Ya no existe una concentración previa a la temporada, los jugadores trabajan 8 horas al día bajo la prohibición de usar sus teléfonos celulares, cuentan con un novedoso Centro de Alto Rendimiento en el que se encuentra un restaurante conducido por un cocinero estrella, un jardín infantil para sus hijos, un oasis de relajamiento con estatuas de Buda, y las vallas alrededor del campo de prácticas fueron desmontadas para acabar con la sensación de estar entrenando en una jaula; en resumen, Jürgen Klinsmann le ha cambiado la cara al mundo del FC Bayern en sus primeras semanas conduciendo el equipo.

El campeonato local no basta

Ahora todas esas reformas deben traducirse en resultados deportivos y el verdadero éxito del Bayern se medirá en su actuación internacional, obtener el titulo local con más puntos de diferencia no llenará las expectativas, el objetivo es ganar la Champions League.

Pero para ello se ha comprado con moderación: Tim Borowski engrosó la lista de jugadores adquiridos al rival Werder Bremen, también llega como portero suplente Jörg Butt a respaldar con su experiencia a Michael Rensing, heredero del recién retirado Oliver Kahn. Eso es todo.

El goleador Luca Toni es uno de los que duda que esto sea suficiente: "para mantenerse arriba en la Champions League se necesitan 15, 16 jugadores de alto nivel y sobre el papel hay equipos que tienen planteles más fuertes que el nuestro”.

El italiano puede sin embargo alegrarse de la decisión tomada por Klinsmann de optar por un sistema de juego 4-4-2 en vez de un 4-5-1; el ex delantero sabe lo que se siente cuando se está solo en el frente y por ello dice “nosotros tenemos tres atacantes que son la envidia de otros clubes, yo no voy a sentar a dos de ellos en el banco”.

Los cambios

Llegan: Tim Borowski (Werder Bremen), Hans-Jörg Butt (Benfica Lisboa), Thomas Kraft (Bayern Munich II)

Salen: Oliver Kahn, Bernd Dreher (fin de su carrera), Jan Schlaudraff (Hannover 96/2 millones euros), Julio dos Santos (CA Paranaense).