Dos representantes alemanes de la Fundación Konrad Adenauer fueron condenados en El Cairo. Un hombre a y una mujer a dos años de prisión en ausencia. Ambos se encuentran actualmente en Alemania. El presidente de la FKA, Hans Gert Pöttering, habló con Deutsche Welle sobre las posibles consecuencias para la fundación, y sobre la situación del Estado de derecho en Egipto.

DW: Sr. Pöttering, ¿lo sorprendió el veredicto?

Hans Gert Pöttering: Sí, nos sorprendió la dureza del veredicto. Estamos consternados, en especial por nuestros dos empleados. Pero también es un duro golpe contra la sociedad civil y contra el Estado de derecho en Egipto.

¿Qué piensa acerca del juicio en su totalidad?

No fue un juicio justo. En el transcurso del proceso quedó claro que las acusaciones contra nuestros empleados en nuestra sede en El Cairo eran absurdas. El tribunal hizo, además, caso omiso de la tarea que cumplimos allí desde hace 30 años, protegida, además, por acuerdos con el Gobierno de Egipto. Estamos indignados por las noticias que recibimos desde El Cairo. Desde hace algunas semanas hay un acuerdo cultural entre el Gobierno alemán y Egipto. Pero eso parece no influir en modo alguno en la manera de proceder del tribunal.

Eso demuestra lo absurdo del veredicto. El tribunal ordenó el cierre de nuestra sede en la capital egipcia, pero el Gobierno egipcio había expresado hace algunos meses su aprobación acerca de la actividad de la Fundación Konrad Adenauer en el marco del acuerdo cultural germano-egipcio. Eso no tiene sentido. El tribunal decide de una manera, y el Gobierno de otra. Eso demuestra que en Egipto no existe el Estado de derecho.

¿Qué hará la Fundación Konrad Adenauer en esta situación?

Estamos verificando qué tipo de medidas políticas y legales podemos tomar. Y aprovecho esta oportunidad para agradecer al Gobierno alemán. El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, reaccionó de inmediato dejando en claro la posición de Berlín. Estamos en contacto con la cancillería, y también recibimos expresiones de solidaridad de otras fundaciones. Pero ese apoyo, aunque es muy importante, lamentablemente no ayuda a nuestros empleados, un hombre y una mujer. La mujer está aquí, en Berlín, y sus dos hijas y su esposo se encuentran en El Cairo, y ella no puede, bajo estas circunstancias, regresar a El Cairo.

¿Sus empleados están en Alemania y no cumplirán con su condena en Egipto?

El director de nuestra sede, Andreas Jacob, hace tiempo que regresó con su familia a Alemania. Nuestra empleada volvió a Alemania antes de que el tribunal pronunciara el fallo para asegurarse de que, si se la condenaba a ir a prisión, no tuviera que hacerlo. No obstante, tanto ella como todos nosotros estamos realmente sorprendidos por la duración de la pena de prisión. Eso es absurdo e inaceptable.

¿Podría tener el veredicto de El Cairo efectos en la tarea de la FKA en otros países?

Espero que no, pero claro que ahora hay que esperar. La Fundación Konrad Adenauer considera que el proceso de transición hacia una sociedad civil es sumamente importante, en especial en los países árabes e islámicos. Solo me resta esperar que este mal ejemplo de Egipto no encuentre imitadores en otros países del mundo árabe en los que contamos con representaciones.

Entrevista: Dirk Kaufmann (CP)
Editor: Pablo Kummetz