El Stuttgarter Zeitung mira con buenos ojos los recortes a la producción adoptados por el consorcio Daimler ante los efectos de la crisis financiera internacional: “No hay lugar para pintar panoramas sombríos. Daimler juega a la segura. Al contrario de lo que sucedió a principios de los noventa, ahora se aplica el freno de manera temprana. En aquel entonces, los fabricantes de autos reaccionaron demasiado tarde y, luego del auge por la reunificación, no se percataron del estancamiento de la demanda. Daimler, así como todos los fabricantes y distribuidores, aprendieron aquella lección.”

No será suficiente

Opuesto es el punto de vista del Berliner Zeitung: “Por lo pronto, los fabricantes reaccionan con recortes a la producción. Esto no será suficiente. Si la demanda no se restablece, existe la amenaza de que los pequeños distribuidores de vehículos sufran una ola de bancarrotas. No existe indicio alguno en cuanto a que la demanda se recuperará en 2009. Será hasta 2010 cuando aparezcan en el mercado los ‘vehículos ahorrativos'; quizá hasta entonces se restablezcan los niveles de la demanda. Esto, a menos de que el gobierno contribuya a las ventas implementando un impuesto a las emisiones tóxicas y otorgando estímulos a la sustitución de vehículos viejos por nuevos. Pero, por sí mismas, tales medidas no serían de gran ayuda.”

“Constitución” para el mercado

El General Anzeiger, de Bonn, se refiere a la propuesta socialdemócrata de crear una especie de “constitución” para regular el mercado: “La iniciativa llega en un momento adecuado. Los asesores del ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, trabajan en dicho proyecto desde hace un año. Nadie puede reprochar al SPD oportunismo originado en la crisis financiera. En Alemania, los socialdemócratas encontrarán muchas puertas abiertas a sus principales demandas: mayor control de los ejecutivos, mayor transparencia en los fondos de inversión libre (hedge fonds), reforzamiento de la vigilancia a los mercados financieros, y nuevas facultades para los organismos monetarios internacionales, entre otras.”

Santos óleos

En Budapest, el diario húngaro Nepszabadsag dice, para finalizar: “A la sombra de la recesión, los inversionistas se han escondido en sus caparazones. Debe encontrarse un camino para que sus fondos lleguen de nuevo a los mercados. Pero tememos que esto tarde meses, cuando no años enteros. Que los actores económicos cuenten con dinero suficiente a base de créditos para sobrevivir es, sin embargo, tarea del Estado. Si éste no cumple con su función, podremos dar los santos óleos a la economía mundial.”