"Todos los que perjudiquen la imagen de una Alemania tolerante ponen en peligro nuestra convivencia y también nuestras ventajas como centro económico", sostuvo el presidente de la HDE, Josef Sanktjohanser, en una carta abierta a la canciller Angela Merkel.

La clase política, los empresarios y la sociedad civil están llamados a plantar cara con contundencia a la marginación y al creciente desconcierto en la sociedad, advirtió Sanktjohanser. La sociedad no puede permitir que "círculos de derechas" den la impresión de que la intolerancia es pan de cada día en Alemania.

El presidente de los comerciantes alemanes destacó que Alemania sufre una escasez de mano de obra calificada y que las empresas no pueden prescindir de trabajadores extranjeros. "Por ello todos debiéramos velar por que la gente de otros países quiera venir al nuestro para llenar esos huecos y asegurar el bienestar de nuestro país en el futuro", señaló Sanktjohanser.

Alemania ha sido escenario en los últimos días de protestas anti-inmigración cuyo detonante fue la muerte de un alemán (de raíces cubanas) presuntamente a manos de refugiados en la ciudad de Chemnitz. Ultraderechistas y neonazis, junto a "ciudadanos de a pie indignados" con la política de asilo de la canciller Angela Merkel salen a la calle desde hace días.

En las marchas se vieron saludos hitlerianos y hubo ataques a periodistas y manifestantes. Al mismo tiempo han tenido lugar en la ciudad manifestaciones en favor de la convivencia pacífica. Un megaconcierto gratuito ofrecido por varias bandas musicales conocidas de Alemania convocó a 65.000 personas (dpa, efe).

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