Los preparativos para el Mundial de Alemania 2006 siguen adelante. Pero no todo sale como los organizadores esperaban. Beckenbauer, presidente del Comité Organizador del Mundial 2006, comenzó a presionar para evitar la recaudación de derechos por las proyecciones de los partidos al público en la calle.

Pero no es la FIFA, sino la empresa concesionaria de los derechos de retransmisión, la que propuso tan descabellada medida. La empresa suiza Infront es la encargada de la gestión y venta de los derechos. Infront pretende cobrar derechos por las retransmisiones públicas, siempre y cuando no se celebren en una de las doce ciudades donde se disputará el torneo. Por su parte, la empresa ni siquiera se ha dignado a hacer declaraciones.

Organizadores en desacuerdo

El Comité Organizador desea por supuesto que la gente siga en directo los encuentros en las calles Alemania. “Deseamos que haya un sentimiento de hermandad”, declaró Beckenbauer. El “Kaiser” tiene buenos propósitos, pero sin embargo, no tiene la última palabra ya que los derechos ya están vendidos. “Queremos que en 2006 la gente pueda hacer lo que quiera, es decir, ver el fútbol en compañía”, declaró Beckenbauer.

El presidente del comité mira con “escepticismo optimista” las intenciones de la empresa suiza. El proyecto plantea una gran incógnita respecto a la venta de los derechos. “¿Cómo quieren controlar las proyecciones públicas? Habría que enviar una persona a cada pueblo para comprobar si retransmiten el partido. Y eso es imposible. Tomando en cuenta el estado actual de las cosas, cualquiera podría organizar una fiesta y ver los partidos, mientras no alegue el fútbol como tema principal. Sólo si el evento esta expresamente organizado con motivo del fútbol, Infront tendrá derecho a exigir el pago”, declaró Beckenbauer.

En este caso serían los municipios los responsables del pago de las tasas de retransmisión. Es decir, si un municipio quiere organizar una fiesta en la plaza mayor porque uno de los hijos predilectos del pueblo juega en la selección alemana, la diversión podría salirle muy cara al ayuntamiento.

Alemania sorprenderá a los visitantes

También los turistas extranjeros que se acerquen a Alemania a vivir con emoción los partidos de su selección pueden llevarse una sorpresa. La organización cuenta con más de un millón de visitantes que no tendrán entradas para los partidos. A no ser que se acerquen a una de las doce ciudades sede, se quedarán sin asistir a la fiesta del fútbol. La medida podría defraudar al visitante y llevarle a considerar tanta “hospitalidad” como característica de los alemanes.

El vicepresidente del Comité Organizador, Wolfgang Niersbach, también se mostró optimista. “Está previsto que haya fiestas en todas partes, no sólo en las doce ciudades”. Sin embargo, el directivo desmarcó al comité y a la FIFA de la polémica aludiendo que es únicamente asunto de los municipios. “Son estos los que tienen que pagar las licencias. Y éstas no cuestan millones”, declaró Niersbach. En definitiva, Infront aspira a grandes ganancias a costa del desencanto de propios y extraños. ¿Triunfará Infront en el mundial?