Falta "mucho por hacer" para un acuerdo UE-Reino Unido
19 de febrero de 2016
Aunque hay algunos avances, persisten diferencias y no se ha podido cerrar un acuerdo, afirmó Donald Tusk (der). La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte, apoyó algunas de las reclamaciones de Londres.
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El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, constató que se ha logrado "cierto progreso" en la negociación con el Reino Unido, pero recalcó que todavía queda "mucho por hacer" antes de dar por cerrado un acuerdo con Londres para facilitar la permanencia del país en la UE.
Tusk anunció, al término de una larga primera jornada de reunión entre los 28 líderes comunitarios, que ahora mantendrá contactos bilaterales con el primer ministro británico, David Cameron; el presidente francés, François Hollande; el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, y el primer ministro belga, Charles Michel, junto con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Apoyo de Merkel
La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte, apoyó algunas de las reclamaciones de Londres, como las relativas a adaptar la percepción de prestaciones sociales por hijo al nivel de vida del país de residencia de los menores.
Asimismo, subrayó que el acuerdo con el Reino Unido estará condicionado a un resultado positivo en el referéndum sobre la permanencia del país en la UE porque para muchos países llegar a un acuerdo con Londres supone hacer "concesiones dolorosas".
En cuanto a la duración del periodo en el que el Reino Unido podría recurrir al mecanismo de emergencia para restringir el acceso a los beneficios sociales de los trabajadores comunitarios, Merkel pidió que se escuche atentamente a Londres y descartó que su país vaya a entrar en disputas por unos meses.
Sobre la interpretación de qué implica hablar de una "Unión cada vez más estrecha", una idea recogida en los tratados, Merkel reconoció que las posiciones son aún muy divergentes, pero que también en este aspecto hay voluntad de llegar a un compromiso.
Explicó, además, que los países trabajan todavía en "formulaciones" sobre las salvaguardas que quiere Londres para la City en cuanto a las reglas prudenciales para la banca, porque los demás países quieren un "campo de juego igualitario, también en los mercados financieros" en el mercado interior de la UE.
EL(dpa, efe)
El álbum alemán de Isabel II
La reina de Inglaterra es bienvenida en Alemania. Ya era así en 1965, cuando tuvo lugar su primera visita a este país. Después hubo otras tres, en 1978, 1992 y 2004. En junio de 2015 llega por quinta vez.
Imagen: picture alliance/Wolf-Dieter Pfeiffer
Visita a Alemania en 1965
"La visita del siglo", tituló el diario "Spiegel" en 1965. Veinte años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la reina Isabel, que entonces tenía 39 años, visitó Alemania durante 11 días. Normalmente nunca pasaba tanto tiempo fuera de su Imperio. En Soest, la monarca saludó a un guardia canadiense. El simbolismo es claro: el encuentro entre la Alemania de postguerra y la Commonwealth.
Imagen: picture alliance/Wolfgang Weihs
Paseo por Berlín
El alcalde de Berlín, Willy Brandt (a la derecha), escolta a Isabel II durante un recorrido por las calles de la capital alemana. Los berlineses convirtieron la imagen de la monarca en un símbolo para su ciudad, como después lo fueron John F. Kennedy y Charles de Gaulle. Esta foto muestra al canciller de Alemania occidental, Ludwig Erhard, a la izquierda.
Imagen: picture alliance/dpa
No sin mi Rolls Royce
In 1978, Isabel II visitó de nuevo Alemania. Las fuerzas de seguridad se mantuvieron alertas por la amenaza del grupo terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF, por sus siglas en alemán). En esta segunda visita de Estado, Isabel II trajo consigo su propio auto oficial.
Imagen: picture alliance/Wolf-Dieter Pfeiffer
Bienvenida improvisada
Los niños quiebran siempre los esfuerzos de los expertos en seguridad durante las visitas al extranjero de la Reina. En 1978, dos pequeños se las arreglan para llegar hasta la monarca dentro del puerto de Kiel y darle la bienvenida con flores. A la izquierda, el presidente del Estado federado de Schleswig-Holstein, Gerhard Stoltenberg.
Imagen: picture alliance/Wolf-Dieter Pfeiffer
Velada estrategia política
El socialdemócrata Helmut Schmidt era canciller de Alemania en 1978. La Reina debe ser neutral en cuestiones políticas, pero esta vez se permitió preparar un discurso de alabanza hacia la "Ostpolitik" iniciada por el también socialdemócrata Willy Brandt. Naturalmente, sin mencionar su nombre. Eso podría haber sido interpretado como injerencia poco antes de las elecciones parlamentarias alemanas.
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Elección de vestuario
Cuestión candente en todas las visitas de Estado, también entonces, es la del vestuario: ¿qué ponerse a la llegada, en el encuentro con el Presidente y con el canciller? Lo que pocos saben es que la Reina cuenta desde finales de los 90 con su propio sastre alemán: Karl-Ludwig Rehse, de Essen.
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Alabanzas a los alemanes del este
La visita de la monarca a Alemania en 1992 fue una de las más políticas. Dos años después de la unidad alemana, Isabel II reparte elogios sobre todo a los alemanes del este por haber llevado a cabo una revolución pacífica. Helmut Kohl los escucha encantado, sobre todo tras las duras reacciones que mostró Margaret Thatcher hasta la primavera de 1990.
Imagen: picture alliance//Martin Gerten
Irma Oettinger, fundadora del Museo Reina Isabel
Anécdota de la tercera visita de Estado, en 1992: Irma Oettinger, fundadora del Museo Reina Isabel en Alemania, ofrece flores a su ídolo ante la Villa Hammerschmidt, en Bonn. A la izquierda, el entonces presidente alemán, Richard von Weizsäcker, con su esposa.
Imagen: picture alliance/dpa/T. Brakemeier
Biografías disímiles
Gerhard Schröder fue anfitrión de Isabel II durante su cuarta visita de Estado a Alemania, en 2004. Sus biografías no pueden diferir más: Schröder tuvo que trabajar durante su infancia, mientras que Isabel II pertenece a la más alta nobleza.
Imagen: picture alliance/dpa/T. Schwarz
Sin miedo al contacto
A las fuerzas de seguridad no les gustan las desviaciones en el protocolo. Sin embargo, a la Reina le gusta estar en contacto con el pueblo. En noviembre de 2004 mantuvo un encuentro con los niños de la escuela Charles Dickens de Berlín.