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Falta de sexo provoca estrés

Emilia Rojas7 de agosto de 2007

Estudio del Instituto de Psicología de la Universidad de Gotinga pone de manifiesto que la frustración sexual no es sólo fruto del estrés, sino que constituye una de las causas de fondo del mal de nuestros días.

El sexo parece ser el mejor antídoto contra el estrés.Imagen: AP

Pocas cosas resultan más “mata-pasiones” que el estrés. Sabido de sobra es que el agobio, ya sea físico o mental, reduce el apetito sexual a niveles mínimos y centenares de estudios demuestran que la estresante vida de nuestros tiempos constituye un verdadero atentado contra las artes amatorias. Las últimas investigaciones realizadas al respecto no contradicen este diagnóstico, pero añaden un elemento nuevo: la falta de sexo no sólo puede ser producto del estrés, sino generarlo.

Círculo vicioso

A esta conclusión llegaron los encargados de un proyecto de la universidad de Gotinga, en el marco del cual fueron encuestados 31.868 hombres y mujeres. Los resultados son elocuentes. El 36% de los hombres y el 35% de las mujeres que mantienen relaciones sexuales a lo sumo una vez a la semana, se vuelcan al trabajo y otras múltiples actividades para olvidar sus frustraciones. Y, mientras menor sea la actividad sexual de las parejas, más frecuentes son las ocupaciones de todo tipo que llenan sus agendas, desde la participación en clubes, los cargos ad honorem en instituciones múltiples o las agrupaciones deportivas.

Lo grave del asunto es que esta válvula de escape sólo empeora la vida de pareja. Tanto hombres como mujeres agotan sus energías y llegan a casa demasiado cansados. En consecuencia, su vida sexual se resiente adicionalmente, lo que a su vez genera más frustración. Aquellos que, en cambio, tienen una vida sexual más activa, suelen perder el interés por coparse de compromisos. Sólo un 5% de los miembros de este grupo se somete al estrés que supone una sobrecarga de actividades.

Mal de muchos…

“La frustración sexual impide que se pueda reducir eficazmente el estrés”, señala el psicólogo Ragnar Beer, director del proyecto Theratalk, de la universidad de Gotinga. Dicho proyecto, que funciona sobre la base de Internet, ofrece la posibilidad de evaluar la propia situación y también pone a disposición de las parejas diversos tipos de ayuda. Una ayuda que, en este caso, resulta muchas veces imprescindible para romper el círculo vicioso de frustración sexual y estrés.

La falta de sexo es, por lo demás, un fenómeno relativamente extendido. Según un estudio realizado hace dos años en el marco del mismo proyecto de la universidad de Gotinga, el 17% de las parejas alemanas no había mantenido relaciones sexuales las 4 semanas anteriores a la realización de esa encuesta, en la que fueron consultadas casi 14.000 personas. Más de la mitad de los interrogados dijo tener actividad sexual como máximo una vez a la semana. Y sólo un 28% afirmó practicar el sexo dos veces a la semana como mínimo. Teniendo a la vista los dos estudios, resulta fácil deducir por qué se topa uno con tanta gente muy trabajadora (y estresada) en Alemania.

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