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Fútbol y política: el triste caso de Elisabeth Käsemann

14 de junio de 2018

El Mundial de Argentina, hace 40 años, fue un desastre político. La junta militar celebraba el campeonato mientras asesinaba a miles de miembros de la oposición. Entre ellos, la estudiante alemana Elisabeth Käsemann.

Elisabeth Käsemann Bürgerrechtlerin
Imagen: picture-alliance/dpa/dpaweb

Cuando el cantante alemán Udo Jürgens grabó su mayor éxito discográfico junto con la selección alemana de futbol poco antes del comienzo de la Copa Mundial en Argentina, la estudiante alemana Elisabeth Käsemann ya no estaba viva. El 24 de mayo de 1977, una de las víctimas más conocidas de la dictadura argentina es asesinada con disparos en el cuello y la espalda. La hija del renombrado teólogo de Tubinga, Ernst Käsemann, podría seguir viva si el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán no se hubiese cruzado de brazos.

Alemania no actuó

Herta Däubler-Gmelin, exministra alemana de Justicia.Imagen: DW/Nádia Pontes

Herta Däubler-Gmelin era miembro del parlamento federal alemán (Bundestag) en ese momento. La miembro del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) abogó vehementemente por la liberación de Käsemann: "Con iniciativas parlamentarias pedí a los ministros de Estado Hildegard Hamm-Brücher y Klaus von Dohnanyi que intervinieran. Pero no me hicieron caso". El entonces ministro de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, habló en una reunión de la "chica Käsemann". La actitud de Alemania, el mayor proveedor de armas de la dictadura argentina fue clara: ese no era su problema. Para Däubler Gmelin, "un criterio profundamente erróneo para un gobierno que reclama defender valores e instituciones democráticas en un Estado de derecho"

Udo Jürgens y su canción "Buenos Días, Argentina" para el Mundial 1978.Imagen: DFM/firo

Mientras Gran Bretaña y Francia consiguen liberar a sus ciudadanos de los campos de prisioneros a través de intervenciones diplomáticas, el gobierno alemán permanece inactivo. En Alemania, el grupo terrorista RAF fusiló al Fiscal General de Alemania, Sigfried Buback, en abril de 1977. Käsemann, que estaba involucrada en proyectos en barrios marginales e impartía cursos de alfabetización, fue tildada de terrorista de izquierda por el entonces embajador alemán en Buenos Aires, Jörg Kastl. "Esa valoración era tan errónea que solo se puede rechazar con asco y horror", explica Däubler-Gmelin.

La Asociación Alemana de Fútbol apoya la junta militar

También la Asociación Alemana de Fútbol (DFB) se ensució las manos. El 6 de junio de 1977, la selección alemana jugó un partido amistoso contra los anfitriones en Buenos Aires. Tres días antes, el Ministerio de Asuntos Exteriores y el presidente de la DFB, Hermann Neuberger, quien había justificado el golpe militar en entrevistas, se enteran de la muerte de Käsemann. En lugar de cancelar el juego, deciden mantener la noticia en secreto. El pueblo alemán solo se entera después del partido.

En 1978, la selección alemana se traslada a Ascochinga, cerca de Córdoba y cerca de un centro de tortura del servicio secreto argentino. Alemania queda eliminada en la ronda intermedia tras la "vergüenza de Córdoba" y la derrota por 2-3 ante Austria.

Al mismo tiempo, Argentina avanza derrotando a Perú por 6-0, en un partido que todavía se sospecha que ha sido comprado. Pocos días después, el equipo del entrenador César Luis Menotti gana la Copa 1978 con un 3-1 contra Holanda. Las imágenes de Videla dando gritos de júbilo dan la vuelta al mundo.

Jorge Rafael Videla entrega la copa a Daniel Passarella, capitán del equipo argentinoImagen: -/AFP/Getty Images

La Fundación Elisabeth Käsemann lucha contra ejecuciones extrajudiciales 

Dorothee Weitbrecht es todavía una adolescente cuando, el 7 de marzo de 1978, recibe una postal de Elisabeth Käsemann. "Hagamos un trato: tú me escribes y yo te escribiré a ti. ¿De acuerdo?", escribía su tía. Es el último mensaje que Weitbrecht recibió de la hermana de su padre. Pocas semanas más tarde, Elisabeth es asesinada. "Yo veo en Elisabeth, que también fue mi madrina, a una persona muy fuerte, positiva y alegre. Cuando se decidió por algo, lo defendió consecuentemente".

El asesinato de su tía ha marcado toda la vida de Dorothee Weitbrecht. Por ello, en 2014 creó la Fundación Elisabeth-Käsemann, que conmemora la opresión y persecución por fuerzas del Estado. Actualmente se está llevando a cabo un proyecto escolar en el que niños de Argentina y Alemania examinan la situación de los derechos humanos a lo largo de la historia de sus países. "Eso es lo especial de nuestra fundación", explicó Weitbrecht a DW, "tratamos apoyar la memoria más allá de las fronteras".

Hasta la fecha, ni el Gobierno alemán ni la Asociación Alemana de Fútbol han pedido disculpas a su familia. Y hasta el día de hoy, la DFB no comparte información sobre lo que sucedió hace 40 años y mantiene cerrado sus archivos. "La DFB dice que no existe tal archivo. Pero si pensamos en la asignación de la Copa Mundial a Alemania en 2006, vemos que la DFB no entiende mucho de transparencia". Sin embargo, la sobrina de Elisabeth Käsemann seguirá insistiendo y recordando a la DFB de su responsabilidad: "Una institución como la Asociación Alemana de Fútbol, que tiene una gran influencia sobre la juventud en la sociedad, también tiene que dar un ejemplo ético".

Autor: Oliver Pieper (GG/ CP)

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