El autor de "En octubre no hay milagros", "En busca de Aladino" y "El goce de la piel" murió a los 85 años de edad.
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El escritor Oswaldo Reynoso, autor de libros considerados claves en la literatura peruana como "Los inocentes" y "En octubre no hay milagros", falleció hoy a los 85 años, se informó en Lima.
"Empezamos el día con una triste noticia. Hoy, en la mañana, ha fallecido el escritor Oswaldo Reynoso. Un autor no solo reconocido sino también querido por sus lectores", señaló La Casa de la Literatura Peruana en un mensaje en la red social Facebook.
Reynoso, nacido en la región sureña de Arequipa el 10 de abril de 1931, realizó sus estudios superiores en la Universidad Nacional de San Agustín, de Arequipa, y en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, de Lima, donde luego fue profesor de Literatura.
Posteriormente, vivió durante doce años en China, donde enseñó español, y tras retornar a su país enseñó en la Universidad Nacional de Educación y en la Universidad Federico Villarreal.
Comenzó su carrera literaria con la publicación en 1955 del poemario "Luzbel" y logró gran notoriedad en 1961 con su libro de cuentos "Los inocentes", que también fue publicado con el título de "Lima en rock" por el escritor y editor Manuel Scorza.
En 1965 se ratificó como una de las grandes voces de la narrativa peruana con la novela "En octubre no hay milagros", a la que siguieron "El escarabajo y el hombre" (1970), "En busca de Aladino" (1993), "Los eunucos inmortales" (1995), "El goce de la piel" (2005), "Las tres estaciones" (2006), "En busca de la sonrisa encontrada" (2012) y "Arequipa lámpara incandescente" (2014).
El año pasado, con motivo de los 50 años de la aparición de su primera novela, Reynoso declaró al diario El Comercio que se llegó a afirmar que su libro estaba plagado de "'páginas hediondas' que debían 'arrojarse a la basura'".
"Lejos de amilanarme, reforcé la idea de que nadie iba a desembarcarme de mis dos objetivos: el magisterio y la creación. Pese a todos los obstáculos, me convertí en un escritor de la resistencia", enfatizó.
El chileno Alberto Fuguet destacó el año pasado, en una conversación que tuvo en Lima con el peruano Renato Cisneros, que Reynoso era uno de los escritores que lo habían influenciado.
"Me parece que Reynoso está metido entre Vargas Llosa, Puig, Andrés Caicedo y 'La ley de la calle'. Me parece un autor súper internacional y no entiendo por qué no funciona fuera del país", comentó.
EL(efe, dpa)
Postimpresionistas franceses en Moritzburg
Hasta ahora, los visitantes de este museo solo podían ver a los expresionistas alemanes. Ahora también conocerán a sus precursores: los posimpresionistas franceses de la colección Hahnloser-Bühler.
Imagen: r. Pedrini
Fronteras difuminadas
La ventana está abierta, los contornos de la habitación y del paseo de la playa se difuminan. En el mundo artístico de Henri Matisse, los colores son bidimensionales y ornamentales. Las forma y la línea quedan liberadas de las normas. Muchas de sus pinturas tenían fama de provocadoras, tanto como el movimiento pictórico que Matisse confundó, el fauvismo.
Imagen: Succession H. Matisse/VG-Bildkunst/R. Pedrini
Ambigua relación
Esta monumental pintura de 1913 puso algunas cosas patas arriba. Inspirada en la obra "Olympia", de Manet, aquí no se muestra a la mujer negra como sirvienta de la blanca, sino como una persona observadora y segura. El pintor francés y escritor Félix Valloton representa a una inusual pareja femenina.
Imagen: Reto Pedrini, Zürich
Amigos unidos por la pintura
Estos retratos de Hedy y Arthur Hahnloser-Bühler van más allá de un simple encargo. En 1908, esta pareja visitó al pintor Félix Valloton en su estudio de París y de ahí nació una buena amistad. Hedy Hahnloser-Bühler apoyó al pintor comprando sus pinturas provocadoras, y Valloton, por su parte, introdujo a la pareja coleccionista en el mundo artístico parisino.
Imagen: Hamburger Kunsthalle
Artistas y profetas
En 1888, un grupo de rebeldes estudiantes de arte fundó Les Nabis (en hebreo: "profetas"), probando, además de la pintura, las técnicas de impresión y las ilustraciones. Entre ellos estaba, además de Valloton, Edouard Vuillard. Este importante ilustrador creó numerosas litografías que retrataban el entorno social y la realidad parisina de la época, como esta escena, titulada "Las dos cuñadas".
Imagen: Reto Pedrini, Zürich
Mundos reales e imaginarios
Los posimpresionisas pintaban con colores intensos, pero, al contrario que sus antecesores, no mostraban la imagen real de lo que les rodeaba, sino más bien su percepción en primer plano. "El día de la fiesta nacional en El Havre", de Albert Marquet, nos muestra un mundo reducido e imaginario. Marquet mantenía una estrecha relación con Matisse, ambos son los fundadores del fauvismo.
Imagen: VG Bild-Kusnt/R. Pedrini
La Provenza, vista con otros ojos
Paul Cézanne pintó obras impresionistas del paisaje de la Provenza hasta 1882. Entre 1883 y 1885, creó una nueva naturaleza. No se trataba de interpretar la naturaleza de forma real, sino que la composición e interpretación propias cobraron importancia. Cézanne desarrolló su propio estilo y se convirtió en uno de los artisas pioneros de la pintura contemporánea.
Imagen: r. Pedrini
Semilla para generaciones venideras
Por supuesto, no puede faltar Vincent van Gogh. Su obra "El sembrador" forma parte de la exposición "La magia del instante", que recoge en el Museo de Arte de Moritzburg 150 trabajos de la colección Hahnloser-Bühler. Van Gogh residió largo tiempo en Francia, conoció el impresionismo en París y se liberó de este movimiento durante su estancia en Arles.