Belisario Betancur falleció hoy a la edad de 95 años en la Clínica Santa Fe de Bogotá, donde estaba ingresado desde ayer por un problema renal, informó el centro médico.
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Belisario Betancur fue presidente de Colombia entre 1982 y 1986. "La dirección médica de la Fundación Santa Fe de Bogotá informa el fallecimiento del señor expresidente de la República de Colombia, Belisario Betancur Cuartas, el 7 de diciembre de 2018 a las 14.32 horas", expresó el centro médico en un breve comunicado.
Nacido el 4 de febrero de 1923 en Amagá, municipio minero del departamento de Antioquia, Betancur, del Partido Conservador, siempre se sintió orgulloso de su origen humilde. Como muchos campesinos de su tierra, acudió a la escuela en la aldea de El Morro de la Paila y luego consiguió una beca en el Seminario de Misiones de Yarumal. Se graduó de bachiller en 1941 y de doctor en Derecho y Economía en 1947, con la tesis "El orden público económico", de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.
Años después recibió el grado de Doctor honoris causa en Humanidades de las Universidades de Colorado y Georgetown, en Estados Unidos. Poco hacía pensar que este hijo de una numerosa familia, que recibió su nombre en honor de un general del emperador Justiniano, pudiera labrar un camino que le llevaría a la Casa de Nariño, sede presidencial. En 1945 contrajo matrimonio con Rosa Helena Álvarez con quien tuvo tres hijos, Beatriz, Diego y María Clara. En el mismo año comenzó su carrera política como diputado a la Asamblea de Antioquia, entre 1945 y 1947, y posteriormente fue miembro de la Cámara de Representantes.
"Sí, se puede", casi tres décadas antes que Obama
Su primer cargo de Gobierno lo ocupó en 1960, cuando fue ministro de Educación bajo la Presidencia del liberal Alberto Lleras Camargo. También fue titular de Trabajo de 1962 a 1963 con el conservador Guillermo León Valencia. En el periodo 1975-1977 vivió uno de los grandes hitos de su vida al ser enviado como embajador a España, un país con el que creó un vínculo especial que duró hasta su muerte y en el que tuvo ocasión de ver de primera mano el comienzo de la Transición a la democracia.
A su regreso a Colombia fue candidato a la Presidencia, aspiración que había intentado sin éxito en 1970, pero en esta ocasión fue elegido, el 30 de mayo de 1982, con 3,1 millones de votos. En la campaña exhibió su carisma con un tono personalista que hizo que los medios de su tiempo le consideraran un populista. Bajo el eslogan de "Sí, se puede", en cuyo uso se adelantó casi 30 años a Barack Obama, Betancur cumplió su sueño con una campaña en la que se comprometió a buscar la paz con los diferentes grupos guerrilleros, combatir la desigualdad y mejorar la educación.
"Tiendo mi mano a los alzados en armas para que se incorporen al ejercicio pleno de sus derechos, en el amplio marco de la decisión que tomen las Cámaras", le dijo a los guerrilleros en su investidura. Ellos escucharon y comenzó a negociar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC, el Ejército Popular de Liberación, EPL, el Movimiento 19 de Abril, M 19, el Ejército de Liberación Nacional, el ELN, y la Autodefensa Obrera, la ADO. Como premio a su esfuerzo, recibió un año después el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Toma del Palacio de Justicia
Sin embargo, su plan comenzó a torcerse entre el 6 y 7 de noviembre de 1985, cuando un comando del M-19 tomó el Palacio de Justicia en el corazón de Bogotá y el Ejército lo retomó a sangre y fuego, con un saldo de 94 muertos, decenas de heridos y once desaparecidos. El país no acababa de contar los muertos del Palacio de Justicia cuando, una semana después, el 13 de noviembre, hizo erupción el volcán Nevado del Ruiz, provocando un alud que arrasó la ciudad de Armero, dejando cerca de 25.000 muertos, en lo que es la peor tragedia natural de Colombia.
