Fútbol: las mujeres afganas avanzan hacia el reconocimiento
20 de octubre de 2025
Cuatro años después de haber jugado su último partido oficial, antes de la devastación, destrucción y desplazamiento causados por el regreso de los talibanes, las mujeres de Afganistán están listas para volver a jugar al fútbol representando a su país.
El torneo "FIFA Unites: Women's Series” verá al recién conformado equipo de fútbol femenino de refugiadas afganas enfrentarse a Chad, Libia y las anfitrionas, Emiratos Árabes Unidos, del 23 al 29 de octubre. Aunque los partidos son importantes, enviar un mensaje a los gobernantes opresivos de su país lo es aún más.
"Hay muchas emociones que surgen, una mezcla de emoción y anticipación por el torneo, pero también, al mismo tiempo, es una gran responsabilidad”, dijo la zaguera Najma Arefi a DW.
"No se trata solo de llevar la camiseta del equipo femenino de Afganistán. También se trata de representar a tantas mujeres afganas que han sido silenciadas y que no tienen voz para compartir con el mundo. Han sido privadas de todos y cada uno de los derechos humanos.”
Desde que los talibanes retomaron el poder en 2021, tras la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN, las mujeres y niñas del país han visto sus derechos casi completamente eliminados. No pueden salir de casa sin un acompañante masculino ni recibir educación más allá del nivel primario, y enfrentan castigos brutales por innumerables acciones cotidianas.
La vida cambió de la noche a la mañana
El deporte, que había empezado a florecer para mujeres y niñas durante los 20 años desde el régimen talibán anterior, también fue prohibido. Para mujeres como Arefi, que tenía 17 años en ese momento, marcharse fue la única opción que tenía sentido.
"Viví alrededor de un mes bajo el régimen talibán. Fue una pesadilla como mujer. En mi familia tenía tres hermanas menores también. Uno de los mayores problemas en ese momento era que los soldados talibanes se estaban casando con niñas jóvenes [en contra de su voluntad]. Las noticias se propagaban y mis padres estaban muy, muy preocupados sobre qué hacer con nosotras”, contó.
"Estar en el ámbito deportivo hacía que fuera más arriesgado y peligroso para nosotras vivir en ese momento. Ni siquiera podía salir de casa para ir de compras o hacer algo. Era como estar en una prisión durante dos meses.”
Dudas sobre quién podrá ver el torneo
Arefi, que ahora vive en Inglaterra, ha intentado mantenerse en contacto con la mayor cantidad posible de familiares y amigos que siguen en Afganistán. Pero las amplias restricciones de los talibanes al acceso a las redes sociales y el cierre de internet a finales de septiembre han dejado a los afganos —especialmente a las mujeres— aislados.
"Tenemos mucha esperanza de que puedan vernos [el torneo será transmitido en vivo por la FIFA] y que nos vean como una inspiración para ellas mismas, porque en este momento hay tantas cosas que están saliendo mal en Afganistán”, dijo.
El torneo marca un paso significativo hacia la readmisión en la FIFA, lo cual ha sido una prioridad para las futbolistas que lograron escapar. Lideradas por la ex capitana Khalida Popal, muchas jóvenes futbolistas han trabajado incansablemente para promover la causa.
Un equipo de refugiadas que juega en las ligas regionales de Melbourne, Australia, ha servido como un equipo "de facto” de Afganistán, pero no estaba reconocido en el fútbol mundial. Eso cambió en mayo, cuando la FIFA anunció "una estrategia integral para apoyar a las mujeres afganas a participar en el fútbol, ya sea que vivan dentro o fuera del país”.
Esa estrategia ha llevado al torneo de este mes y al anuncio del primer equipo oficial de Afganistán desde 2021. De las 23 jugadoras que viajarán a Dubái, 13 viven en Australia, cinco en el Reino Unido, tres en Portugal y dos en Italia. El equipo será dirigido por Pauline Hamill, exjugadora internacional de Escocia.
Reencuentro de un equipo desplazado
Muchas de las jugadoras del plantel jugaron juntas en su país natal, y Arefi dijo que la oportunidad de volver a reunirse durante el campamento de selección previo al torneo en la sede de la Federación Inglesa de Fútbol fue una ocasión emotiva.
"El campamento que tuvimos en St. George's Park fue un reencuentro. Algunas chicas vinieron de distintos países, y fue como un cálido abrazo vernos después de tanto tiempo. Cuando pisamos el campo, no se sintió como si hubiéramos estado separadas tanto tiempo, porque el fútbol nos reconectó nuevamente como equipo y nos permitió mostrar la resiliencia y la hermandad que tenemos.”
Arefi compagina el fútbol con la educación que le fue negada en Afganistán. Sus experiencias la han motivado a estudiar justicia penal y trabajo social, y planea ingresar a la universidad el próximo año.
"Quiero ser abogada de derechos humanos, ser una defensora de las mujeres y niñas que no pueden hacerlo, y aprovechar las oportunidades que tengo aquí.” Su mensaje a los talibanes es claro: "Seguimos aquí. Seguimos luchando por la voz que nos quieren arrebatar.”
El próximo paso en esa lucha será el partido contra Chad en Dubái el 23 de octubre. (ee/elm)