El incendio que se declaró hace más de diez días en la zona de exclusión de Chernóbil ya ha sido extinguido, según informó hoy el servicio estatal para situaciones de emergencia de Ucrania.
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Nikolái Chechetkin, jefe del servicio de emergencia ucraniano, informó del éxito preliminar en el combate del fuego al presidente, Vladímir Zelenski, quien le había exigido esta mañana que la sociedad quería "saber la verdad".
"A la pregunta del presidente sobre cuándo se sofocará el incendio en la zona de exclusión, Chechetkin respondió que ya no hay fuego", informó la Presidencia ucraniana en un comunicado.
Chechetkin agregó que, eso sí, los equipos de bomberos necesitarán varios días para extinguir totalmente las brasas después de que el fuego consumiera decenas de hectáreas de bosque.
Estimó en 500 toneladas el agua vertida sobre el fuego por los hidroaviones y helicópteros, y destacó que los bomberos impidieron que el incendio se acercara al sarcófago que cubre el averiado cuarto reactor de la histórica central nuclear de Chernóbil, los depósitos con residuos radiactivos y los arsenales militares que hay también en la zona.
"Ayudó mucho la lluvia", precisó Yegor Frisov, jefe del departamento de inspección ecológica, quien agregó que los niveles de radiación están dentro de la norma.
Esto mismo ya ha sido confirmado por las autoridades de Kiev y los gobiernos vecinos de Rusia, Bielorrusia y Polonia.
Dudan ausencia de riesgo
Tanto el consorcio nuclear estatal, Energoatom, como la agencia encargada de la inspección ecológica pusieron en serias dudas las afirmaciones de las autoridades sobre la ausencia de riesgo y sobre que los niveles de radiación están por debajo de la norma.
En los últimos días activistas se dedicaron a cavar trincheras y hacer cortafuegos para evitar que el fuego alcanzara la zona de la central, donde un moderno sarcófago cubre desde 2016 el averiado cuarto reactor y, según sus constructores, garantizará su seguridad durante los próximos cien años.
El 6 de abril las autoridades informaron sobre la detención de un hombre, quien confesó que había prendido fuego a la hierba "por diversión", y hoy se informó del apresamiento de un segundo sospechoso.
er (efe, dpa)
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Como turista de viaje en Chernóbil
Una semana después de catástrofe de 1986, se evacuó la zona alrededor de la central nuclear. La zona restringida es hoy en día una atracción turística. Iurii Sheiko y Dmytro Kaniewski recorrieron la cuidad fantasma.
Imagen: DW/D.Kaniewski
El almacén en el pueblo de Salissja
Quien quiera visitar la zona restringida de la Central Nuclear de Chernóbil debe registrarse ante las autoridades a través de una agencia de viajes. Los pasaportes son controlados. En el área restringida, la primera estación es el pueblo de Salissja. Antes del accidente el 26 de abril de 1986, vivían aquí 3.000 personas. Todas fueron evacuadas. Después, algunos habitantes del pueblo regresaron.
Imagen: DW/D.Kaniewski
Mídalo usted mismo
La próxima estación es el pueblo de Kopachi, dentro de la zona de diéz kilometros. Esta zona fue fuertemente contaminada con radionucleidos. Los turistas pueden medir la radiación con dosímetros que pueden ser obtenidos por un precio de díez euros. Los guías le aclaran a los turistas las diferentes unidades de medida. Por aquí y por allá, estos aparatos comienzan a sonar.
Imagen: picture-alliance/C.Junfeng
Los aparatos de los "liquidadores" de Chernóbil
La próxima estación es la ciudad de Chernóbil. Al aire libre y cerca del puesto de bomberos se encuentran las maquinarias con las que se debían combatir las consecuencias del accidente. Sin embargo, los “liquidadores”, como se le llamaba a los hombres, comprobaron al poco tiempo que la radiación era simplemente demasiado fuerte: hasta la tecnología de estos macizos equipos fracasó.
Imagen: DW/D.Kaniewski
Monumento frente al reactor nuclear número cuatro
En la central nuclear, frente al reactor nuclear número 4, hay un monumento en homenaje a los "liquidadores". Hoy, el reactor está resguardado por una cubierta protectora. Después de la explosión en abril de 1986, la radiación superó mil veces los niveles permisibles. Cerca de 600.000 "liquidadores" lucharon contra una de las catástrofes más grandes causadas por el hombre.
Imagen: DW/D.Kaniewski
Control de radiación en la antigua central nuclear
Antes de ingresarar a la planta, se inspecciona el vestuario de cada uno de los visitantes para evitar que entre polvo radiactivo. En caso de que la radiación sea muy alta, se limpia la ropa. Si esto no funciona, la ropa tendrá que permanecer fuera del recinto. Según agencias de viajes, la dosis de radiación de un día en la zona restringida es en promedio tan alta como viajar una hora en avión.
Imagen: picture-alliance/AA/V. Shtanko
Almuerzo en Chernóbil
Después del control de radiación, hay almuezo en la cafereria de la central nuclear: sopa, carne con guarnición, ensalada, compota, jugo y pan. Para vegeterianos hay comida a base de calabaza y fruta. Todos los alimentos son “importados” en la zona restringida. El precio de un almuerzo es de 100 hryvnia (alrededor de tres euros). En los distribuidores automáticos se puede comprar café.
Imagen: DW/I. Sheiko
La "Casa Blanca" de Prípiat
La ciudad de Prípiat, el orgullo de la planificación urbana socialista, fue fundada en el año 1970. Antes del accidente, a dos kilómetros de la central nuclear, Chernóbil, vivian aproximadamente 50.000 de personas. La foto muestra la “Casa Blanca” en la que vivían los antiguos representantes de la ciudad y de la central eléctrica.
Imagen: DW/D.Kaniewski
La secreta estación de radar “Duga”
La última estación es una instalación de esa época, ubicada en las cercanías de la central nuclear y de Chernóbil. La estación de radar “Duga” fue desde 1976 parte de la defensa aérea soviética y debía identificar la salida de misiles intercontinentales. Con sus constantes golpeteos de onda corta, molestó durante muchos años a los radioaficionados, por lo que la llaman “pájaro carpintero”
Imagen: DW/I. Sheiko
El zorro Semjon
Cerca de Prípiat se ve a veces un zorro que entretanto se ha hecho tan conocido que le pusieron un nombre: Semjon. A este animalito le gustan los turistas, ya que a menudo le dan comida. Sin embargo, no se debería acariciarlo. En su pelaje se podrían encontrar particulas radioacivas, y, además, a pesar de ser manso, sigue siendo un animal salvaje. Se dice que Semjon no ha olvidado cómo morder.