Diversos medios españoles reportaban en la noche de este miércoles sobre más de 35 muertos y medio centenar de heridos. Pero se teme que estas cifras continúen aumentando.

El accidente se registró un cuarto de hora antes de las nueve de la noche en la provincia gallega de La Coruña, en el noreste de España. El tren de alta velocidad, con 13 vagones en los que viajaban más de 200 personas, descarriló en una curva pronunciada. Hasta el lugar se desplazaron dotaciones de policía, bomberos y equipos sanitarios. Y poco después llegó el presidente del gobierno regional de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que aseguró que los muertos son "muchos".

"Fue muy rápido, en una curva el tren empezó a dar muchas vueltas de campana, quedaron subidos unos vagones encima de otros y mucha gente quedó aprisionada debajo, tuvimos que salir por debajo de los vagones y nos dimos cuenta de que el tren estaba ardiendo", dijo a la cadena Ser Ricardo Montesco, que iba en el tren. "Yo iba en el vagón número dos y había fuego, delante había muertos. Hubo muertos, yo vi muertos", añadió.

Los servicios de emergencias trabajaban esta noche en el rescate de las personas atrapadas en los vagones, de los cuales muchos estaban volcados, al menos uno ardía y otro había volado sobre un talud de cinco metros. Se teme que el número de muertos sea mayor. Las causas del descarrilamiento se desconocen de momento, pero fuentes de la investigación apuntaron a un gran exceso de velocidad como causa posible: el límite en ese tramo es de 80 kilómetros por hora y se habrían pasado los 180, señalaron.

El suceso tuvo lugar cuando Galicia se preparaba para vivir su gran día este jueves, el del patrón de Santiago de Compostela, el festivo más importante de esta región española. Las fiestas han sido suspendidas por el Ayuntamiento de Santiago.

RML (dpa, Reuters, Lusa, afp, El País)