soluciones negociadas" como la libertad de los presos por razones políticas y garantías para las próximas elecciones legislativas.

El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, que esta mañana había declarado en Madrid que la intención de su gobierno no era romper relaciones con Venezuela, aclaró esta misma tarde en Valencia que España respondería si es agredida. "Lo que queremos para Venezuela, porque hay 200.000 españoles, porque hay intereses españoles y porque es un pueblo muy cercano, es que las cosas se estabilicen políticamente y haya un mínimo de riqueza y prosperidad para el pueblo" de ese país, declaró el ministro. "No veo interés en seguir con esta escalada", sentenció.

LGC (EFE / El País)