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Fútbol argentino: caos con sistema

Pablo Kummetz6 de julio de 2016

La condena a 21 meses de cárcel impuesta a Lionel Messi por defraudación fiscal este miércoles en España es por ahora el clímax en la crisis del fútbol albiceleste. Crónica de las miserias del fútbol en la Argentina.

Argentinien Ausschreitungen bei Fußballspiel in Buenos Aires
Imagen: picture-alliance/EPA/N. Aguilera

“Hay que ponerle una bomba y empezar de cero”, dijo sin pelos en la lengua Diego Maradona ya el 16 de junio pasado. Y eso que no sabía todavía lo que estaba por venir.

Este miércoles (06.07), Lionel Messi y su padre, Jorge, fueron condenados a 21 meses de prisión por haber evadido impuestos correspondientes a los ingresos por derechos de imagen del astro albiceleste por 4,1 millones de euros en los años 2007 a 2009.

Ya el día anterior (05.07), Gerardo Martino había renunciado como entrenador de la selección argentina. El técnico, cuestionado tras perder dos finales de Copa América por penales ante Chile, había manifestado ya últimamente su disgusto con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que incluso hace meses que no le pagaba el sueldo.

La razón oficial de su renuncia: "Debido a la indefinición en la designación de nuevas autoridades de la AFA y de los graves inconvenientes para conseguir conformar el plantel que represente al país en los próximos Juegos Olímpicos”.

Gerardo MartinoImagen: Getty Images

Efectivamente, ese mismo martes, Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentina (COA), dijo que temía que la selección no pudiera estar presente en Río de Janeiro debido a que los clubes, tanto argentinos como extranjeros, se negaban a ceder a los jugadores, a pesar de que ya habían sido nominados para un plantel provisional.

A menos de 30 días del comienzo de los Juegos Olímpicos, Argentina no dispone de más de 10 jugadores, explicó Werthein, que estimó las posibilidades de participación en no más de un 50 por ciento.

Fútbol y política: una combinación explosiva

En junio, una jueza procesó a varios involucrados, entre ellos los tres últimos jefes de gabinete del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Aníbal Fernández, Juan Manuel Abal Medina, Jorge Capitanich, por contratos entre el Gobierno y la AFA para transmisiones de fútbol en la televisión pública, en el marco del programa Fútbol para Todos.

La jueza procesó además a los dirigentes de la AFA Luis Segura, José Lemme (presidente de Defensa y Justicia), Miguel Silva (Arsenal), Carlos Portell (expresidente de Banfield) y Eduardo Spinosa (actual presidente del Taladro) y el exdirigente de Lanús Rubén Raposo.

Los cargos repartidos prolijamente entre los procesados: “violación de los deberes de funcionario público”, “peculado” y “administración fraudulenta agravada en perjuicio de una administración pública”. Entre 2009 y 2015, la AFA manejó la friolera de 8 mil millones de pesos argentinos, de los cuales muchos no se saben dónde quedaron.

Mucho indica que esa desaparición de dinero tiene que ver también con el FIFAgate, el escándalo que destrozó la estructura de los barones del fútbol mundial en torno a Joseph Blatter y llevó a la cárcel a argentinos como Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Junkins, también contratistas de Fútbol para Todos.

Alejandro BurzacoImagen: picture-alliance/AP Photo/V. R. Caivano

Grondona y el FIFAgate

La crisis en la AFA es de larga data y se atribuye en gran parte a Julio Grondona, durante 35 años titular de institución, a la que gobernó en forma personalista y autocrática. Grondona falleció en 2014. Según las investigaciones de la Justicia estadounidense estuvo involucrado en el escándalo de corrupción que salpicó a la Conmebol, la Concacaf y la propia FIFA.

El primer síntoma serio de que algo andaba muy mal en el fútbol argentino se asomó el 3 de diciembre de 2015. Ese día, los dos candidatos a la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) empataron en 38 votos. Solo que hubo un voto fantasma: los directivos habilitados para votar sumaban 75.

Quizá Maradona haya tenido razón cuando, el 16 de junio pasado, dijo “hay que poner una bomba en la AFA y empezar de cero”.

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