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Colonia: regresa a Bundesliga "la madre de los carnavales"

19 de mayo de 2025

Colonia festeja sin freno el regreso de su club a la primera Bundesliga. Pero ¿hasta cuándo durará la alegría?

El austríaco Florian Kainz festeja el tercer gol de su equipo en el partido en el que el Colonia selló su séptimo regreso a la primera división de la Bundesliga.
El austríaco Florian Kainz festeja el tercer gol de su equipo en el partido en el que el Colonia selló su séptimo regreso a la primera división de la Bundesliga.Imagen: Ina Fassbender/AFP

Los sufridos hinchas del FC Colonia (1. FC Köln) han probado todos los sabores del fútbol: desde la espumosa dulzura de la gloria hasta el ácido veneno de la decepción. Primer campeón de la Bundesliga en el torneo de 1963, el equipo también es reincidente en la ignominia. Siete veces se ha hundido en el purgatorio de la segunda división, y siete veces se ha levantado, como si se tratara de darle algún sentido a la absurda fidelidad de los hinchas hacia un club de historia tan bipolar.

El 18 de mayo de 2025, en todo caso, tocó celebrar. Bajo un cielo esplendoroso, y con fuerza contundente, el histórico club de Colonia regresó a la Bundesliga por séptima ocasión. En una jornada de pronóstico reservado, toda nube de duda se evaporó en el contundente 4-0 sobre el también histórico FC Kaiserslautern. Con ello se consumaba no solo el ascenso sino también el campeonato del segundo circuito alemán. Ese domingo, pues, supo a recuerdos de miel.

La hinchada se toma las calles

En Colonia, antiguo enclave romano, todos los caminos conducen al carnaval. Y en 2025 este resonó por segunda vez en el año, a causa del anhelado ascenso. Si las aguas del Rin no se desbordaron, fue porque en ese soleado atardecer todo exceso se quedó en las calles y el estadio Rhein-Energie.

"Aquí gobierna el FC Köln", se lee en muchas pegatinas de la ciudad, y este hincha parece decidido a demostrarlo.Imagen: Sascha Thelen/dpa/picture alliance

La emoción se tornó imparable inundación. El habilidoso delantero Linton Maina aprovechó el buen fin del partido para anunciar a la inflamada tribuna su renovación contractual. Y casi al mismo tiempo, el veterano Mark Uth tomó la palabra para sentenciar el fin de su carrera de 185 partidos de Bundesliga -que acabó marcando gol- y despedirse del equipo con el cual se formó a partir de 2004.

Con tal polvorín a cuestas, la noche en Colonia cayó frondosa y gótica. Río de cauce imposible, la interminable procesión dejó a su paso fumatas de todos colores en calzadas y plazoletas. En el estadio, mientras tanto, la pradera del juego no encontró piedad de la fanaticada, que ignoró reiteradas advertencias de la autoridad e invadió la cancha, para devastarla. Casi de inmediato, reporta el Kölner Stadt Anzeiger, ya se ofrecían en internet y al mejor postor retazos del recién arrancado pasto de la victoria. Triunfo, destrucción y afán de lucro, después de todo, son coordenadas usuales del fútbol actual.

Un manifiesto de fútbol

La euforia de ayer también fue un manifiesto. Tras los masivos exabruptos y los puntuales desmanes, quedó claro que a la Bundesliga regresa la madre de todos los carnavales. Es cierto que ciudades futboleras de Alemania como Mainz, Frankfurt o Stuttgart comparten con Colonia la festiva tradición popular. Pero un festejo tan mayúsculo y desmedido, en recompensa de un logro hasta cierto punto absurdo, resume inmejorablemente la extraordinaria propensión coloniense a la jovialidad.

El festejo se tornó desvarío con pirotecnia en las calles de Colonia, ya muy lejos del estadio Rhein-Energie.Imagen: Sascha Thelen/dpa/picture alliance

¿Hasta cuándo durará el festejo? ¿Cuántos años pasarán hasta el próximo descenso? ¿Cuatro, como en 1998? ¿Dos, como en 2002? ¿O acaso un largo sexenio, como ocurrió en 2006, 2012 y 2018? ¿Cuándo la desmedida alegría cederá el trono pro tempore, en el ánimo de la hinchada coloniense, a la furia y la tristeza? Porque, en el fondo, para los aficionados del Colonia el fútbol es una pasión forjada emociones de mecha corta.  "No puedes ser un hincha auténtico si no has visto a tu equipo descender", dijo algún filósofo del agua tibia, en un tugurio de la ciudad. Y esa torcida autenticidad es, en Colonia, una forma de masoquismo tan celebrada como el vómito en tiempos de carnaval. (cp).

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