Esa semana negra y la renuncia a organizar el Mundial de fútbol de 1986 ha hecho que el juicio de muchos colombianos con Betancur sea inmisericorde, ya que lo acusan por la violenta retoma del Palacio de Justicia y de no haber preparado a Armero ante la posibilidad de que se produjera una catástrofe. Esa imagen ha dejado en el olvido buena parte de su labor de Gobierno, como su empeño en conseguir la paz y el programa de alfabetización "Camina", con el que una legión de jóvenes estudiantes recorrió el país enseñando a leer y escribir a los más desfavorecidos.
Al concluir su mandato, Betancur se retiró de la política y se dedicó de lleno a la cultura, especialmente a la poesía, y como presidente de la Fundación Santillana y del patronato de la Fundación Carolina en Colombia. Ahora y tras su muerte vuelven a recordar sus palabras: "No quiero honores sino honrar a Colombia. No quiero pompas sino identidad con mi pueblo".
MS (efe/dpa)
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Parques colombianos: el otro legado de los Acuerdos de Paz
El descubrimiento de nuevas especies en zonas de los Andes, la Amazonía y regiones costeras del Pacífico y el Caribe de Colombia, que estuvieron aisladas durante casi medio siglo, abre el país al ecoturismo.
Imagen: Parques Nacionales
Colombia, campeona en biodiversidad
Colombia cuenta con 59 áreas naturales que pertenencen al Sistema de Parques Nacionales Naturales. Representan 142.682 kilómetros cuadrados de la superficie del país, de los cuales un 11,27% constituye el área continental y el 1,5% el área marina. Allí hay 311 tipos de ecosistemas continentales y costeros, entre los que están la Serranía de la Macarena (foto) y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Imagen: PNN/C. Byfield
Concentración de riqueza
Solo en un 10 por ciento del territorio se concentra el 70 por ciento de la biodiversidad, debido a que cuenta con dos océanos y grandes áreas geográficas naturales, como la Amazonía, la Orinoquía, los Andes y los valles de los ríos Cauca y Magdalena. Así, se sitúa como el primer país en diversidad de aves (foto) y orquídeas y el segundo en variedad de plantas, anfibios, peces de río y mariposas.
Imagen: Parques Nacionales
Aumentando la biodiversidad, descubriendo nuevas especies
A la biodiversidad existente hay que agregarle la descubierta en territorios inaccesibles durante casi medio siglo debido al conflicto armado. En junio de 2016, el gobierno colombiano lanzó una iniciativa compuesta por una veintena de expediciones científicas que han permitido el hallazgo de nuevas especies. Los territorios explorados han sido zonas de los Andes y la Amazonía, entre otras.
Imagen: Felipe Villegas, Instituto Humboldt/Colombia Bio
Parques abiertos al ecoturismo
La Serranía del Parque del Chiribiquete (foto) formó parte de estas expediciones científicas, pero permanece cerrado al público al encontrarse habitado por pueblos indígenas incomunicados. De las 59 áreas protegidas 29 tienen vocación ecoturística y 23 están abiertas al ecoturismo. Se trata de una estrategia de conservación y gestión que también busca mejorar la vida de las comunidades locales.
Imagen: S. Winter
Observación de flora y fauna, una de las actividades principales del ecoturismo
Las comunidades ofrecen actividades como observación de fauna y flora silvestre, en el marco del Programa de Ecoturismo Comunitario. Esta iniciativa se lleva a cabo en 8 áreas protegidas: Corales del Rosario y San Bernardo, Iguaque, Utría, Otún Quimbaya, Cocuy, Chingaza (foto), Nevados y Cueva de los Guácharos, y en dos áreas protegidas de concesión de servicios ecoturísticos: Tayrona y Gorgona.
Imagen: Parques Nacionales
De la coca al ecoturismo
Colonizada a mitades del siglo XX por millares de campesinos expulsados de las zonas andinas, la Serranía de la Macarena ha convivido con la guerrilla, las Fuerzas Militares y los cultivos de coca, reúne formas de vida de cuatro regiones naturales: Orinoquía, Amazonía, los Andes y la Guyana. Asimismo, dentro del parque fluye el río Caño Cristales (foto), conocido como el río de los siete colores.
Imagen: PNN/C. Byfield
El atractivo de los corales colombianos
No obstante, el parque de los Corales del Rosario y San Bernardo atrajo a 939.081 visitantes en el segundo trimestre de este año. Ubicado en la costa Caribe de Colombia, comprende una amplia zona marina frente a las costas de los departamentos de Bolívar y Sucre, la formación de arrecife de coral (foto) más extensa y con mayor diversidad y desarrollo de la costa continental del Caribe colombiano.
Imagen: Parques Nacionales
Playas de arena blanca y vestigios arqueológicos
En segundo lugar se encuentra el Parque Nacional Natural Tayrona, con un total de 244.365 visitantes en el segundo semestre de 2018. Las playas de arena blanca (foto) de Chengue, Gayraca, Cinto, Neguanje, Concha y Guachaquita delimitadas por manglares forman parte de los atractivos que ofrece el parque, que también cuenta con vestigios arqueológicos de una antigua ciudad del pueblo Tayrona.
Compuesta por dos islas, Gorgona y Gorgonilla, en esta reserva natural el gobierno colombiano construyó una prisión de máxima seguridad en 1959. En 1984 un colectivo de científicos, ambientalistas y llevó a cabo una campaña para el cierre de la misma y así surgió el parque. El paso de las ballenas jorobadas cerca de sus playas en los meses de junio a octubre, atrae a numerosos turistas.
Imagen: PNN
La 'sala de partos' de las ballenas jorobadas
El avistamiento de ballenas jorobadas, de junio a noviembre, también es uno de los atractivos del Parque Nacional Natural de Utria. Aquí se aparean y pasan un tiempo antes de continuar su viaje hacia el sur. A pesar de la presencia esporádica del ELN, el parque, junto con las comunidades locales indígenas, ofrece actividades como el senderismo y la observación de fauna (foto) y flora silvestre.
Imagen: Parques Nacionales
La nueva vida de los indígenas tras el conflicto
Declarado el primer Parque Nacional Natural de Colombia, la Cueva de los Guácharos pertenece a la Reserva de la Biosfera Cinturón Andino de la UNESCO. Ubicado en el sur-occidente del Caquetá, conserva el patrimonio cultural de los indígenas que llegaron a la zona suroriental del Huila. Una vez finalizado el conflicto con las FARC, se empezó a trabajar con la comunidad local sobre ecoturismo.
Imagen: PNN/T. Marent
Territorio indígena no apto para turistas
El Parque Nacional Natural de Güicán, El Cocuy y Chita (foto) es territorio sagrado para los indígenas U‘wa y está cerrado al turismo. No obstante, es un refugio para escaladores de montaña, ya que se trata de la mayor masa glaciar de Colombia, conformada por más de 25 picos cubiertos de hielo y nieve. Las actividades de ecoturismo del parque han ayudado al desarrollo de comunidades locales.
Imagen: PNN/A. Hurtado
La amenaza del cambio climático
Estas áreas naturales no se libran del cambio climático. El Parque Nacional Natural Los Nevados, en el corazón de la región cafetera colombiana, concentra tres de los glaciares del país: Nevados del Ruiz, Nevado del Santa Isabel y Nevado del Tolima. No obstante, la amenaza del deshielo a causa del aumento de temperatura prevé que los dos últimos pueden desaparecer por completo entre 2020 y 2030.
Imagen: Parques Nacionales/Christian García
Destino ecoturístico del Eje Cafetero
Otro destino que está despertando interés en esta zona es el Santuario de Flora y Fauna Otún Quimbaya. Cerca del 90% del área protegida corresponde a bosques naturales y bosques maduros y concentra a más de 300 especies de aves, entre otras especies de fauna (foto) salvaje. Este destino se fue reconocido por tercera vez en el 2017 como entre los 100 destinos de turismo sostenible del mundo.
Imagen: Parques Nacionales
La octava maravilla
La Reserva de la Biosfera El Tuparro se caracteriza por una extensa sabana verde surcada por ríos y playas doradas, y fue definida por el explorador Alexander von Humboldt como la "octava maravilla del mundo". Tuparro es parte de la región del Orinoco, y aunque en el pasado las FARC a veces la usaban como un camino hacia Venezuela, hoy allí se puede practicar senderismo y observación de aves.